En la noche triunfal, bajo el divino
resplandor de la luna encantadora,
desgrané mi canción triste y sonora
como el canto ideal del peregrino
que a los pies del amor suplica y llora.
Entusiasmado por el libro “Trío Matamoros: Treinta y cinco años de música popular cubana” de Ezequiel Rodríguez Domínguez, del sello Ediciones del Museo de la Música –y que está a la venta en librerías- quiero esbozar momentos cronológicos que dan una idea de la gran importancia de los Matamoros en la historia musical cubana.
Veinte años en mi término,
me encontraba paralítico,
y me dijo un hombre místico
que me extirpara le trigémino.
Suelta la muleta y el bastón
y podrás bailar el son.
El 8 de mayo de 1925 se considera la fecha de integración del trío Matamoros, pues cantaron los tres por vez primera, aunque improvisadamente, en el cumpleaños de Miguel.