Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

domingo, 18 de noviembre de 2012

El Diablo en Somos Jóvenes No 25

Revista mensual 195, mayo de 2001
Yo también cierro los ojos para sentirte. Lo necesito para seguir sin rostro y sin edad como requieren las almas imantadas hacia el misterio que esfuma lo que no viene y va hacia el más puro cielo. Hay momentos en lo que la vida real me arrastra, imperfecta-divina, y no me puedo dar el lujo de que estas letras se caigan al abismo. Es entonces cuando me es imprescindible soñarte para dejar de ser el mortal cotidiano y convertirme por, y gracias a ti, en un escriba recopilador de lo eterno, en el mensajero de la esperanza que inspiras, eso que sueles llamar…El Diablo Ilustrado 

Un amigo es una persona con la que se puede pensar en voz alta, escribió Emerson, pero para llegar a ese estado de confianza se requiere hallar a alguien con quien uno se identifique plenamente, lo cual no es fácil porque el ser humano es como la luna llena, que muestra su cara iluminada y se guarda para sí la oscuridad. Claro que no somos en todo momento luna llena, a veces los defectos o malas acciones están a la vista. De ser soles no tendríamos esa dificultad, mas perderíamos el encanto de pasar por fases en las que uno vaga de cuarto menguante o creciente… y esta “imperfección” nos otorga misterio, y el misterio despierta siempre cierta curiosidad. No por gusto la luna es más romántica.

Astrología aparte, siempre el ser humano guarda insondables secretos; el pensamiento es constante e infinito y uno no puede expresar más que una pequeña parte de lo que siente o medita, pero también se guarda ideas intencionalmente —por no querer confesar lo que cree un pecado o por falta de confianza en otros seres— , de ahí la importancia de encontrar a alguien en quien depositemos toda nuestra fe.
Dicen que dijo Aristóteles que un verdadero amigo es un alma en dos cuerpos. Yo no afirmaría tanto, y no sé si haga falta. Dos amigos (o amigas) pueden ser diferentes, lo que eso sí, tienen que tener un ideal común, un sentido de la vida que les lleve a reciprocarse, una especie de mirada convergente en el futuro.
A veces somos ligeros al decir amigo(a). Habrás escuchado la frase quien tiene un amigo tiene un central, que viene de un sentido pragmático, de ver la amistad como relaciones con las cuales “resolver”. Hay también quien llama amigo(a) a todo el que conoce, a los compañeros de aula o de trabajo, a los vecinos, en fin, se presenta y te considera iso facto su amistad. Eso está muy bien, pero es una simple manera de nombrar; una verdadera amiga(o) es algo muy hondo, que requiere una compenetración imposible de entablar con muchas personas porque el tiempo vital no es tanto y, sobre todo, porque el corazón no se puede dividir en tantas partes. Según Washington la verdadera amistad es una planta que crece despaciosamente y debe resistir los azotes de la adversidad para poder dar buenos frutos. De ahí se infiere que la amistad es como un cultivo, que se siembra, se riega, se cuida de las malas hierbas, de los vientos, se le dedica tiempo y esfuerzo para que crezca rumbo a la cosecha. Claro que la vida va enseñando a definir. Dice Joan Manuel Serrat en una canción:
Decir amigo no se hace extraño
cuando se tiene piel de veinte años
 y pocas penas
y el alma sin media suela.

