Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

lunes, 31 de octubre de 2011

Diablo en Somos Jóvenes No 8


Revista Mensual 173, Julio de 1999
Encontrarte es mi mayor anhelo. Verte no puedo, soy —físicamente— sólo tinta sobre una hoja en blanco. En cambio tú sí puedes, más que verme, sentirme, hurgar en estos sueños que recojo en largos viajes por los siglos y asentir o discrepar de las ideas que expreso. Entonces yo sabría de ti si osaras enviarme una esquela. Mientras ese milagro no suceda, queda abierto un sendero trazado con huellas de múltiples pensadores y amantes, entre ellos (más amante que pensador) este que te extiende la mano y al que puedes llamar… El Diablo Ilustrado
Cada cual ve el amor desde su óptica. Platón —filósofo de la antigüedad— decía que el amor es una enfermedad mental muy grave. Lo que verifica el peso que le daba a la razón por encima de las pasiones. Napoleón, por su parte afirmaba —con su psicosis bélica— que la única victoria sobre el amor es la contienda. Realmente le doy cierta razón, el amor nunca llega a ser una victoria, es una constante lucha por llegar más lejos en la comunicación entre dos seres: quien quiera aprender del amor, nunca dejará de ser alumno.

Hay quienes piensan que es algo fugaz, como el verso de Neruda que dice amo el amor de los marineros que besan y se van, sin embargo —paradójicamente— fue el gran poeta chileno un hombre que vivió muchos años con una misma mujer.
Otro gran escritor, León Tolstoi, escribió: Decir que uno puede amar a una persona por toda una vida es como declarar que una vela puede mantenerse prendida mientras dura una existencia. Y, vuelve la paradoja, ya que una obra monumental como su novela “La guerra y la paz”, él nos narra grandes pasiones que vencen el tiempo. Yo podría inferir de estos casos que no siempre los poetas viven como escriben o escriben como viven (algo así como haz lo que digo y no lo que hago) pero creo, más allá del capitán araña, que el amor es algo sin recetas, contradictorio,  que uno lo asume en diversas etapas de la vida de maneras diversas. Hay momentos en que se siente algo eterno y otras (sobre todo tras un desengaño o desilusión) como algo muy efímero. En todo caso la durabilidad de una pareja no me parece tan importante como lo intenso y profundo que pueda resultar ese encuentro de dos; como dice una canción de Luis Eduardo Aute: me bastan solamente dos o tres segundos de ternura, claro que si son muchos más… mejor.    
Jacinto Benavente define, no sin cierta dosis de estoicismo: el verdadero amor, el amor ideal, el amor del alma, es el que sólo desea la felicidad de la persona amada, sin exigirle en pago nuestra felicidad.  Y aquí voy a medias con él, si bien la esencia de este elevado sentimiento no es exigirle a la otra mitad, no creo que sin recibir recíprocamente se pueda entregar mucho.
Hay quienes se debaten entre la maravilla y la tragedia: todo en amor es triste, mas triste y todo, es lo mejor que existe, expresa Campoamor. Mientras Bailey cree que el más dulce de los gozos, el más violento de los pesares, es el amor. Todo en la vida tiene de sus contrarios, ¿qué valor puede tener la alegría si no le amenaza la tristeza? ¿Cuán importante puede resultar tener a una persona si no existe la posibilidad de perderla?
Amor es una palabra manoseada, que no puede tener otra definición que la más elemental: sentimiento elevado de una persona hacia otra (empleándola en el sentido exclusivo de pareja). Más allá de eso, cada cual le llama amor a lo que desea y así ha quedado el término mezclado a simple atracción física, a empatía espiritual, hay quien usa la palabra para alcanzar un provecho del otro, o hasta quien se disfraza con ella. Ahora bien, todo el que la emplee en un sentido que no está directamente ligado a desinterés, pasión, entrega, pureza, está haciendo un mal uso de ella.
Todos hemos nacido para el amor… es el principio de nuestra existencia, como también es el fin. Coincido con Disraeli en este pensamiento, amor (hablando ahora en el amplio sentido de la palabra) es la esencia de la vida. Lo que se hace sin él está vacío, hueco. Los que sobreponen intereses o simplifican a placeres elementales el amor, están consumiendo un simulacro de vida y van por el mundo muertos y no lo saben.
De manera que existen tantos conceptos como seres, quiero dejar mi última huella en ti con uno de los amigos más enamorados que conozco. Tiene 22 años en el momento en que le escribe a una muchacha llamada Blanca una especie de carta-cuento. Está sufriendo el exilio En España y se le mezclan las nostalgias por su patria oprimida con la de romances sin sentido. El nombre del joven: José Martí.
Ni patria ni amor. ¿Entiendes tú que n corazón lata en vano, y no sepa el miserable por qué late? ¿Entiendes tú, que un alma se sienta repleta de vigor, ardiente para amar, henchida con intentos generosos, —y no sepa en qué ha de emplear su fortaleza, ni encuentre cosa digna de poseer sus ansias ni halle dónde verter su generosidad? —Así vivo yo. Yo siento en mí una viva necesidad, un potente deseo, una voluntad indomable de querer: yo vivo para amar: yo muero de amores, —y he querido encarnarlos en la tierra, y una fue carne y otra vanidad, y otra mentira y otra estupidez, y entre tantas mujeres para los ojos, no halló el alma una sola mujer.
La patria me ha robado para sí mi juventud.
Mi corazón se va lleno de ir de esas necias criaturas que lo usan, que lo desean, que lo aman quizás, pero que no son capaces de entenderlo. —Y vivo cadáver, encerrado en extraño país; —avergonzado de tanto necio amor. Y vivo muerto. Si hallas tú alguna vez unos ojos más claros que la luz, más puros que el primer amor, más bellos que la flor de la inocencia; —para mí los guarda, para mi ansiedad los educa, dilo al instante, hermano mío, a esta alma enamorada que se muere por no tener a quién amar.      

