Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

viernes, 23 de diciembre de 2011

El Diablo en Somos Jóvenes No 11

Revista mensual 179 Enero de 2000
 Como esa hoja que se desprende de la rama del árbol y planea en el viento hasta acostarse suavemente en la tierra, quiero caer hacia ti. Con letras que vagan siglos, pulidas por quienes las beben desde sus sueños, pretendo deslizarme en tu alma, revolcarme en ella provocando el revuelo de las ideas que aspiran al amor. No busques un nombre particular en este amigo, simplemente entrégate a esta meditación cómplice de los enamorados y, cuando alguien pregunte ¿con quién andabas tanteando nubes?, contestes sencillamente: con… El Diablo Ilustrado  
El amor siempre está al doblar de la esquina, dijo alguien, y —de no haberlo hallado— podrás pensar: cierto, pero esa calle puede ser muy larga. No niego el derecho a esa verdad, pero alegaría: vale la pena morir de caminar con tal de encontrarlo. Claro que aquí interviene la solución de cada cual al acertijo: ¿a qué llamas AMOR? Hay quien esgrime, con Neruda, amo el amor de los marineros que besan y se van.
Salta a la vista el sabor a picaflor de ese verso, existe una canción —infantil, increíblemente— que dice algo así como en cada puerto tener una aventura de amor. Ello responde a una filosofía amatoria elemental, que se reduce a lo efímero, transitorio, al romance casi exclusivamente físico. Es la especie dejándose arrastrar por el impulso de la procreación o el gusto primario, que opta rápidamente por “hacer el amor”. En los tiempos que corren esta actitud ligera puede considerarse de aliento suiSIDA.
Lord Dewar decía el amor es un océano de emociones. Rodeando completamente de muchos gastos. Ya aquí se asocia amor con dinero. Hay —lamentablemente— quienes prostituyen el verbo amar, lo ponen en función de intereses mercantiles —y no me refiero solo al jineterismo. Algunos piensan que para conquistar a X muchacha es imprescindible tener dinero, porque sacarla a tal o más cual lugar, comprarle un regalo H ó Y o llevarla a comer Z plato… en fin que para tenerla hay que tener. Esto no suele preocuparlas a ellas, ya que por tradiciones machistas son siempre las invitadas, las piropeadas, y no las que les caen atrás a alguien, —con excepciones: muchos aseguran que son realmente ellas las que seducen y nos hacen creer que somos nosotros los “seductores”. Pero bueno, ese no es el tema de este instante. El caso es que existen los que asocian status material con posibilidades amorosas. Habrá quien piense que la realidad es esa, que vivimos días difíciles donde el dinero facilita el amor. Sin embargo, me atrevo a asegurar que es exactamente lo contrario.
Quizás un personaje con “cierto poder adquisitivo” lleve las de ganar en cuanto a dar determinados tipos de paseos con muchachas. Ahora bien, de ahí al amor hay un buen tramo, no todo lo que brilla es oro, y por otra parte, para el verdadero amor el oro carece de valor. Lo que se te acerca por interés no vale un centavo, pues no te busca a ti sino a tus posesiones y, por tanto, van a regir esa relación la hipocresía, la mentira, la infidelidad. Es un callejón sin salida a la felicidad, todos los caminos del interés conducen al deterioro humano. El amor es un estado físico-espiritual privilegiado, al que solo arriban los capaces de dar mucho de sí, los que van en la búsqueda de un crecimiento espiritual, los que —en medio de tantos caminos turbios que tiene el amundo— saben dónde ir a buscar la dicha verdadera, la que está mucho más allá de las tontas posesiones materiales, que —al fin y al cabo— no pueden aportar nada al divino placer, al gozo real, de dos seres identificados. Los que creen que el dinero lo compra todo no entienden que cuando un ser se une a otro por su dinero o facilidades está haciendo una transacción económica en lugar de formar una pareja. El amor es el punto más alto de lo humano y, al entrar en él, se sabe que nada hay como el lenguaje de los cuerpos cuando las miradas cantan en la magia que da la purificación del uno en el otro. Es difícil encontrar ese ser que nos regale la poesía a cada instante de la vida, esa persona que se compenetra con uno de manera que convierta en verso el amanecer, en milagro el oleaje del mar y las calles del barrio, que nos enriquece con una buena canción o un viejo libro, que vibra ante las miserias del mundo o llora de placer ante cada minúsculo logro de la humanidad. Es difícil ciertamente pero, pero cuando se halla —¡ah, cuando se halla!—es como encontrar el gran tesoro, el sentido de la vida. Es difícil llegar a ese grado sumo de encontrar la otra mitad donde se bucea día a día hallando maravillas para el alma: hay que rastrear mucho en los demás y en uno mismo, pues el amor es una conquista de los que luchan contra las bajas pasiones y pobres sentimiento que siempre nos asaltan. Es difícil porque como dice el trovador Silvio Rodríguez, lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida. Mas, nunca olvides que cada cual tiene el amor que se merece.            

1 comentario:

  1. Caminante, buscador de amor, sigue caminando porque a la vuelta de la esquina encontraras el amor que te mereces; y cuando la musica llene tu alma es cuando el amor esta llegando.sigue caminando Caminante!!.

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