Fidel es un país

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____________Juan Gelman

viernes, 5 de septiembre de 2014

Luis Eduardo Aute: La belleza

Aute cargado por Víctor Manuel, Serrat y Silvio  
Más que amor, lo que siento por ti.
es el mal del animal,
no la terquedad del jabalí,
ni la furia del chacal...

Es el alma que se encela
con instinto criminal,
es amar, hasta que duela,
como un golpe de puñal...

Ay, amor, ay, dolor...
Yo te quiero con alevosía...
Acercarse a la esencia de ese misterio que llamamos Amor, ese el sueño humano; hurgando en la obra de Luis Eduardo Aute podemos encontrar disimiles laberintos por los cuales transitar apresando imágenes que cargan los sentidos para viajar hacia él. La poesía auténtica no es más que eso, mostrarnos caminos para crecer espiritualmente, única manera de ser más plenos, más intensos, más preparados para darle a la vida la belleza.    
Puede que esto de vivir
consista en disfrazarse de veleta y de girar
según qué viento
y de celebrar el triunfo
de las estrategias sobre la caducidad
del sentimiento
y de coronar las cumbres
más resplandecientes donde el águila
es experta en alpinismo
y de especular con el honor
como la causa justa más preciada
del mejor cinismo...

Calma, corazón, calma, corazón, sabes bien
que la única razón que aún asumo
es la improcedente sinrazón
de amar y amar y amar...
y sólo amar,
el resto es humo.
Creadores como Aute, nos ayudan a vernos, a encontrar un lugar en la historia humana, ese micropunto que somos en el tiempo. En anterior artículo me referí a las diversas vías por las cuales se expresa: la pintura, el cine, la literatura y por supuesto la canción. Desde los años 60, apenas empezando a componer, obtuvo gran reconocimiento cuando canciones suyas como “Rosas en el mar” y “Aleluya” alcanzaban resonancia internacional, en la voz de Massiel. Pero no escogió el camino de la fama, que regularmente incita a fórmulas de éxito anulando la capacidad creativa, siguió buscando la poesía, los secretos del alma, de ahí que haya transitado 50 años de creación incesante.  
Y van pasando los años
Y al fin la vida no puede ser
sólo un tiempo que hay que recorrer
a través del dolor y el placer;
quién nos compuso el engaño
de que existir es apostar a no perder.
Vivir es más que un derecho,
es el deber de no claudicar
el mandato de reflexionar
qué es nacer, qué es morir, qué es amar.
el hombre, por qué está hecho
y qué eres tú, libertad,
libertad, libertad, libertad.
Sereno, sin espectacularidades, solo abrazado a la poesía en todas sus artes, ha transitado Luis Eduardo Aute por medio siglo de creación, y tiene sin dudas un lugar privilegiado en la cultura universal. Este creador nacido en Manila Filipinas en 1943 ha tejido un cosmos amplio, diverso, espeso, que nos incita a navegar por él para hacernos mejores, más atentos, más humanos.
La idea no es razonable,
tampoco el verbo fundamental;
¿es el alma principio o final,
o armonía del bien frente al mal?
qué es el amor insondable
que empuja al cuerpo a ser incógnita
inmortal.
El siglo está agonizando
y el testamento que va a dejar
es un orden que quiere ocultar
el preciso compás del azar;
a qué seguir respirando
si no estás tú, libertad,
Libertad, libertad, libertad.
Luis Eduardo Aute es un creador colosal, estamos hablando de una obra musical que rebasa los 35 discos personales, y como es de suponer múltiples colaboraciones, discos colectivos y antologías. Sus canciones han sido interpretadas por cantores en todas las latitudes, y podemos nombrar entre sus más resonantes piezas “Al alba", "Las cuatro y diez", "Anda","Slowly, "Una de dos", “Dentro”, "Pasaba por aquí", "No te desnudes todavía", “Aleluya nº1"."Rosas en el mar", "Dos o tres segundos de ternura", "Cada vez que amas", "Sin tu latido", “Cuerpo a cuerpo", “La belleza" “Me va la vida en ello” y "De alguna manera".
De alguna manera
tendré que olvidarte,
por mucho que quiera
no es fácil, ya sabes,
me faltan las fuerzas,
ha sido muy tarde
y nada más, y nada más,
apenas nada más.

Las noches te acercan
y enredas el aire,
mis labios se secan
e intento besarte.
Qué fría es la cera
de un beso de nadie
y nada más, y nada más,
apenas nada más.
Si fuera poco que la obra de Aute comprenda unos 35 discos con su música, su labor como artista plástico compila más de 40 exposiciones entre las personales y las colectivas, en España, Estados Unidos, Francia, Cuba, Brasil, República Dominicana y Holanda, entre otros países.
Como realizador de cine y videos empezó también temprano con el cortometraje  Senses de 1961 y luego ha realizado otros materiales cinematográficos como Días de viejo color en 1967, Minutos después en 1970, A flor de piel en 1975, El muro de las lamentaciones en 1986, La pupila del éxtasis en 1989, Un perro llamado Dolor en 2001 y El niño y el basilisco en 2012.
Pues también Luis Eduardo ha publicado más de 10 libros entre ellos los poemarios: Poemarios La matemática del espejo en 1975, Templo de carne en 1986,  el disco-libro animaLuno en 1994, el libro-vídeo animaLdos en 1999, y Volver al agua. Poesía completa (1970-2002) por mencionar algunos.  
Quiero vivir intensamente
en los paisajes con mis gentes,
con la alegría en una mano,
con el dolor en la otra mano.

