Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

viernes, 24 de abril de 2015

Debate: Cuba en la Cumbre de las Américas


Me ha llegado por tres vías un amplio debate que parte de un artículo de Fernando Ravsberg publicado en OnCuba sobre la presencia cubana en la recientemente celebrada Cumbre de las Américas. 
El artículo de Ravsberg –pensemos que llevado por el despliegue mediático anticuba y sin informarse con los que participaron de nuestra delegación- le endilga a los que representaron a la Isla, la misma intolerancia y violencia de los que fueron a la Cumbre desde Miami. Esto ha propiciado un amplio y diverso paquete de artículos aclaratorios, muy bien argumentados, escritos mayoritariamente por muy jóvenes periodistas o participantes en nuestra delegación. Hermosa madurez y eticidad de los que vienen (o ya están) por los caminos de nuestro periodismo.
 
Es bastante largo el debate y supongo que a esta hora hayan surgido otros textos, pero vale la pena sopesar todos los elementos que se dan.           

LA SOCIEDAD CIVIL Y EL DEBATE. 

Por Fernando Ravsberg  
Tomado de OnCuba

Si la gresca protagonizada por la sociedad civil enviada desde La Habana y la sociedad civil fletada desde Miami mostró el pasado, la civilidad del encuentro entre los presidentes Raúl Castro y Barack Obama nos está indicando el presente y el futuro.
Parece ser que los mandatarios son quienes mejor representaron a las sociedades civiles de sus países, las que quieren terminar con un enfrentamiento que se prolonga por más de medio siglo, como residuo tóxico de la Guerra Fría.
La alegría en las calles de Cuba el 17 de diciembre fue inocultable pero también las encuestas entre los estadounidenses y los cubanoamericanos muestran un amplio apoyo a la normalización de las relaciones y al debate civilizado de las diferencias.
¿Entonces a quién representan esos dos grupos que aparecieron en Panamá a nombre de la “sociedad civil cubana” y terminaron dando un lamentable espectáculo de provocaciones, insultos y golpes, el cual recorrió el mundo empañando la imagen de la nación?
Por parte de Cuba fueron dirigentes de organizaciones de la sociedad civil, los cuales desconozco cómo se escogieron. Lo que sí quedó muy claro es que no representan el espíritu mayoritario de la sociedad, aunque sean representantes institucionales.
Cuando la prensa cubana honró esa actitud, pensé que tal vez yo no los entendía por no ser de aquí. Sin embargo, en los días posteriores no encontré ningún cubano, ni siquiera entre importantes intelectuales comunistas, que apoyara el intercambio de patadas.
La retirada de la delegación de Cuba del debate chocó a muchos. El periodista de Trabajadores, Francisco Rodríguez, sintetizó en las redes sociales un sentir compartido: “Si yo considero que tengo derecho a estar en un lugar, nada ni nadie me haría renunciar a estar allí”.
Las únicas personas que vi apoyar la gresca fueron las que aparecieron en el noticiero de la TV y el intento fue contraproducente. En mi barrio una vecina me comentó que “por culpa de esa perrera de solar nos dejaron ese día sin telenovela”.
Los presidentes fueron los que mejor representaron el espíritu de las sociedad civil de sus respectivos países.
Han llegado a comparar el altercado de Panamá con la batalla de Playa Girón. Si la prensa necesita héroes debería buscarlos entre los guerrilleros de la salud, los que recorren, mochila al hombro, las montañas de Pakistán, las selvas de Guatemala o se juegan la vida en África.
Del lado de Miami tampoco estuvieron muy pulcros, llevaron como representante de la “sociedad civil” a Félix Rodríguez, a un señor que vivió la mayor parte de su vida fuera de la isla, trabajando para los servicios de inteligencia de una potencia extranjera.
Pero el colmo fue aparecerse en Panamá con fotos abrazados a Luis Posada Carriles, quien había sido detenido y condenado en ese mismo país cuando planeaba un atentado dinamitero contra otra Cumbre de Presidentes, la Iberoamericana del 2002.
Me cuesta entender cómo los disidentes cubanos, los mismos que proclaman utilizar solo formas de lucha pacífica, pueden aparecer en un encuentro internacional acompañados de personas que han apostado durante toda su vida por la violencia.
Si lo que intentaban era caldear los ánimos de su contraparte tuvieron éxito, a pesar de lo evidente de la jugada. De todas formas, ninguno salió muy beneficiado, al final la imagen que recorrió el mundo fue la de la una trifulca entre cubanos.
Para mayor contraste, en la misma Cumbre de Panamá, los presidentes Barack Obama y Raúl Castro se presentaron ante el mundo como personas capaces de intercambiar opiniones, incluso en los temas en que saben de antemano que están en desacuerdo.
Obama sigue creyendo que su democracia es la garantía de las libertades y Raúl Castro continúa considerando que la justicia solo llega con el socialismo. Seguramente, ninguno renunciará a su ideología, pero ambos apuestan por la negociación.
Es más, durante la Cumbre Barack Obama se reunió con los disidentes cubanos y Raúl Castro brindó todo su apoyo a Maduro en rechazo al decreto de Washington contra Venezuela. Y, sin embargo, eso no les impidió reunirse en privado y darse la mano en público.
Los acompañan la mayoría de los estadounidenses, los emigrados y los cubanos que viven en la isla. La gente común, los que no pretenden inculcar sus ideas a nadie, los que son capaces de convivir con quienes piensan diferente, los que no se creen dueños de la verdad.
Esa es la gente que ha construido un continente capaz de negociar conflictos tan antiguos como la guerra civil de Colombia y el diferendo entre Cuba y EEUU. En ese contexto regional es un suicidio político proclamar: “nosotros no dialogamos con nuestros enemigos”.
Y si de dignidad se tratase, nadie mostró más que la viuda de uno de los asesinados por las guarimbas de Venezuela, debatiendo ante las cámaras con la esposa del político que organizó esas asonadas violentas. Supo exponer sus razones con la pasión del dolor pero desde la decencia y el respeto. 
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¿RAVSBERG SE VA CON LA PRIMERA BOLA? 