De todos modos no creo que haya que esperar a la vejez para saber dónde están los amigos(as), pero es cierto que con el tiempo uno filtra sus relaciones y aprende a definir mejor, sobre todo cuando se pasa por momentos difíciles. En la medida en que la vida camina se van dejando atrás decepciones, intereses, distancias, y quedan solo las personas que ensanchan contigo el horizonte: unos se marchan, otros resultaron falsos, alguno queda en el recuerdo… alguien dejó escrito que una triple bendición son nuestros amigos: vienen, se quedan y se van. 
Tampoco es imprescindible el tiempo de duración de una amistad. Puede depender de una situación en que te encuentres transitoriamente y no por ello esa persona dejar de ser alguien que marca tu existencia, aunque sea por unos días, o una horas; todo está en el nivel de entrega y profundidad que logra ese intercambio espiritual.
La amistad es una elección. Como dijera Addison Mizner, al parecer no muy conforme con sus más allegados: el cielo nos da los familiares; ¡gracias a Dios que podemos escoger las amistades! Sin menoscabar a la familia, es cierto que ella nos toca al nacer, sea como sea, y los amigos son plena responsabilidad nuestra, es uno quien otorga tan elevado título con su trato, de ahí el refrán popular: dime con quien andas y te diré quién eres. Esto suele emplearse despectivamente, sobre todo cuando se juzga a la ligera, pero no deja de ser cierto que una verdadera amistad se funda sobre afinidades y sintonía de sueños que permiten definirte por el amigo(a).Lo peyorativo del dime con quién andas… viene de lo que suele llamarse la juntera. Sobre todo en etapas juveniles se suele salir o compartir con personas que pueden no tener mucho que ver con nuestra personalidad pero que determinada circunstancia nos relaciona. También están los seres de baja catadura que se atraen por actitudes poco sociales y se llaman amigos aunque en el fondo no son sino “socios” de negocios nada altruistas.
Realmente las almas nobles no tienen amigos infames a no ser que se esté equivocado o engañado. Para el que tiene buen corazón, un amigo lo prestigia, lo enorgullece, aun en el caso de que un ser epidérmico nos apunte con el índice inquisidor. En todo caso nunca está de más esta frase que le achacan a Sócrates: anda despacio cuando escojas a tus amigos; pero cuando los tengas mantente firme y constante. Es decir, no te apures en elegir, cala profundo a la persona en quien depositarás tu confianza y una vez seleccionada juégatelo todo por esa amistad, sin que te quede nada por dentro. Lleva como máxima esto que dice Serrat en la canción ya citada:
Y ayer y siempre
lo tuyo nuestro
y lo mío de los dos.    

No todo el que se acerca a tu mundo es tu amigo(a), como suele decirse, la prosperidad hace amistades y la adversidad los prueba. O sea que hay quienes se relacionan con uno por interés —que no tiene que ser material. Digamos que para explorar tus relaciones, por entrar en determinado círculo de conocimientos o facilidades que tienes, por acercarse a una muchacha(o), en fin, por disímiles razones, que aún sin ser malas, no implican un compromiso espiritual contigo, por ello decía Napoleón: nunca sabréis quienes son vuestros amigos hasta que caigáis en la desgracia. Sin “tragicismo”, es cierto que ante las dificultades se decantan relaciones y quedan los que realmente nos aprecian.
Por otra parte no se puede pensar que la debilidad siempre viene del otro lado, uno también tiene que ser merecedor de esa amistad, llegar a ella con las manos limpias, sin dobleces. Nunca conserva firmes amistades quien solo atento va a sus pretensiones, escribió Juan Ruíz de Alarcón y concuerdo en que tanto en una amistad como en la pareja se debe tener tantas o más ganas de dar que de recibir. Reza una vieja frase: cuentas claras conservan amistades, que suele tomarse por donde no es. Cuando decimos “cuentas” vienen asociados dinero y deudas; pienso que le sentido original de la frase debe estar dirigido a la honestidad, algo así como ser directo, andar sin rodeos, hace duradera una relación. No obstante, para evitar interpretaciones yo haría mi versión: la amistad debe ser algo tan claro que jamás saque cuentas.   

2 comentarios:

