Foto: Abelito Díaz González |
Quería haber escrito anoche mismo, sobre las 12, cuando llegué del concierto, pero los amigos insistieron en irnos a guitarrear para la calle G, (como casi siempre que “cargan las pilas” con el Santi) y en eso casi amanece.
Este sábado 14 de julio (¡Libertad, Igualdad y Fraternidad!) fue el primero de los dos conciertos en el Teatro Nacional, con los que Santiago Feliú celebra (otra vez —pues ya soplamos las primeras velitas en Casa de las Américas—) sus 50 años de vida, los cuales se están filmando por un equipo bajo la dirección del destacado cineasta Lester Hamlet, con la finalidad de realizar un DVD, Producciones Colibrí.
Confieso que yo salí de casa hacia el teatro como que rumiando preocupado: Santiaguito ha tenido un tren de conciertos y giras intenso en los últimos meses, acaba de cantar en Argentina el pasado domingo, inaugurando la sala El Revolucionario, de las Madres de Plaza de Mayo.
Un proyecto de esas dimensiones —dos conciertos para filmar, con banda, recorriendo antológicamente su obra— requiere un estudio minucioso de cada detalle y varias semanas de ensayo. Si cantó en Buenos Aires el domingo, llegaría martes o miércoles a Cuba. ¿En qué tiempo ensayaron?
Cabría suponer que tenía todo bien organizado y preparado desde antes de haber salido, pero no son las categoría “planificación y organización” de las primeras en la amplia y profunda escala de virtudes de Santiaguito.Para colmo, llegando a las afueras de la Sala Covarrubias, 8 y 5 más o menos, sentí al grupo ensayando.
Ya esto de filmar, complica en extremo y le da un toque especial al concierto, pues el público siente como que es también actor; cosa que, entre chistes, el propio Lester y Santiaguito enfatizaron.
Así mismo, si ocurre algún tipo de problema técnico o inconformidad artística, se repite determinada pieza; imagina, si Santiago en los conciertos que no se están filmando, repite regularmente un par de canciones porque no le gustó cómo quedaron… pero no: a pesar de que no faltaron los percances -una línea de audio defectuosa, un tin de reguero con el programa, cambios frecuentes de guitarra (al parecer con cuerdas acabadas de poner, pues la temperatura las desafinó más de lo habitual), entradas y salidas de los músicos acompañantes, (hasta un texto se perdió en el camino)-, la gente disfrutó plenamente, diría que hasta más que cuando todo fluye de arriba abajo pues nos entregó a un Santi más conversador, bromeando para cubrir los bachecillos que fueron surgiendo. Nos dijo varias veces que nos sintiéramos en casa, y ante algún inconveniente se decía “no, no me voy a poner bravo”, aludió también a su edad (trauma que nos salta cuando se cumple media rueda) y que por problemas del hígado tomaría agua en lugar del viejo whisky “¿se acuerdan?”, no faltó su alusión a que tiene el cloche con problemas ante algún tartamudeo y a cierta sacrolumbalgia que no le deja hacerse mucho el roquero, que tiene que cantar más trovadorescamente, “lo cual es mi esencia” —apuntó.
Detalles aparte, Santiago Feliú recorrió los primeros discos suyos Vida, Nauseas de fin de siglo, Futuro inmediato, y nos dimos el gustazo de rememorar grandes momentos de la canción trovadoresca cubana. Mayoritariamente los arreglos con la base de los originales, otros con aires más frescos, todos con una intensidad y virtuosismo al nivel de los músicos, ¡tamaños músicos! de que estamos hablando, Roberto Luis Gómez en las guitarras diversas, incluyendo un banjo, Yandiel Cruz en el bajo y nada menos que Oliver Valdés en la batería. Si esto fuera poco el mismísimo Robertico Carcasés en el piano y dirección artística.
Muy sabrosas llegaron “Para Bárbara” y “Solo arcoíris” con el piquete. Íntimo y nostálgico el Santi al piano con “Carta y suerte de tener a Gunila”. Maravillosa la versión de “Amigo dibujo” enfatizando el aire barroco, con una chelista (de la que, lamentablemente, no anoté el nombre —ya lo agregaré). Vibrantes los momentos roqueados (se olvidó el trovador de la sacrolumbalgia).