Por Yorky Sánchez Cuéllar  
Tomado del blog Cambios en Cuba

Soy periodista del diario Juventud Rebelde y asistí a la Cumbre de Panamá como miembro de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), una de las 2200 organizaciones de la sociedad civil cubana. No es cierto que  los representantes de la Isla a los Foros paralelos eran solo  «dirigentes de organizaciones de la sociedad civil », como plantea Fernando Rasverg  en su artículo La Sociedad civil y el debate.
En el grupo también se encontraban campesinos como Yordanis, quien trabaja la tierra en Ciego de Ávila, investigadoras como Yoslaine, especialista del Centro de Estudios de la Juventud. Había, igualmente, cuentapropistas, como Lisandra, quien labora  en un taller de calzado en Camajuaní  o Vicente,  joven trabajador de una paladar en  Manzanillo.
La delegación estaba integrada, además, por importantes intelectuales, científicos, médicos de reconocido prestigio, músicos, artistas de la plástica, líderes religiosos, blogueros, periodistas, presidentes de cooperativas no agropecuarias, actores sociales, entre muchos otros, que expresan la amplia diversidad y  el pluralismo de nuestra sociedad.
Ante la duda de Rasverg sobre quién nos seleccionó,  debo explicar que fue la Red de Derechos Humanos de Panamá, organizadora de los Foros paralelos, la  que nos envío a través del  correo electrónico, luego de llenar varios formularios, la aceptación para participar en el evento.
« ¿A quiénes representan esos dos grupos que aparecieron en Panamá a nombre de la sociedad civil?», pregunta el autor de Cartas desde Cuba. Es lamentable su confusión. La sociedad civil cubana, la única, la legítima, fue la que viajó desde La Habana con el mandato de millones de hombres y mujeres de bien, expresado en foros previos en suelo patrio. Por tanto, representa lo más auténtico de nuestro pueblo. Estaba decidida a contribuir a los resultados de la Cumbre y llevó propuestas de gran valía para los debates, que se pudieron exponer sin dificultad en todos los Foros y en  todas las mesas excepto en las que asistieron los que ofenden la propia tierra que los vio nacer.
Muchos de estos vendepatrias llegaron a Panamá después de dar giras por varias naciones, conspirando para sabotear la presencia nuestra en el evento. En el mismo momento en que exigíamos que se acreditara a 28 miembros de la delegación,  algunos de los mercenarios, ya con credenciales en su poder,  realizaban la provocación frente a la embajada cubana. Los instigadores del show y los primeros en golpear fueron ellos. Debo decirle al colega de Cartas desde Cuba que ningún miembro de la delegación de nuestra sociedad civil estuvo  presente en ese «lamentable espectáculo» que montaron sin calcular la repuesta de amigos de la solidaridad y de patriotas honrados, muchos de ellos residentes en suelo panameño.
Como miembro de la UPEC, participé en la elaboración del tabloide Mercenarios en Panamá, disponible en  el sitio www.cubaperiodistas.cu. Esos personajes, como lo prueban varios documentos del material, solo sirven a quienes les pagan. Son huérfanos de ideas, no soportan ningún debate. Pretendían legitimarse en Panamá  como los representantes del pueblo cubano y ante esa ofensa los verdaderos patriotas plantamos una y otra vez y volveríamos a plantar las veces que fuese necesario. No dialogamos con mercenarios que se retratan con asesinos como Posada Carriles, autor del crimen de Barbados,  o Félix Rodríguez, el asesino del Che. La respuesta nuestra nunca fueron los golpes, sino el Himno Nacional y la Marcha del 26 de Julio.
Donde ellos no estuvieron el debate fue intenso, aportador. Incluso, el presidente Varela reconoció el aporte de los jóvenes cubanos en su foro, donde estaba la derecha más recalcitrante del continente. La presencia de destacadas personalidad cubanas aportó mucho a las mesas de Salud, Emigración y Seguridad, Medio  Ambiente, etc.
Cuento con las pruebas fílmicas de lo que sucedió en la Mesa de Gobernabilidad Democrática. Aquello estaba orquestado para humillar a Cuba desde los propios organizadores, que al final terminaron yéndose con los mercenarios.
No estuvimos en contra del dialogo respetuoso ni del debate con las ideas contrarias. Nunca nos retiramos del debate. Lo que sí no íbamos a aceptar era que por Cuba hablaran mercenarios, amigos de asesinos y terroristas, y nosotros permanecer impávidos. Mucha sangre se derramó en la Isla  para aceptar esa  desvergüenza colosal. No era una cuestión de ideas, sino de principios, y los principios no son negociables. 
Nos querían obligar a que compartiéramos juntos, en armonía y conciliación. Y recordaba a una colega que me decía al regreso de Panamá: ¿A quien se le ocurriría invitar a una misma mesa de trabajo a las madres de la Plaza de Mayo y a los asesinos y cómplices de la muerte  de sus hijos?
Sé que los medios nos quieren presentar como los intolerantes, los  salvajes, los promotores de la violencia. Un periodista que se respete debe saber contrastar las fuentes. Espero que Rasverg, quien en esta profesión tiene un largo historial, a estas alturas no se vaya con la primera bola.
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RESPUESTA A RAVSBERG: LA VERDAD SE IMPONE.