Me gusta que al caer la tarde
encuentre a alguien que me aguarde.
No quiero lujo, ni grandeza;
tan sólo espero que me quiera.

Y, si algún día la vendiera,
al mismo diablo yo lo hiciera,
prefiero el fuego del infierno
a que un mortal fuera mi dueño.
Entre su obra cinematográfica es de resaltar su película de larga duración Un perro llamado dolor, que vio la luz en 2001,fruto de una labor de cinco años pues se trata de  un proyecto de animación para el que tuvo que hacer más de cuatro mil dibujos a lápiz. El film salió en formato dvd acompañado de un disco con la banda sonora, compuesta por el propio Aute, con Silvio Rodríguez, Suso Sáiz y Moraíto Chico.
Cierto que huí de los fastos y los oropeles
y que jamás puse en venta ninguna quimera,
siempre evité ser un súbdito de los laureles
porque vivir era un vértigo y no una carrera.

Pero quiero que me digas, amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello…
dímelo…
me va la vida en ello.
Dos de los momentos musicales de más resonancia en la vida de Luis Eduardo Aute en los que se asocia a otros grandes cantautores son, sin dudas, la gira Mano a Mano con Silvio Rodríguez, en 1993, de la que quedó un disco y un video memorables; hermoso gesto de hermandad de este creador pues lo recaudado por ellos se donó para la creación de los Estudios de Grabación Abdala, en Cuba.  
Otro gran suceso en lo que toca a música de Aute fue el disco¡Mira que eres canalla Aute!” grabado en el 2000 donde interpretan sus canciones grandes de la música universal como Joan Manuel Serrat, Fito Páez, Pablo Milanés, Ana Belén, Juan Carlos Baglietto, Jorge Drexler, Eliades Ochoa y el Cuarteto Patria, Joaquín Sabina, Silvio Rodríguez, Ismael Serrano, León Gieco, Pedro Guerra, José Mercé, y Pedro Guerra, entre otros.
Cierto que no prescindí de ningún laberinto
que amenazara con un callejón sin salida
ante otro “más de lo mismo” creí en lo distinto
porque vivir era búsqueda y no una guarida.

Cierto que cuando aprendí que la vida iba en serio
quise quemarla deprisa jugando con fuego
y me abrasé defendiendo mi propio criterio
porque vivir era más que unas reglas en juego.
Amante sin medida, desprendido, sin pensar en ganancias materiales, crear para vivir, ser útil, darse como única vía de felicidad posible; atento a todo lo que acontece desde una idea o sentimiento que estremece su espíritu hasta el sueño de alguien que está a su lado, o el dolor del más remoto ser, testigo activo de su tiempo, traductor del alma de su pueblo, del humano.
Rezan las leyes básicas
de una curiosa ética
que el hombre es una máquina,
consumidora intrépida.
Compre electrodomésticos,
dicen los nuevos místicos,
es el gran signo de éxito
del "homo sapientísimo".

Producto, consumo,
éste es el triste tema de esta canción,
canción, canción... consumo,
éste es el triste tema de esta canción.
“La belleza”. Alistado siempre en las grandes causas de la humanidad, defensor de la justicia para todos, ese creador pleno, y ya eterno, que es Luis Eduardo Aute, ha alzado su canto y su voz contra las guerras, contra la deshumanización capitalista. “La belleza es el grito de quien se aferra al sueño, a la ilusión pese a todo, el quijote que no se deja vencer en momentos como la caída del campo socialista entrando a los 90. La caída del Muro de Berlín con el concierto de Pink Floyd desató la euforia por echar abajo con aquellos bloques el socialismo real, un hermoso ideal desvirtuado hasta su antítesis. El capitalismo, el imperio declaraban su fiesta universal, decretando el fin de los sueños. Los comunistas apócrifos se quitaban la máscara, hacían su mea culpa, y se aliaban a los explotadores de siempre. Ante ese panorama de decepción, Luis Eduardo Aute lanza al mundo su canto a la belleza.

La belleza

Autor: Luis Eduardo Aute

Enemigo de la guerra
y su reverso, la medalla,
no propuse otra batalla
que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra
bajo el paso de una historia
que iba a alzar hasta la gloria
el poder de la razón,
y ahora que ya no hay trincheras
el combate es la escalera
y el que trepe a lo más alto
pondrá a salvo su cabeza
aunque se hunda en el asfalto
la belleza...

Míralos, como reptiles,
al acecho de la presa,
negociando en cada mesa
maquillajes de ocasión;
siguen todos los raíles
que conduzcan a la cumbre,
locos porque nos deslumbre
su parásita ambición.
Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta;
mercaderes, traficantes,
más que náusea dan tristeza,
no rozaron ni un instante
la belleza...

Y me hablaron de futuros
fraternales, solidarios,
donde todo lo falsario
acabaría en el pilón.
Y ahora que se cae el muro
ya no somos tan iguales,
tanto vendes, tanto vales,
¡Viva la revolución!
Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo,
ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza…




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