No5 Marzo-Abril de 1999
Entran a tu vista estas líneas y —como por arte de magia— comienza mi existencia. Quién sabe si en este instante otro u otros coterráneos comparten el silencio con nosotros dos, entrando por el laberinto de las letras hacia el paraíso de una idea, una aspiración, una inquietud común. De ahí el carácter sagrado del espacio que abro en esta página como complicidad de voces que vienen de todos los siglos. Soy eso, todos y nadie, sueños que han viajado por la eternidad buscando respuestas para que el ser humano sea, por fin, humano. No estaremos de acuerdo en todo pero estoy seguro que somos como un coro de seres incorpóreos, conectados simple —e inmensamente— por el espíritu. Quizás tengas preguntas que lanzar al viento, en ese caso te basta con dirigirme unas líneas, ya sabes que puedes contar hasta la última verdad con…
El Diablo Ilustrado
Alguien dijo que el amor mira a través de un telescopio, mientras que la envidia mira a través de un microscopio. Ciertamente, el sentimiento afectivo nos lleva a ensanchar en nuestras pupilas la puerta de las virtudes a la par que los sentimientos oscuros la estrechan hasta no dejar ver siquiera la cara iluminada de la luna. Malas consecuencias trae al alma esa torcedura llamada envidia, así como la polilla arruina la ropa, la envidia consume al hombre. Envidiar es tener complejo de inferioridad, vivir insatisfecho con uno mismo, negar el talento, la lucidez que no es capaz de tener. Tal vez pensando en esos que se la pasan hablando mal de los otros y ven todo desde las gafas oscuras de su mente, Mario Benedetti escribió: cuando el infierno son los demás, el paraíso no es uno mismo. Si conversas con alguien así no te dejes arrastrar, piensa que mañana ese otro serás tú; así como te habla de aquel, mañana hablará sobre ti. Por ello cuando alguien se acerque a confesarte con fingido secreto que “fulanito o ciclanita andan diciendo que tú eres un farsante, un desalmado, un esto o un lo otro…” respóndele como Corteline: pasar por idiota a los ojos de un imbécil es un placer de infinito buen gusto.
Otra cara de la envidia es la alabanza desmesurada, hablando en cubano: “el guatacón”. Para nuestro Martí la alabanza justa regocija al hombre bueno y molesta al envidioso. La alabanza injusta daña a quien la recibe: daña a quien a la hace. Resulta muy saludable saber criticar, analizar y dar un criterio honesto a un amigo, compañero, ser querido. No obstante, existe quien emplea el elogio o señalamiento con un trasfondo, con ánimo de destruir lo que hay de estrella en los demás, o, incluso, lo utiliza como mecanismo para sacar algún provecho. ¿Acaso no conoces a esos que le guataquean a un jefe, profesor, o conocido, para ganarse su aprecio y obtener ventajas materiales, relaciones o una buena nota? Ello nos emite de nuevo a Martí: La alabanza excesiva repugna con razón al ánimo viril. Los que desean toda la alabanza para sí, se enojan de ver repartida la alabanza entre los demás. El vicio tiene tantos cómplices en el mundo, que es necesario que tenga algunos cómplices la virtud. Al corazón se le han de poner alas, no anclas. El envidioso, por lo regular, no se conforma con blasfemar de los demás, el resto de su conversación la emplea en el autobombo. Son esos ejemplares de los que pensamos “pobrecito, no tiene abuelita que lo celebre” y su discurso se centra tanto en autoreconocerse que nos hace pensar que el nombre más adecuado para él es Mimí Yoyó…pues todas sus oraciones comienzan “no porque YO hice esto, YO estuve en tal cosa, MI bondad, MI ayuda… YO fui el que más, gracias a MI rapidez fue que YO…”Sabiduría es andar por la vida con humildad. Hasta en la hora de alabar hay que hacerlo con mesura; la celebración desmedida puede parecer burla o adulonería.
La alabanza al poderoso puede ser mesurada, aun cuando el mérito del poderoso justifique el elogio extremo, porque la justicia no venga a parecer solicitud. A quien todo le mundo alaba, se puede dejar de alabar; que de turiferarios está lleno el mundo, y no hay como tener autoridad o riqueza para que la tierra en torno se cubra de rodillas. Pero es cobarde quien ve el mérito humilde, y no lo alaba. Y se ha de ser abundante, por la ley de equilibrio, en aquello en que los demás son escasos. A puerta sorda hay que dar martillazo mayor, y en el mundo hay aún puertas sordas. De esta manera pensaba Martí.