Transcurrieron tres décadas por el entramado de sus canciones; las batallas ganadas y las perdidas, los viejos amigos que ya no están, los que dejaron de hacer para tener, los que llegan, los que padecen, los que crean contra viento y marea. Asisitimos nuevamente a los 80 y el Mariel y la “Balada para Griffin” con clímax en “Generaciones” canción que dedicó a tres compañeros entrañables de trovas, Gerardo Alfonso, Carlos Varela y Frank Delgado y “muy especialmente —dijo— a Donato Poveda”. Llegaron los 90 con el “Noticiero” y las “Ansias del alba”, Patria sagrada sacudiéndonos desde los versos del trovador, siempre intenso, desagarrado y soñador empinando su voz ante la gran bandera (como único elemento escenográfico).
Gracias a un gran hermano Rafael Solís (que estaba haciendo cámaras) puedo pasarles
el listado de las 25 canciones en su orden. Fueron 28, pues el público (muestra de que las interrupciones no disminuyeron para nada la comunicación espiritual) pidió el retorno a escena del trovador y, tras el Futuro inmediato, de cierre, hizo al piano una versión íntima y muy a lo Santi de “Adónde van” de Silvio Rodríguez diciendo que quería especialmente dedicársela “a quien me ha ayudado siempre”. Luego cantó “Bolero”. Quiso terminar con un estreno, lo dijo incluso, pero… ¡ah, caraj!, no apareció el texto por ningún lado, ni en el forro de las guitarras, ni entre las letras que quedaron por el piso del escenario. La grandeza musical, y espiritual, de nuestro Santiago no se iba a dejar vencer así como así. Le prendió el intenso fuego a su guitarra y la rebeldía en la voz a punto de estallar “Llueve en agosto de 1981” por lo que cerró de la más hermosa de las maneras posibles: con un homenaje a Noel Nicola.
Este sábado 14 de julio (¡Libertad, Igualdad y Fraternidad!) fue el primero de los dos conciertos en el Teatro Nacional, con los que Santiago Feliú celebra (otra vez —pues ya soplamos las primeras velitas en Casa de las Américas—) sus 50 años de vida, los cuales se están filmando por un equipo bajo la dirección del destacado cineasta Lester Hamlet, con la finalidad de realizar un DVD, Producciones Colibrí.
Confieso que yo salí de casa hacia el teatro como que rumiando preocupado: Santiaguito ha tenido un tren de conciertos y giras intenso en los últimos meses, acaba de cantar en Argentina el pasado domingo, inaugurando la sala El Revolucionario, de las Madres de Plaza de Mayo.
Un proyecto de esas dimensiones —dos conciertos para filmar, con banda, recorriendo antológicamente su obra— requiere un estudio minucioso de cada detalle y varias semanas de ensayo. Si cantó en Buenos Aires el domingo, llegaría martes o miércoles a Cuba. ¿En qué tiempo ensayaron?
Cabría suponer que tenía todo bien organizado y preparado desde antes de haber salido, pero no son las categoría “planificación y organización” de las primeras en la amplia y profunda escala de virtudes de Santiaguito.Para colmo, llegando a las afueras de la Sala Covarrubias, 8 y 5 más o menos, sentí al grupo ensayando.
Ya esto de filmar, complica en extremo y le da un toque especial al concierto, pues el público siente como que es también actor; cosa que, entre chistes, el propio Lester y Santiaguito enfatizaron.
Así mismo, si ocurre algún tipo de problema técnico o inconformidad artística, se repite determinada pieza; imagina, si Santiago en los conciertos que no se están filmando, repite regularmente un par de canciones porque no le gustó cómo quedaron… pero no: a pesar de que no faltaron los percances -una línea de audio defectuosa, un tin de reguero con el programa, cambios frecuentes de guitarra (al parecer con cuerdas acabadas de poner, pues la temperatura las desafinó más de lo habitual), entradas y salidas de los músicos acompañantes, (hasta un texto se perdió en el camino)-, la gente disfrutó plenamente, diría que hasta más que cuando todo fluye de arriba abajo pues nos entregó a un Santi más conversador, bromeando para cubrir los bachecillos que fueron surgiendo. Nos dijo varias veces que nos sintiéramos en casa, y ante algún inconveniente se decía “no, no me voy a poner bravo”, aludió también a su edad (trauma que nos salta cuando se cumple media rueda) y que por problemas del hígado tomaría agua en lugar del viejo whisky “¿se acuerdan?”, no faltó su alusión a que tiene el cloche con problemas ante algún tartamudeo y a cierta sacrolumbalgia que no le deja hacerse mucho el roquero, que tiene que cantar más trovadorescamente, “lo cual es mi esencia” —apuntó.