Por Elier Ramirez Cañedo  
Tomado del blog El adversario cubano

Tuve la posibilidad, más bien el honor, de integrar la amplia y diversa delegación cubana, expresión de nuestra verdadera sociedad civil, que asistió a los foros paralelos de la Cumbre de las Américas. Lo hice en este caso como miembro de la Asociación Hermanos Saiz, organización que agrupa a más de tres mil jóvenes artistas e intelectuales menores de 35 años.
Me tocó participar y ser testigo de los momentos quizás más tensos y complejos que vivimos en esos días. De ahí que me resulte imposible no responder al artículo de Fernando Ravsberg “La sociedad civil y el debate”, publicado en su blog Cartas desde Cuba. Sobre todo por el respeto que merecen los compañeros y compañeras que estuvieron conmigo en Panamá, quienes, con su actitud, me hicieron sentir extremadamente orgulloso de ser cubano.
Me sorprende que un periodista como Ravsberg, de quien en ocasiones he leído buenos textos, haya escrito algo tan superficial y alejado de la realidad sobre el papel de nuestra delegación.
Es evidente que, en este caso, lejos de ir a contracorriente de los grandes monopolios de la comunicación que todo el tiempo trataron de deslucir la participación cubana, Ravsberg siguió ciegamente el rebaño de los confundidos. Prefiero pensar esto y no que se trata de una reacción como las que he advertido en otros medios, de impotencia ante la incuestionable victoria de Cuba, tanto en la sesión presidencial como en los propios foros paralelos y la Cumbre de los Pueblos.
Victoria que es sabido no fue solo para Cuba, sino para América Latina y el Caribe en su conjunto. Si Mar del Plata marcó en 2005 el inicio del viraje, esta Cumbre significó ya un cambio radical en las relaciones interamericanas.
Creo que a este artículo de Ravsberg le faltó la profesionalidad del periodismo investigativo. ¿Por qué no se tomó el trabajo de entrevistar al menos a algunos miembros de la delegación que participaron en los foros paralelos? ¿Por qué no indagó con varios de sus colegas cubanos que cubrieron la cita? ¿Por qué no confrontó las sesgadas fuentes que utilizó con otras versiones?
El espectáculo que recorrió el mundo “dañando la imagen de la nación”, según Ravsberg, fue precisamente el que los medios hegemónicos de siempre se empeñaron en fabricar, una caricatura que este experimentado periodista podría haber desbancado con facilidad si se hubiera propuesto hacer un trabajo más serio.
Pero se conformó en este caso con la visión fragmentada y manipulada que todo el tiempo circuló mientras que la mayor parte de la verdad permaneció invisible ante sus ojos. Al menos Telesur y los medios de comunicación de Cuba, que a diferencia de Ravsberg sí estuvieron allá, hicieron un gran esfuerzo para que se conociera lo que estaba sucediendo.
Soy testigo de que numerosas entrevistas realizadas a miembros de nuestra delegación por importantes cadenas noticiosas del mundo, fueron impúdicamente censuradas, pues sus criterios contrastaban con la matriz de opinión que se quería imponer. Recuerdo que un camarógrafo de una televisora miamense me ofendió y se retiró junto al periodista, al no estar dispuesto a oír ciertas verdades. No me dio tiempo por desgracia a preguntarles de qué libertad de opinión y prensa estaban hablando.
Por otro lado, Ravsberg confunde, mezcla, omite y creo que también interviene en la manipulación de lo sucedido:
Primero, la delegación no estuvo en el altercado ocurrido en el parque frente a la embajada de Cuba. Allí estaban los grupos de solidaridad y algunos compañeros de nuestra sede diplomática. Todos ellos, a mi juicio, respondieron como tenían que responder ante la afrenta que pretendieron hacerle a nuestro más preciado símbolo, a Martí, un puñado de mercenarios junto al asesino del Che. Si me hubiera encontrado en ese contexto, seguramente hubiera reaccionado igual.