2 comentarios:

  1. Hace varios días abro para comentar este y me encuentro tu Quien fuera con Papá cuéntame otra vez y ya todos los sentidos se pusieron en función de contestar a lo que escribiste de Serrano, a comentar el correo de tu amiga hablando de los Indignados, o más que hablando, mostrándonoslos y me revolvió de tal manera que olvidé por completo el primer objetivo.
    EDI, aunque tardío, quiero contarte que como casi todas las jovencitas, soñé muchos años con hadas y príncipes azules, entonces discrepaba de Tolstoi, me atrevía a decir que sí, que se puede amar a una persona por toda una vida. Que la existencia de ese amor eterno estaba más allá de la durabilidad de la pareja unida. Que podía romperse una relación amorosa, dejar de ser esta del dúo y sin embargo mantenerse vivo el amor que profesa un solo miembro de aquella paridad ya disuelta o que se profese amor inmortal también en ocasiones por alguien de quien nunca se ha sido “yunta”.
    Ahora, cuando han pasado algunos años y la vida me llevado por caminos nada fantásticos, siento que no, que un amor se mantiene vivo solo cuando se reciben afectos, muestras de simpatía, cariño, cuando nos reciprocan pasión aunque no sea en la misma medida en que se ofrezca pues realmente, este sentimiento, por puro, no exige.
    El apóstol Pablo en una de las cartas escritas a los Corintios dice: El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.
    EDI, con descripción tal apena que existan corazones como el de Martí padeciendo soledades, desamores, pero cuando se ha llegado a sentimientos elevados como para escribir en su obra EL Presidio Político en Cuba de la mayor de sus amadas, la Patria: … besé sus manos y las mojé con el llanto de mi orgullo, y ella partió, y me dejó abandonado a mí mismo. ...severa, rodeó con una cadena mi pie, me vistió con ropa extraña, cortó mis cabellos, y me alargó en la mano un corazón. ..Mi patria me estrechó en sus brazos, y me besó en la frente, y partió de nuevo, señalándome con la una mano el espacio y con la otra las canteras.
    Entonces, claro que hay lugar para sentimientos que lleven a escribir frases como esa de la carta que citas.
    Que pena que corazones rebosantes, con aspiraciones, ardores, no encuentren donde encausar sus pasiones o que existan corazones que se sientan vacíos o hastiados como aquel corazón que clama en la voz de Israel Rojas:
    Coloreado en sepia y de rojos ocres
    y con blancos que se han vuelto ya mediocres
    de usarles
    y unos besos con camisa y mal vestidos
    de pasión que ha tolerado
    mucho más que lo que ha querido.

    Si quiebran sus hilos
    el suelo lo espera
    disculpen sus gestos
    de tela y madera
    saboreando las secuelas.

    Fue lo que pudo
    y no exactamente lo que quiso
    aunque todo dio
    hasta que se deshizo
    recuerda aquel consejo extraño:
    cambia el suelo
    cada diez años.

    Vamos corazón hazme sentir
    si no quieres
    no confíes tanto en lo que creo
    pero no me latas sin deseo
    vamos corazón vuelve a sentir
    se que te he hecho pasar frío
    no me pagues con hundirme en el hastío.

    Remonta de nuevo las tablas
    abriendo las puertas
    no te escondas nada
    que todo se sienta
    al fondo un misterio
    y alguien nuevo te alimenta.

    Degustando el instinto
    luego de un café
    varado en una edad
    con promesas de bien
    cada amigo es un camino de regreso
    a todo lo que ama en su universo
    y comenzando
    teniendo que aprender
    no tan santo
    queriendo renacer...
    cambiando de jaula
    cambiando de jaula...

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  2. Ahora soy yo, Soledad,quien necesita un breve reposo, para distanciarme y volver luego sobre esas letras que me llevan a mares profundos del espíritu humano; no había reparado en ese texto de Israel Rojas sobre las trampas de la vida contra las que hay que luchar; sufres las penas del mundo, llevas a José Julián muy dentro, eres imbatible, tu ser vuela con piedad para los pomposos y los vanidosos,me aparto, te llevo...

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