No tengo manera de apresar la dimensión de lo que acaba de ocurrir en el teatro Karl Marx con Fito Páez. Debería acostarme (1.00.am) ya, pero esta vez no quiero dejar reposar las ideas que se arremolinan, me parece pecado no comunicar en el acto, al menos a los amigos, el suceso que acaba de vivirse en La Habana.
(Publico estas notas con la fatiga de una fuerte carga emocional y con una foto de archivo, pues aun no me han llegado las imágenes. Cuando lleguen actualizaré.)
Acudo a los apuntes, y amplío un poquitín en algunos momentos que marqué:
Para los que no han estado aquí, el Karl Marx es “monstruoso” (platea baja, platea alta y dos balcones) capacidad 5 mil personas. Creo que, además hubo puerta libre al empezar, pues los pasillos se fueron llenando, por lo que el cálculo es cerca de 6 mil. Si bien hubo público variado, la gran mayoría eran jóvenes.
Previsto para las 8.30 pm., desde una hora antes ya estaba muy bueno el ambiente en las calles 1ra. y 10 de Miramar. Saludos y abrazos al entrar. Las expectativas son grandes, los muchachos me preguntan, hablo de aquel encuentro histórico allí mismo, año 86 u 87, aun caliente el disco “Giros”. Luego otras visitas, entra ellas la que hizo por su concierto en la Plaza de la Revolución, donde estuvieron también Joaquín Sabina y otros grandes de la canción. Uno de los muchachos me dice que pensaba que el “Concierto por la paz” era el primero. ¡Sacrilegio! El de verdad, el duro, fue aquel. Dejando un margen al Benny Moré que fue el primero que cantó allí, del que solo he visto unas imágenes de segundos (alguien debería testimoniar o investigar tan importantes suceso ocurrido en 1959 o 60).
Segundos después de las 9.00 pm., sin apagar siquiera las luces, entra corriendo el mismísimo Fito al escenario, sin que nadie lo anuncie. La gente primero se sorprende. La algarabía es inmensa ¡Está loco! Ni el menor glamour, como si fuera el flaco que conversa con uno en la cocina, mientras se prepara el café. Desconcertamente natural nos dice cómo va la cosa: se pasa el DVD que será como un concierto y luego, si la gente tiene ganas, echa unos temas al piano. “El que quiera portarse mal y cantar o bailar, que lo haga”. Silbidos y aplausos. Se va y nos deja con su reciente concierto: Estreno mundial de “El amor después del amor 20 años después”.
Acudo a los apuntes, y amplío un poquitín en algunos momentos que marqué:
Para los que no han estado aquí, el Karl Marx es “monstruoso” (platea baja, platea alta y dos balcones) capacidad 5 mil personas. Creo que, además hubo puerta libre al empezar, pues los pasillos se fueron llenando, por lo que el cálculo es cerca de 6 mil. Si bien hubo público variado, la gran mayoría eran jóvenes.
Previsto para las 8.30 pm., desde una hora antes ya estaba muy bueno el ambiente en las calles 1ra. y 10 de Miramar. Saludos y abrazos al entrar. Las expectativas son grandes, los muchachos me preguntan, hablo de aquel encuentro histórico allí mismo, año 86 u 87, aun caliente el disco “Giros”. Luego otras visitas, entra ellas la que hizo por su concierto en la Plaza de la Revolución, donde estuvieron también Joaquín Sabina y otros grandes de la canción. Uno de los muchachos me dice que pensaba que el “Concierto por la paz” era el primero. ¡Sacrilegio! El de verdad, el duro, fue aquel. Dejando un margen al Benny Moré que fue el primero que cantó allí, del que solo he visto unas imágenes de segundos (alguien debería testimoniar o investigar tan importantes suceso ocurrido en 1959 o 60).
Segundos después de las 9.00 pm., sin apagar siquiera las luces, entra corriendo el mismísimo Fito al escenario, sin que nadie lo anuncie. La gente primero se sorprende. La algarabía es inmensa ¡Está loco! Ni el menor glamour, como si fuera el flaco que conversa con uno en la cocina, mientras se prepara el café. Desconcertamente natural nos dice cómo va la cosa: se pasa el DVD que será como un concierto y luego, si la gente tiene ganas, echa unos temas al piano. “El que quiera portarse mal y cantar o bailar, que lo haga”. Silbidos y aplausos. Se va y nos deja con su reciente concierto: Estreno mundial de “El amor después del amor 20 años después”.
Comienza el documental. Fito dice: el amor es lo más importante, te hace comprender al otro, no juzgarlo. El montaje cinematográfico es impresionante, la calidad del sonido ayuda a que la gente se crea que ya está en concierto “El amor después del amor” es cantado y hasta bailado por el público presente, agregándose al del concierto en Buenos Aires. “Un vestido y un amor” es ya el coro perfecto.