Detalles aparte, Santiago Feliú recorrió los primeros discos suyos Vida, Nauseas de fin de siglo, Futuro inmediato, y nos dimos el gustazo de rememorar grandes momentos de la canción trovadoresca cubana. Mayoritariamente los arreglos con la base de los originales, otros con aires más frescos, todos con una intensidad y virtuosismo al nivel de los músicos, ¡tamaños músicos! de que estamos hablando, Roberto Luis Gómez en las guitarras diversas, incluyendo un banjo, Yandiel Cruz en el bajo y nada menos que Oliver Valdés en la batería. Si esto fuera poco el mismísimo Robertico Carcasés en el piano y dirección artística.
Muy sabrosas llegaron “Para Bárbara” y “Solo arcoíris” con el piquete. Íntimo y nostálgico el Santi al piano con “Carta y suerte de tener a Gunila”. Maravillosa la versión de “Amigo dibujo” enfatizando el aire barroco, con una chelista (de la que, lamentablemente, no anoté el nombre —ya lo agregaré). Vibrantes los momentos roqueados (se olvidó el trovador de la sacrolumbalgia).
Transcurrieron tres décadas por el entramado de sus canciones; las batallas ganadas y las perdidas, los viejos amigos que ya no están, los que dejaron de hacer para tener, los que llegan, los que padecen, los que crean contra viento y marea. Asisitimos nuevamente a los 80 y el Mariel y la “Balada para Griffin” con clímax en “Generaciones” canción que dedicó a tres compañeros entrañables de trovas, Gerardo Alfonso, Carlos Varela y Frank Delgado y “muy especialmente —dijo— a Donato Poveda”. Llegaron los 90 con el “Noticiero” y las “Ansias del alba”, Patria sagrada sacudiéndonos desde los versos del trovador, siempre intenso, desagarrado y soñador empinando su voz ante la gran bandera (como único elemento escenográfico).
Gracias a un gran hermano Rafael Solís (que estaba haciendo cámaras) puedo pasarles
el listado de las 25 canciones en su orden. Fueron 28, pues el público (muestra de que las interrupciones no disminuyeron para nada la comunicación espiritual) pidió el retorno a escena del trovador y, tras el Futuro inmediato, de cierre, hizo al piano una versión íntima y muy a lo Santi de “Adónde van” de Silvio Rodríguez diciendo que quería especialmente dedicársela “a quien me ha ayudado siempre”. Luego cantó “Bolero”. Quiso terminar con un estreno, lo dijo incluso, pero… ¡ah, caraj!, no apareció el texto por ningún lado, ni en el forro de las guitarras, ni entre las letras que quedaron por el piso del escenario. La grandeza musical, y espiritual, de nuestro Santiago no se iba a dejar vencer así como así. Le prendió el intenso fuego a su guitarra y la rebeldía en la voz a punto de estallar “Llueve en agosto de 1981” por lo que cerró de la más hermosa de las maneras posibles: con un homenaje a Noel Nicola.
Concierto 1 antología de Santiago Feliú
Sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba. Sábado 14 de julio . 9 pm.
1. Para Bárbara
2. Ayer y hoy enamorado
3. Solo arcoíris
4. Carta y suerte de tener a Gunila
5. Amigo dibujo
6. Batallas sobre mí
7. Vida
8. Hoy para mañana
9. Esta mañana
10. Balada de Griffin
11. Noticiero
12. Rockanrolito de Fulanito y Menganito
13. Generación
14. Nauseas de fin de siglo
15. De escudo
16. Aunque la vida
17. Ni las soledades
18. Mónica
19. Búscame
20. Sedante
21. Para ti
22. Buenos aires, muerte del 92
23. Mi mujer está muy sensible
24. Ansias del alba
25. Futuro inmediato
26. Bolero
27. Adónde van de Silvio A quien me ha ayudado siempre
28. Llueve en Agosto del 1981
1. Para Bárbara
2. Ayer y hoy enamorado
3. Solo arcoíris
4. Carta y suerte de tener a Gunila
5. Amigo dibujo
6. Batallas sobre mí
7. Vida
8. Hoy para mañana
9. Esta mañana
10. Balada de Griffin
11. Noticiero
12. Rockanrolito de Fulanito y Menganito
13. Generación
14. Nauseas de fin de siglo
15. De escudo
16. Aunque la vida
17. Ni las soledades
18. Mónica
19. Búscame
20. Sedante
21. Para ti
22. Buenos aires, muerte del 92
23. Mi mujer está muy sensible
24. Ansias del alba
25. Futuro inmediato
26. Bolero
27. Adónde van de Silvio A quien me ha ayudado siempre
28. Llueve en Agosto del 1981
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