  1. ¡Amigos! ¡Cuan necesarios para andar por este mundo y muy probable por otros! ¿En cuantos momentos es vital la presencia de alguno?
    EDI, los amigos me resultan grandes amores. En el lugarcito que mantengo a tantos conocidos, reservo un lugar privilegiado para los amigos, los verdaderos, esos, los íntimos, los elegidos…que resultan ser pocos. Pudo alguno surgir después de muchos encuentros pero con otro bastó el mínimo tiempo de roce, de mirarle a los ojos, de oír el tono de su voz para saberle cercano y resultar a la larga incondicional la amistad, surgida de afinidades, afectos, confianza, amor, porque eso es la amistad, una tremenda manifestación de amor.
    Puede que tenga algunos, cerca, todos los días nos veamos, nos llamemos, o que solo nos crucemos correos, mínimos mensajes de cuando en cuando, pero también conservo otros que aun mediando un siglo desde el último encuentro les sé y me saben cercanos, categóricamente, amigos. Tenemos la certeza de no requerir de encuentros físicos para mantener la condición porque no estamos del todo ausentes, sabemos que nos encontramos cuando oímos alguna canción, cuando llegamos a un lugar que en algún lejano tiempo visitamos juntos o nos reflejamos en un personaje del libro que estemos leyendo. Pero aunque esto ocurra mejor sería que de vez en vez nos hiciéramos sentir como tales porque como bien dijo la Madre Teresa de Calcuta: Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos dejar de ponerle aceite.
    Debemos hacer una fiesta cada vez que nos descubrimos nuevos amigos… dichoso momento, tremendo momento. Recuerdo una frase de José Martí: “Solo hay una cosa comparable al placer de hallar un amigo: el dolor de perderlo”. Cuan real me resulta. Triste es el momento en que ya no está uno en esta dimensión en que habitamos o el instante en que descubrimos que a otro no le podemos considerar como tal, que nunca lo fue, que nos engañamos, pero bueno, en nombre del mismo sentimiento que profesamos lo único que nos queda es perdonar y esperar la llegada de otro mejor recordando otra frase de la Madre Teresa de Calcuta: Lo que tardaste años en construir, alguien puede destruirlo de una hora para otra…Aun así…construye.

    ResponderEliminar
  2. Ahora converso contigo y como siempre me pasa, estoy recordando una canción, mira una no, dos me vienen a la mente del mismo autor : Alberto Cortez …cuanto me gusta oírlas en las voces de él y Facundo Cabral, dos que se tenían como eso, como amigos y tanta valía dieron al hecho. “A mis Amigos” es una y la otra “Cuando un amigo se va” que compuso a la muerte de su padre a quien consideraba su mejor amigo. Son dos tremendos temas como tremendas son el resto de las composiciones de ambos. Creo que ya hace bastante que nos debes un aparte en QUIEN FUERA con Cabral… ¿Verdad?
    No importa amigo, te perdono que eso es algo que sabemos hacer bien nosotros y ahora te regalo estos:
    A mis amigos
    A mis amigos les adeudo la ternura
    y las palabras de aliento y el abrazo;
    el compartir con todos ellos la factura
    que nos presenta la vida, paso a paso.
    A mis amigos les adeudo la paciencia
    de tolerarme las espinas más agudas;
    los arrebatos de humor, la negligencia,
    las vanidades, los temores y las dudas.
    A mis amigos les adeudo algún enfado
    que perturbara sin querer nuestra armonía;
    sabemos todos que no puede ser pecado
    el discutir, alguna vez, por tonterías.
    A mis amigos legaré cuando me muera
    mi devoción en un acorde de guitarra
    y entre los versos olvidados de un poema,
    mi pobre alma incorregible de cigarra.
    Un barco frágil de papel,
    parece a veces la amistad
    pero jamás puede con él
    la más violenta tempestad
    porque ese barco de papel,
    tiene aferrado a su timón
    por capitán y timonel:
    un corazón.
    Amigo mío si esta copla como el viento,
    adonde quieras escucharla te reclama,
    serás plural, porque lo exige el sentimiento
    cuando se lleva a los amigos en el alma.

    Cuando un amigo se va
    Cuando un amigo se va
    queda un espacio vacío
    que no lo puede llenar
    la llegada de otro amigo.
    cuando un amigo se va
    queda un tizón encendido
    que no se puede apagar
    ni con las aguas de un río.
    Cuando un amigo se va
    una estrella se ha perdido
    la que ilumina el lugar
    donde hay un niño dormido.
    Cuando un amigo se va
    se detienen los caminos
    y se empieza a revelar
    el duende manso del vino.
    Cuando un amigo se va
    queda un terreno baldío
    que quiere el tiempo llenar
    con las piedras del hastío.
    Cuando un amigo se va
    se queda un árbol caído
    que ya no vuelve a brotar
    porque el viento lo ha vencido.
    Cuando un amigo se va
    queda un espacio vacío
    que no lo puede llenar
    la llegada de otro amigo.




    ResponderEliminar