...Echose a andar

Yo vengo de cualquier parte y ando por todos los siglos. Vago por calles y montes, gestos y libros, sueños y canciones, con la absoluta libertad del espíritu errante que no se guarda nada para sí. Solo pretendo, y es mi gran ambición, que tras las coincidencias y discrepancias —inevitables en el sendero de un puñado de razones—, aparezcas dispuesto a estrechar esta mano tendida hacia la última verdad.   

Quisiera tener rostro, pero soy hijo que filtra y asimila pensamientos de incontables seres que han dejado alguna idea como huella de su existencia. Aspiro a ser hondo y travieso, acorde a la noble herejía de esos fantasmas que me animan. Tampoco tengo nombre, pero para salvarme del anonimato, y por si quieres llamarme alguna vez, digamos que soy —en honor a un inseparable amigo común—… El Diablo Ilustrado

 Con estas palabras, publicadas en la revista Somos jóvenes (octubre de 1998) inicié algo sin otra pretensión que jugar un poco a lanzar ideas partiendo de frases más o menos famosas. Muchos lectores de inmediato respondieron, y así, en el tiempo, el juego ha tomado dimensiones que nunca imaginé. De aquel artículo a hoy, han pasado ya dos libros, un disco y tantas anécdotas de la grandeza humana que no permiten, bajo ninguna señal adversa, por muy dura que sea, ser un tilín menos que muy optimista. Más que cualquier popularidad o regocijo que puedan dar las varias ediciones agotadas —ya sabes o sabrás que no creo en ningún tipo de fama ni familla— es esa fe que me inculcan todos los gestos del amor, amor de la inteligencia, la sabiduría, la nobleza del alma, que me han inundado desde diversos rincones de la isla, incluso del mundo. Es precisamente esa fe la que me motiva a lanzar los dados nuevamente ahora hacia el cosmos cibernético. Todo un misterio se abre nuevamente, algunos amigos hace rato me venían pidiendo este salto y lo hago hoy, créeme, sin tener certeza siquiera de que argolla tirar para que se abra el paracaídas. Quiero darte tantas cosas… versos, canciones, ideas, que me asaltan desde amigos y fantasmas de la cultura universal y no sé ni cómo las haré llegar aún. Dos amigos muy jóvenes, Abelito y Rubén, me pinchan con sus mentes que saben nadar mucho mejor en estas aguas del ciberespacio, confío en ellos, así que… a la una, a las dos….y…a…las…tres

  

Menos mal       

Menos mal las estrellas

a salvo en su distancia,

menos mal que me esperan

que alguien vela mis ansias,

menos mal estas cuerdas,

menos mal la guitarra

 que viene de trasmano

 para salvarme el alma,

                           el alma.

Menos mal que aún hay huellas de locuras diarias

que hay quien llora ante un cuadro o muerde una canción,

que alguien busca una piedra de pasión milenaria,

que hay quien no vende un verso,

que hay quien siembra una flor

                por hablarle a una flor.

Suerte que las tormentas

son umbrales de calmas,

suerte que hasta las penas

guardan siempre un error,

menos mal que la niebla de estos días se entusiasma

porque así los fantasmas se divisan mejor,

porque así los fantasmas se divisan mejor,

porque así los fantasmas se divisan mejor,

porque así los fantasmas nos resguardan mejor.