Aquella banda suena muy fuerte, comienza a preocuparme que luego salga Fito solo a piano (ya me había fijado, claro, en el montaje escenográfico) ¿Cómo se las puede arreglar el flaco para subir la parada tras este conciertazo roquero?
Pues acabó el video, con los créditos, la gente aplaude de pie. Sale nuestro
Fito y sin más se sienta al piano y comienza, como si nada el concierto:
1. “11 y 6” —y todos cantando con él.
2. “Ambar violeta”.
3. “Giros”. Ya está estremecido, dice “estoy aquí en mi Habana”. Cuando en el tema dice “Suena un bandoneón...”, en lugar de “parece de otro tipo” dice: “parece de Piazolla pero soy yo...” y la ovación es cerrada.
4. Habla de sus recuerdos en Cuba, en el teatro Karl Marx donde cantó hace miles de años, pero que están vivos esos recuerdos. Llama a un gran cantautor italiano que dará el sábado próximo su concierto en La Habana, Zucchero, y cantan juntos “Desde que te vi”.
5. Habla de sus noches y trasnoches en La Habana, intensas en estos pocos días que lleva aquí y llama a Robertico Carcasses, cantamos todos “El breve espacio en que no estás” de Pablo Milanés. Aquella banda suena muy fuerte, comienza a preocuparme que luego salga Fito solo a piano (ya me había fijado, claro, en el montaje escenográfico) ¿Cómo se las puede arreglar el flaco para subir la parada tras este conciertazo roquero?
Pues acabó el video, con los créditos, la gente aplaude de pie. Sale nuestro
Fito y sin más se sienta al piano y comienza, como si nada el concierto:
1. “11 y 6” —y todos cantando con él.
2. “Ambar violeta”.
3. “Giros”. Ya está estremecido, dice “estoy aquí en mi Habana”. Cuando en el tema dice “Suena un bandoneón...”, en lugar de “parece de otro tipo” dice: “parece de Piazolla pero soy yo...” y la ovación es cerrada.
4. Habla de sus recuerdos en Cuba, en el teatro Karl Marx donde cantó hace miles de años, pero que están vivos esos recuerdos. Llama a un gran cantautor italiano que dará el sábado próximo su concierto en La Habana, Zucchero, y cantan juntos “Desde que te vi”.
6. El público le pide canciones, Fito dice: Debo estar viejo y choto, porque me emociono mucho. Habla del gran Charly García y recibe ovaciones. Dice Paez que no le gusta hablar de cumbres pero que sin dudas “Arma y desangra” es una de esas canciones más allá de todo, y él, con su voz lo demuestra. Aquí apunto también su ejecución painística, de alto vuelo.
7. Menciona de nuevo las noches habaneras y su encuentro con otro gran cantautor, Santiago Feliú. Hacen jnuntos (con coro de público) “Cable a tierra”.
8. Le siguen pidiendo canciones, él dice, pícaro, que vio como todos cantaron “Un vestido y un amor” mientras veían el DVD, y ¿por qué no repetirla ahora en vivo?: Delirio general. Deja que sea el público quien la cante y exclama: “¡Qué lindo suena, me lo voy a llevar la banda! Nos vamos todos... no sé, para Malasia” y la grabamos allí. Risas.
9. Fue amor.
10. Hace un comentario sobre las palabras, que suelen ser una maquinaria diabólica, que prefiere un beso, un abrazo, pero que bueno hay palabras que intentan expresar lo que somos, y dice que le gusta estar “Al lado del camino”. Casi la está diciendo y las más de 5 mil personas quedan roncas cantando con él.
11. “Ciudad de pobres corazones”. Preciosa noche, es una noche inolvidable, confiesa conmovido.
12. “Dar y dar”
13. Mariposa tecnicolor”
Todas esas en un coro común con el público.
Se levanta como para irse, el público grita, dice que hará un par de ellas más, y bromea con que lo hemos disfrutado doble (aludiendo al concierto primero en el DVD).
Se sienta al piano y empieza a tararear jugando con la palabra “Habáname” de la canción de Carlos Varela, viaja su teclado y de pronto sorprende cantando la primera estrofa de “Sueño con serpientes” de Silvio Rodríguez y entra de lleno en “Habana a tus pies” como quien da por entero su amor a nuestra ciudad.
El público de pie, se encienden las luces, muchos se abalanzan hasta los límites del escenario y ocurre lo que rebasa todo límite espiritual posible, se acerca a la gente y dice que quiere despedirse cantando a capela. No solo sin el piano, sino también sin micrófono. Muchos subimos al escenario y lo rodeamos, dejándole apenas un círculo de un par de metros. No me explico cómo pero aquellas casi 6 mil personas hicieron un silencio absoluto y todo el teatro le escuchó ese himno de Nuestra América, o de la humanidad Nuestra que es “Yo vengo a ofrecer mi corazón”. Por instantes un coro susurrante le hacía como un eco; la voz desgarrada de Fito, sacó lágrimas, o era acaso una eterna lágrima de amor. En medio del clamor desapareció.