Dice un proverbio persa que dos cosas son indicio de debilidad: callar cuando conviene hablar y hablar cuando conviene callar. Para actuar con justicia hay que guiarse por los dictados de la honestidad. Algunos dicen lo que el interlocutor desea oír, pero más creíble es el que plantea lo necesario para el bien del prójimo. En cuanto al que va tejiendo tortuosos secretos a tus espaldas, alguien dejó escrito: si dicen mal de ti con fundamento, corrígete, de lo contrario ríete. A la larga quien se empeña en el bien salta todos los obstáculos. No te preocupes por el que pone zancadillas con sus enredos, como dice un proverbio español quien siembra vientos recoge tempestades.
Estoy aqui diablo ilustradísimo.GRACIAS!!! A TODOS POR COMPARTIR LA UTOPIA.
ResponderEliminarYamirys
@El Diablo Ilustrado
ResponderEliminarBuena sorpresa. Habia llegado a la Revista Somos Jóvenes, pero no aquí.
Tus diabluras ya andan por http://blogscubanos.wordpress.com/
Saludos
Anónima (Yamirys) gracias a ti por compartir ese espacio de trova, videos y baile (con la cabeza puesta) del Piano bar Tun Tun, nos vemos este sábado 1 de octubre en una nueva descarga.
ResponderEliminarDiablo ilustrado te escribe el diablo iluminado, realmente son palabras para forjar el alma y para cambiar este mundo que es un mercado mediocre donde todos tienen precio como dijo mi dios facundo cabral.
ResponderEliminarDiablo ilustrado eres un artista, Dios esta contigo.
ResponderEliminarAmigo Anónimo, gracias por lo que crees ver en estos escritos, solo soy un escribano de la huella de los fantasmas eternos; puede que el mundo sea mediocre (o hasta mucho peor) pero sabes que no todos tenemos precio, u otro precio que no sea el del amor y no creemos en la sacrosanta vida consumista; no soy lo que tengo sino lo que soy, y por ello pretendo que me valores. Como dice ese dios (tuyo y mio)Facundo Cabral —a quien perdimos hace poco por esas mismas miserias del mundo de los odios que siembran los poderosos con su avaricia—: "No soy de aquí ni soy de allá,
ResponderEliminarno tengo edad ni porvenir,
y ser feliz es mi color de identidad"
Si hay muchos dolores y guerras e injusticias que diseminan con las armas y los medios masivos desde los poderes imperiales, también hay los pobres de la tierra alzando sus voces, ahora mismo en madrid,contra las medidas económicas, en Chile por el derecho a la educación, y en muchos rincones con protestas o poemas, o canciones, somos (y cada vez seremos más) los que no dejan en soledad a Lennon con su Imagine. Y ya que mentamos al dios Cabral, con él te abrazo
Caracol milenario que camina los sueños,
color de otras esferas que enamora el silencio,
esencia de los mares que crece la montaña,
el pan de los pastores la luz de la cigarra.
La más hermosa brisa por la que vuelve el viento,
la eternidad grandiosa que vive en un momento,
la pasión más divina que libera el Quijote,
la razón del invierno que seduce al coyote.
Si yo pudiera ser, solo por una vez,
lo que tu crees que soy, lo que tu crees que soy.
Paloma de Picasso y vino de Machado,
espejo de Walt Withman y balcón de Gustavo,
clavel de Federico su luna y su campana,
la noche de aquel día que estalló en su ventana.
El sol maravilloso que incendia las arenas,
la misteriosa muerte, la manzana primera,
el estallido eterno de la eterna vida,
la libertad infinita y la pequeña herida.
Si yo pudiera ser, solo por una vez,
lo que tu crees que soy, lo que tu crees que soy.
("Si yo pudiera ser" Autor: Facundo Cabral)
querido diablo, no tengo palabras para explicarte el giro tan grande que le dieron tus pàlabras a mi vida cuando te leí por primera vez, espero algun dia tener mas que le placer, la dicha de conocerte, recibe un abrazo de tu fiel lectora, marian
ResponderEliminarDe seguro Mariam, esas palabras mías fueron el pretexto que tu alma esperaba, ibas a volar no porque el viento te empuje sino porque eres paloma. De todos modos, gracias por otorgarle tan alto premio a aquellos textos. En cuanto a la la dicha de vernos un día, seria yo privilegiado; me ronda un estribillo de una canción de Pedro Guerra...
