No hay privilegio mayor que tener a la Soledad de amiga. En estos días vuelve a mí la damisela Soledad, con la belleza de sus textos de su espíritu calibrado por la canción poética. No tengo que agregar ni una pizca a tus textos, sencillamente los comparto con los amigos (a propósito de la amistad) y tal vez en estos días sume otras canciones al respecto. Ah, sí voy, al final, a apuntar algunos datos biográficos de los cantores que nos traes, por si algún visitante no los conoce.
•Por Soledad:
¡Amigos! ¡Cuan necesarios para andar por este mundo y muy probable por otros! ¿En cuantos momentos es vital la presencia de alguno?
EDI, los amigos me resultan grandes amores. En el lugarcito que mantengo a tantos conocidos, reservo un lugar privilegiado para los amigos, los verdaderos, esos, los íntimos, los elegidos…que resultan ser pocos.
Pudo alguno surgir después de muchos encuentros pero con otro bastó el mínimo tiempo de roce, de mirarle a los ojos, de oír el tono de su voz para saberle cercano y resultar a la larga incondicional la amistad, surgida de afinidades, afectos, confianza, amor, porque eso es la amistad, una tremenda manifestación de amor.
Puede que tenga algunos, cerca, todos los días nos veamos, nos llamemos, o que solo nos crucemos correos, mínimos mensajes de cuando en cuando, pero también conservo otros que aun mediando un siglo desde el último encuentro les sé y me saben cercanos, categóricamente, amigos. Tenemos la certeza de no requerir de encuentros físicos para mantener la condición porque no estamos del todo ausentes, sabemos que nos encontramos cuando oímos alguna canción, cuando llegamos a un lugar que en algún lejano tiempo visitamos juntos o nos reflejamos en un personaje del libro que estemos leyendo. Pero aunque esto ocurra mejor sería que de vez en vez nos hiciéramos sentir como tales porque, como bien dijo la Madre Teresa de Calcuta: “Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos dejar de ponerle aceite.”
Debemos hacer una fiesta cada vez que nos descubrimos nuevos amigos… dichoso momento, tremendo momento. Recuerdo una frase de José Martí: “Solo hay una cosa comparable al placer de hallar un amigo: el dolor de perderlo”. Cuan real me resulta. Triste es el momento en que ya no está uno en esta dimensión en que habitamos o el instante en que descubrimos que a otro no le podemos considerar como tal, que nunca lo fue, que nos engañamos, pero bueno, en nombre del mismo sentimiento que profesamos lo único que nos queda es perdonar y esperar la llegada de otro mejor recordando otra frase de la Madre Teresa de Calcuta: Lo que tardaste años en construir, alguien puede destruirlo de una hora para otra…Aun así…construye.
Ahora converso contigo y como siempre me pasa, estoy recordando una canción, mira una no, dos me vienen a la mente del mismo autor : Alberto Cortez …cuanto me gusta oírlas en las voces de él y Facundo Cabral, dos que se tenían como eso, como amigos y tanta valía dieron al hecho. “A mis Amigos” es una y la otra “Cuando un amigo se va” que compuso a la muerte de su padre a quien consideraba su mejor amigo. Son dos tremendos temas como tremendas son el resto de las composiciones de ambos. Creo que ya hace bastante que nos debes un aparte en QUIEN FUERA con Cabral… ¿Verdad?
No importa amigo, te perdono que eso es algo que sabemos hacer bien nosotros y ahora te regalo estos:
•Por Soledad:
¡Amigos! ¡Cuan necesarios para andar por este mundo y muy probable por otros! ¿En cuantos momentos es vital la presencia de alguno?
EDI, los amigos me resultan grandes amores. En el lugarcito que mantengo a tantos conocidos, reservo un lugar privilegiado para los amigos, los verdaderos, esos, los íntimos, los elegidos…que resultan ser pocos.
Pudo alguno surgir después de muchos encuentros pero con otro bastó el mínimo tiempo de roce, de mirarle a los ojos, de oír el tono de su voz para saberle cercano y resultar a la larga incondicional la amistad, surgida de afinidades, afectos, confianza, amor, porque eso es la amistad, una tremenda manifestación de amor.
Puede que tenga algunos, cerca, todos los días nos veamos, nos llamemos, o que solo nos crucemos correos, mínimos mensajes de cuando en cuando, pero también conservo otros que aun mediando un siglo desde el último encuentro les sé y me saben cercanos, categóricamente, amigos. Tenemos la certeza de no requerir de encuentros físicos para mantener la condición porque no estamos del todo ausentes, sabemos que nos encontramos cuando oímos alguna canción, cuando llegamos a un lugar que en algún lejano tiempo visitamos juntos o nos reflejamos en un personaje del libro que estemos leyendo. Pero aunque esto ocurra mejor sería que de vez en vez nos hiciéramos sentir como tales porque, como bien dijo la Madre Teresa de Calcuta: “Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos dejar de ponerle aceite.”