Muchos se resistían a salir del teatro, todos repetían la grandeza de esas horas vividas. Y nos quedamos repitiéndonos las últimas frases de su canto:
Y hablo de países y de esperanzas11. “Ciudad de pobres corazones”. Preciosa noche, es una noche inolvidable, confiesa conmovido.
12. “Dar y dar”
13. Mariposa tecnicolor”
Todas esas en un coro común con el público.
Se levanta como para irse, el público grita, dice que hará un par de ellas más, y bromea con que lo hemos disfrutado doble (aludiendo al concierto primero en el DVD).
Se sienta al piano y empieza a tararear jugando con la palabra “Habáname” de la canción de Carlos Varela, viaja su teclado y de pronto sorprende cantando la primera estrofa de “Sueño con serpientes” de Silvio Rodríguez y entra de lleno en “Habana a tus pies” como quien da por entero su amor a nuestra ciudad.
El público de pie, se encienden las luces, muchos se abalanzan hasta los límites del escenario y ocurre lo que rebasa todo límite espiritual posible, se acerca a la gente y dice que quiere despedirse cantando a capela. No solo sin el piano, sino también sin micrófono. Muchos subimos al escenario y lo rodeamos, dejándole apenas un círculo de un par de metros. No me explico cómo pero aquellas casi 6 mil personas hicieron un silencio absoluto y todo el teatro le escuchó ese himno de Nuestra América, o de la humanidad Nuestra que es “Yo vengo a ofrecer mi corazón”. Por instantes un coro susurrante le hacía como un eco; la voz desgarrada de Fito, sacó lágrimas, o era acaso una eterna lágrima de amor. En medio del clamor desapareció.
Muchos se resistían a salir del teatro, todos repetían la grandeza de esas horas vividas. Y nos quedamos repitiéndonos las últimas frases de su canto:
Y hablo por la vida, hablo por La Habana
Y hablo de cambiar esta nuestra casa
De cambiarla por cambiar nomás
Quién dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Escucho el CD "El amor después del amor" acompañando la lectura de la crónica y mágicamente se recrea lo vivido en el Karl Marx. Dos "delirantes" se han encontrado anoche: La Habana y Fito. Los cuerpos, los sentidos, las almas se echan a andar.
ResponderEliminarEl próximo domingo, Fito, Charly, León, Víctor Heredia cantarán en Plaza de Mayo en una fiesta popular por los 29 años de recuperación de la democracia luego de tan cruel dictadura militar, por un año del segundo mandato de Cristina y la aplicación efectiva de la Ley antimonopólica de medios audiovisuales. Son tiempos que merecemos estas fiestas de las almas y la música comprometida. Un abrazo, Diablo.Que se vengan las fotos y más vivencias.
Amiga Marta, como si tus viejos sueños (y luchas) se cumplieran, como si aquel antiguo rezo tuyo por la canción sentida y con sentido, por el compromiso de los cantores con sus pueblos (o el pueblo nuestro único, universal)fuese escuchado, en estos días estamos viviendo un nuevo golpe de amor contra los inviernos globales descerebrantes, insolidarios... está llegando el amor, después del amor...
Eliminaryo estuve alli:
ResponderEliminarespectacular, soberbio, delirante, conmovedor, inigualable, inolvidable!!!
Fito nos ha roto el corazón!
Cierto amigo anónimo, más que rompernos el corazón, creo que nos lo ha reparado, le puso más memoria a nuestro disco duro para que almacenemos más nutrientes poéticos. Un abrazo
EliminarAmigo Diablo,
ResponderEliminarDepsués de leer tu artículo me he kedado con muchísimas ganas de desempolvar los discos de Fito de las carpetas de mi disco duro y escuchar su música, sentarme a leer una y una vez más tu artículo acomñado de un buen trago y sentirme de esta forma en este gran concierto ke vivieron en la Habana. Grandeza de músico como bien dices tú considerado de nuestra Isla.
Gracias miles kerido Diablo nuevamente por compartir estas vivencias para los ke no pudimos disfrutar estos inolvidables momentos, pero sí, estar presente bajo la imaginación de tu narración y la música de un buen compositor.
Sonrisas.
Hermano Roly, brindo contigo y ojalá pronto nos veamos en las descargas habaneras que tanto has compartido; un abrazo fuerte, para ti y el peuqeño industrialista...