ResponderEliminarMi luz, mi corazón, mi pajarita, mi creyón,
por verte fui dejando siluetas en las puertas.
Mi luz, mi corazón mi tinta china por amor
le pido al dibujante que me lleve en un cometa.
Cuidate
Tu decías en este número que comenzaba tu existencia-como por arte de magia- al entrar tus líneas en mi vista y así mismo me ocurre, comienza mi existencia cuando las leo. Estoy segura (nooo creo) que muchos comparten estos gritos, no silencio, de letras, de ideas tuyas y de otros, que nos traes en tu hilvanar de sentimientos, de signos. Que bueno que lograste conectarnos espiritualmente a unos cuantos, debes sentirte alagado hoy con ello.
ResponderEliminarPropones que las preguntas que tenga te las dirija, es bueno saber que puedo contar contigo, espero que sea contar, como decía Benedetti “no hasta dos, no hasta diez, sino que puedo contar contigo”.
Este tema de la envidia que proponías en este número me ha puesto a pensar. Este sentimiento es de los que se las trae, afecta tanto a quien lo profesa como al individuo que es envidiado, si de persona se trata. Este resulta gran obstáculo, frena al envidiado en muchas ocasiones y hasta al envidioso, pues en su estar a la mira y tachar al envidiado pierde tiempo y energías que podría utilizar en su avance, que le serviría, sino para igualar, al menos para acercarse al objeto de su desazón.
En estas líneas me he dedicado a repudiar la envidia, pero realmente ustedes a veces me la despiertan. No creo que mi desazón sea maligna, sino todo lo contrario, pues nace de la admiración que siento por todo el que es capaz de escribir lo que piensa. Admiración por aquellos que pueden expresar sus sentimientos mediante la grafía. Admiración siento por ustedes los que son capaces de mostrar, de compartir lo que han plasmado en su escritura. Admiración por los que no temen a la admiración, la critica; a ser enjuiciados por los otros.
Yo, no me atrevo.
Entonces, llega mi pregunta EDI. Resulto tan retorcida?
Yo me digo que no cuando me amparo en la frase de Rochefoucauld ; A menudo se hace ostentación de las pasiones, aunque sean las más criminales; pero la envidia es una pasión cobarde y vergonzosa, que nadie se atreve nunca a admitir.
Yo lo he admitido.
EDI dijo…Amiga Soledad, que incita a la mayor sinceridad, como buena soledad. Resultas encantadora con esas ideas que profesas, creo que ese sentimiento que llamamos envidia, lo sentimos todos de alguna manera a partir de la admiración, lo que tenemos que cuidarnos de dejar que se desarrolle como un cáncer espiritual, y darle —razón mediante— un carácter de bálsamo impulsor. Ante una obra humana cualquiera con virtuosismo, uno se estremece, sea una acción altruista de un ser (hace unos días escribía sobre René González cuando salió de la cárcel tras cumplir su injustísima condena y el estremecimiento que provocó en muchos verlos reencontrarse con sus hijas y su padre, la sencillez con que habló luego al pueblo cubano) o una obra de arte; uno ante esos sucesos sublimes, hasta llora, y en no pocas ocasiones se dice para sí “quién pudiera hacer algo semejante” desde una extrema admiración. Podemos decirle a eso que se siente una envidia, incluso la sabiduría popular le ha puesto apellido para diferenciarla de todo sentimiento oscuro acuñándola como “envidia sana”. Un genio como Silvio tiene una canción que pudiera simbolizar ese sentimiento, cuando dice
ResponderEliminar¿Quién fuera ruiseñor? ¿Quién fuera Lennon y Mc Cartney, Sindo Garay, Violeta, Chico Buarque? ¿Quién fuera tu trovador?
Creo que uno debe tener fortaleza de espíritu para impedir que ese respeto o aprecio hacia la virtud ajena se convierta en algo corrosivo en nuestro espíritu. La lógica de pensamiento no puede ser “por qué no hice yo lo que hizo esa maravilla que ha hecho otro”, sino “qué bueno que ha llegado esa maravilla al mundo” buscaré caminos para aportar también mis luces. Lo que otro ilumina no me hace oscuro, me alumbra mejor los caminos.