Debemos hacer una fiesta cada vez que nos descubrimos nuevos amigos… dichoso momento, tremendo momento. Recuerdo una frase de José Martí: “Solo hay una cosa comparable al placer de hallar un amigo: el dolor de perderlo”. Cuan real me resulta. Triste es el momento en que ya no está uno en esta dimensión en que habitamos o el instante en que descubrimos que a otro no le podemos considerar como tal, que nunca lo fue, que nos engañamos, pero bueno, en nombre del mismo sentimiento que profesamos lo único que nos queda es perdonar y esperar la llegada de otro mejor recordando otra frase de la Madre Teresa de Calcuta: Lo que tardaste años en construir, alguien puede destruirlo de una hora para otra…Aun así…construye.
Ahora converso contigo y como siempre me pasa, estoy recordando una canción, mira una no, dos me vienen a la mente del mismo autor : Alberto Cortez …cuanto me gusta oírlas en las voces de él y Facundo Cabral, dos que se tenían como eso, como amigos y tanta valía dieron al hecho. “A mis Amigos” es una y la otra “Cuando un amigo se va” que compuso a la muerte de su padre a quien consideraba su mejor amigo. Son dos tremendos temas como tremendas son el resto de las composiciones de ambos. Creo que ya hace bastante que nos debes un aparte en QUIEN FUERA con Cabral… ¿Verdad?
No importa amigo, te perdono que eso es algo que sabemos hacer bien nosotros y ahora te regalo estos:
A mis amigos
Autor:
Facundo Cabral y Alberto Cortez
|
A mis amigos les adeudo la ternura
y las palabras de aliento y el abrazo;
el compartir con todos ellos la factura
que nos presenta la vida, paso a paso.
A mis amigos les adeudo la paciencia
de tolerarme las espinas más agudas;
los arrebatos de humor, la negligencia,
las vanidades, los temores y las dudas.
A mis amigos les adeudo algún enfado
que perturbara sin querer nuestra armonía;
sabemos todos que no puede ser pecado
el discutir, alguna vez, por tonterías.
A mis amigos legaré cuando me muera
mi devoción en un acorde de guitarra
y entre los versos olvidados de un poema,
mi pobre alma incorregible de cigarra.
Un barco frágil de papel,
parece a veces la amistad
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad
porque ese barco de papel,
tiene aferrado a su timón
por capitán y timonel:
un corazón.
Amigo mío si esta copla como el viento,
adonde quieras escucharla te reclama,
serás plural, porque lo exige el sentimiento
cuando se lleva a los amigos en el alma.
Cuando un amigo se va
Autor:
Alberto Cortez
|
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.
Cuando un amigo se va
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.
Cuando un amigo se va
una estrella se ha perdido
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.
Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
y se empieza a revelar
el duende manso del vino.
Cuando un amigo se va
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.
Cuando un amigo se va
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
porque el viento lo ha vencido.
Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.
Facundo Cabral es un cantautor argentino nacido el 22 de mayo de 1937 en la ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires.
En 1959 ya tocaba la guitarra y cantaba folklore, siendo sus ídolos Atahualpa Yupanqui y José Larralde, se traslada a Mar del Plata, ciudad balnearia Argentina, y solicita trabajo en un hotel; el dueño lo ve con su guitarra y le da la oportunidad de cantar. Así comenzó su carrera dedicada a la música, siendo su primer nombre artístico “El Indio Gasparino”.
Influenciado en lo espiritual por Jesús, Gandhi y La Madre Teresa de Calcuta, en literatura por Borges y Walt Whitman, su vida toma un rumbo espiritual de observación constante a todo lo que le ocurre a su alrededor, no conformándose siempre con lo que ve y su carrera como cantautor toma el rumbo de la crítica social, no abandonando su ya habitual sentido del humor.
En 1976 enmarcado como cantautor de protesta, debe dejar Argentina por la situación interna de represión, secuestros y asesinatos realizados por los militares y las bandas paramilitares creadas por el gobierno y se exilia en México, donde continúa componiendo y peregrinando, nómada incansable, lleva su pensamiento y su arte alrededor del mundo (se estima que ha recorrido 159 países).
En 1984 regresa a Argentina con su nombre consagrado, donde ofrece un recital en el Luna Park , espacio reservado para los grandes, siguiendo Mar del Plata, donde cada noche cantaba para seis mil personas. Tuvo una vastísima ora discográfica.
Increíblemente muere asesinado en Guatemala en julio de 2011. Cuando viajaba hacia al aeropuerto tras un concierto, dispararon contra el auto en que viajaba, al parecer por una confusión entre bandas de narcotraficantes.
Alberto Cortez nació en Argentina en 1940. Es uno de los más destacados cantautores contemporáneos, dada la calidad y la cantidad de sus creaciones. Desgarrado, intenso y de una belleza poética excepcional.
Gran amigo de Facundo Cabral, con el que se presentó en muchas ocasiones, cantando obras como "No soy de aquí ni soy de allá" y "Cuando un amigo se va".
Algunas de sus obras más conocidas son:"Mariana", "Callejero", "Mi árbol y yo", "Que maravilla Goyo", "Juan Golondrina", "El vagabundo", "No soy de aquí ni soy de allá", "Cuando un amigo se va".
Sin dudas es uno de los grandes cantautores de Hispanoamérica con cientos de canciones de gran carga filosófica y poética. Se ha presentado en disímiles escenarios de gran parte del mundo y su obra discográfica rebasa los 40 discos.
Gracias por estas canciones Soledad, siempre es bueno saber que aunque estén lejos los amigos siempre son los amigos
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