EliminarBellísima y vivísima crónica. No estuve ni he estado en tu hermoso y orgulloso país... pero la identificación y el amor empedernido que siento hacia el mío, Venezuela, hace que te entienda al vivir momentos tan gloriosos como este en momentos llenos de locura espiritual que hace que despeguemos hacia los más altísimos estados de conciencia. Adoro a tu Cuba, tanto como adoro mi Patria, que ahora nos enseñan, que es tuya y la tuya es nuestra. Muchos saludos! }
ResponderEliminarIndira
Dakini o Indira: Es recíproco el amor, pues amo mucho igualmente a Venezuela, en la que he estado en varias oportunidades, viviendo noches como de 70 horas, con amigos entrañables,entre guitarrazos y Santa Teresa. Claro que, nuestra patria es grande, poética, y abarca los pueblos del continente, y a cantores como Fito, o Alí, o Lilia Vera, o Chico, Silvio, en fin, dijo Martí, patria es humanidad.
Eliminaryo quedé en piel de gallinas .....tu has estado allí y vives allí? creo que Fito nos abraza a todos.....hermosa la compar´ti en mi blog
ResponderEliminarGracias por compartir esas vivencias enm tu blog, he tenido la suerte de estar en varios conciertos de Fito, el primero en el 86 u 87 en el mismo teatro; por entonces estaba fresco el disco Giros, luego volvió con Ciudad de pobres corazones, otra vez cantó en la Plaza de la Revolución con Sabina y este tuvo una energía y una entrega de Fito muy peculiar, (lo cual no es poco decir, pues siempre que sale a escena lo hace con toda el alma) pero, no sé, hubo algo sentimiental extra que hizo como si estuviera cantándole a uno personalmente, y así lo sintió cada espectador-cantor, pues casi todo el concierto estuvo cantando el público con él.
EliminarTu crónica es excelente, me hizo poner la piel de pollo!
ResponderEliminarGracias totales, de todos los que no pudimos estar allí,porque a través de tus palabras, recorrimos cada escena con el corazón.
Desde la ciudad de los pobres corazones, Rosario, Argentina!
Gracias Rocío,por habenros acompañado con tu lectura enamorada, va mi abrazo hacia esa ciudad donde habitan ricos corazones, intensos y poéticos como el tuyo. De paso te cuento que es la Argentina tierra sagrada para mí por su cultura; desde Gardel-Razano, Piazola, Charly, Mercedes, Spinetta, León, Baglietto, hasta Liliana Herrero, los Carabajal, Verónica Condomí, Ismael Torres, cantores infinitos, muchos de los cuales he podido disfrutar incluso en vivo. Y qué decir de descritores y poetas como Paco Urondo, Juan Gelman, Borges, Cortazar, en fin que también es una ciudad de tesoros para los corazones...un abrazo
EliminarAh y Rocío... Oh gota de Rocío no dejes de caer,
para que el amor mío siempre me quiera tener
tienes fotos de fito paez en la plaza alla en el 97 no pude verlas
ResponderEliminarPronto sacaré algunas fotos del concierto de este miércoles, indagaré con amigos por las fotos de aquel concierto en la Plaza.
Eliminarun abrazo
No pude ir. Acabo de leer el reportaje y una lágrima rodó, los espejuelos- que ya uso por los años de tantas lecturas- se empañan.
ResponderEliminarNo me puedo contener y sigo llorando en silencio, siempre en silencio. Imagino la atmosfera, las canciones con sus letras, sus mensajes y vivo una enorme carga muy adentro; que nace de recordar.
No estuve allí. Ni falta hizo, desde acá todavía lo escucho.
Pregunto y contesto:
¿Quien dijo qué todo esta perdido, cuando Yo, en este breve espacio, vengo a ofrecer mi corazón...?.
Poetizas como tú, María, están donde su alma lo desea, tan fina y honda sensibilidad asiste a cualquier evento donde se desate el amor, sin tener que trasladarse; esa es la ventaja de los que saben amar.
EliminarYo también estuve allí, con amigas, que es la mejor forma de escuchar la buena música, y de pronto me di cuenta que éramos todos, los cinco o mil o seis mil, uno solo, rockeando, emocionándonos, llorando también. Y como además, soy de las que tuve la suerte de estar también en el Karl Marx allá en el 86 u 87 pues me considero afortunada. Gracias Fide por poner en palabras, escurridizas, cuando el corazón late con demasiada fuerza, lo que todos sentimos esa noche.
ResponderEliminarAsí que hemos estado viviendo, como en paralelo, momentos de esos grandes que nos da la vida; con los que crecemos y el amor llega más lejos; de seguro tú lo escribiste también vibrando y enviando señales del alma para que todo fluya...
ResponderEliminarCada vez que leo cosas como estas, de las bellas que ocurren en Lahabanitamía, pienso: "ahora sí que vuelvo". Excelente post diablo. Desde acá se disfruta el amor, pero no hay nada como La Habana.
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