Te agradezco, mi entrañable Soledad, lo referente a los textos diablescos, que no tienen otro mérito (y no lo digo por la clásica falsa modestia) que el confabularnos alrededor de ese coro de fantasmas de nobleza cultural que ha dejado el tiempo vagando en espera de una clave para arrasar con la pobreza del mundo despoetizado que globaliza el imperio consumista. Si de algo puedo congratularme es de haber tenido fe en que existen —y no son pocos— los soñadores, los herejes de ese reino de la ambición y el egoísmo, y que buscando un santo y seña acudirían a complotarse; un santo y seña que aglutinara a los mejores fantasmas de la cultura humana, un santo y seña inspirado en aquel que lanzó con 15 años José Julián Martí (El Diablo Cojuelo) porque él es su majestad poética, tanto por su vida como por su obra; un santo y seña que no soy yo, ni nadie, es simplemente un rincón para encontrar las ideas más enriquecedoras, la verdad de las verdades, la que nunca se toca, pero no impide que nos acerquemos en la medida en que dos o mas ideas, choquen amorosamente; mi gran hallazgo no es más que haber dicho una vez “El Diablo Ilustrado” rezando porque tú aparecieras, partiendo de aquella Imagine de Lennon que gritó tras declararse un soñador “pero no soy el único”.
Me queda, por ahora, confirmarte que, ciertamente, puedes contar conmigo como Mario Benedetti, no hasta dos, ni hasta diez, sino contar. Y para compartir con otros ese tesoro, tuyo y mío, abro el cofre donde tenemos ese poema.
Compañera
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo
si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro
o a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo
si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense que flojera
igual puede contar
conmigo
Pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
Querido, Diablo Ilustrado. Soy de Venezuela, tengo 17 años. La primera vez que leí algo suyo tenía 15 años, desde entonces no he soltado su libro, antes solía leer fragmentos, ahora decidí leer el libro completo. Hace 11 años mi madre y mi hermana viajaron a Cuba, mi hermana fué quien compró el libro, ha pasado por muchas manos y ahora esta en las mías, no creo que lo suelte ya que es un buen libro. Durante la secundaria adornaba mis cuadernos con sus frases y citas, entre las citas que me gustan mi preferida es: "el mejor vicio que existe es aprender", en una oportunidad una profesora me dijo que un vicio nunca es bueno, incluso me decepcionó la manera en que me lo dijo, desde entonces me he preguntado ¿si no aprendo algo cómo me haré sabia?. Hay un escritor que me gusta mucho, siempre inicia con un: "no me creas, no te creas y no creas en los demás", pero me resulta difícil no creer en lo que personas como él y usted escriben si hay tanta verdad en sus palabras, se que solo están expresando su punto de vista con respecto a algo y la verdad me parece muy acertado. Ya usted lo dijo, solo esta dejando su huella y cada quien puede interpretar lo que escribe como quiera. "Yo vengo de cualquier parte y ando por todos los siglos. Vago por calles y montes, gestos y libros, sueños y canciones con la absoluta libertad del espíritu errante que no se guarda nada para sí".
ResponderEliminarMe despido, gracias por decir vagar.
Saludos desde Venezuela.
Querido, Diablo Ilustrado. Soy de Venezuela, tengo 17 años. La primera vez que leí algo suyo tenía 15 años, desde entonces no he soltado su libro, antes solía leer fragmentos, ahora decidí leer el libro completo. Hace 11 años mi madre y mi hermana viajaron a Cuba, mi hermana fué quien compró el libro, ha pasado por muchas manos y ahora esta en las mías, no creo que lo suelte ya que es un buen libro. Durante la secundaria adornaba mis cuadernos con sus frases y citas, entre las citas que me gustan mi preferida es: "el mejor vicio que existe es aprender", en una oportunidad una profesora me dijo que un vicio nunca es bueno, incluso me decepcionó la manera en que me lo dijo, desde entonces me he preguntado ¿si no aprendo algo cómo me haré sabia?. Hay un escritor que me gusta mucho, siempre inicia con un: "no me creas, no te creas y no creas en los demás", pero me resulta difícil no creer en lo que personas como él y usted escriben si hay tanta verdad en sus palabras, se que solo están expresando su punto de vista con respecto a algo y la verdad me parece muy acertado. Ya usted lo dijo, solo esta dejando su huella y cada quien puede interpretar lo que escribe como quiera. "Yo vengo de cualquier parte y ando por todos los siglos. Vago por calles y montes, gestos y libros, sueños y canciones con la absoluta libertad del espíritu errante que no se guarda nada para sí".
ResponderEliminarMe despido, gracias por decir vagar.
Saludos desde Venezuela.