Ya se sabe de dónde vino la ofensa y el primer puñetazo. Le recomiendo a Ravsberg que vea los videos que están en Internet y lea dos textos publicados por Raúl Antonio Capote en su blog El adversario cubano: “Orlando Gutiérrez Boronat, terrorista presente en Panamá” y “Nuestra delegación en la Cumbre de las Américas: respuesta a los confundidos y a los desinformados”.
Segundo, es falso que la delegación cubana se retiró del debate, todo lo contrario. Para información de Ravsberg, de los únicos escenarios que la delegación acordó retirarse –luego de un análisis colectivo- fue de los protocolares, por respeto a los presidentes.
Hubo una rigurosa y rica discusión en las mesas de salud, educación, seguridad, migración, energía y medio ambiente y en los foros de los jóvenes, empresarios y rectores. Las discusiones en todos estos escenarios fluyeron sin dificultad, a pesar de las notables diferencias ideológicas entre los participantes, y los aportes de los cubanos presentes fueron significativos para la elaboración de los documentos finales.
Incluso, en las mesas de gobernabilidad democrática y participación ciudadana, donde se denunció la presencia de los mercenarios y hubo un ambiente más caldeado, no faltaron los argumentos y la serenidad. Los cubanos no nos retiramos, sino que permanecimos en el lugar trabajando con una gran parte de los integrantes de las delegaciones de otros países.
Los que tuvieron que abandonar la sala fueron los farsantes y parte de la derecha cómplice. Fueron particularmente emocionantes las intervenciones de apoyo que escuchamos de representantes de Panamá, Colombia, Brasil, Venezuela, Ecuador, Chile, México, entre otros países. Estos comprendieron de inmediato que era imposible sostener un diálogo respetuoso con usurpadores que se querían presentar como parte de la sociedad civil cubana.
Tercero, a pesar de las presiones a las que fuimos sometidos desde que llegamos a Panamá, ningún miembro de la delegación cubana utilizó violencia física alguna contra quienes estuvieron provocándonos todo el tiempo con alusiones injuriosas a nuestros líderes y a nuestra patria.
Lo primero que hicimos cuando pisamos tierra panameña fue denunciar en una conferencia de prensa la presencia de mercenarios, algunos de ellos vinculados a terroristas como Posada Carriles. Se trasladaron además todas las pruebas a los organizadores de los foros. Se distribuyó un tabloide elaborado por la UPEC con toda la información necesaria, cuya lectura recomiendo a Ravsberg (véanse los sitios Pensandoaméricas, Cubadebate o Cubaperiodistas).
Cuarto, la delegación cubana sufrió un tratamiento discriminatorio por parte de los organizadores de los foros paralelos. Veintiocho cubanos que habíamos cumplido todos los requisitos del largo proceso burocrático de inscripción y recibido el mensaje de confirmación, permanecimos sin credencial hasta el día de comienzo de las mesas de trabajo. Sin embargo, pudimos comprobar que a los mercenarios se les brindaron todas las facilidades. Sus nombres encabezaban la lista de Cuba para las acreditaciones y sobresalían en negritas, algo que verifiqué personalmente. El día de la inauguración tuvieron un acceso expedito a la sala cual si fueran presidentes.
Quinto, el día 10 de abril se orquestaron en el Hotel El Panamá las más elaboradas y maquiavélicas provocaciones contra nosotros. Primero, los organizadores del foro de la sociedad civil, nos desinformaron y nos remitieron a los salones del noveno piso, mientras, abajo, se montaba un ofensivo performance contra un pequeño grupo de jóvenes de nuestra delegación que permanecía en el lobby, donde “casualmente” ya estaban convocados los medios anticubanos. La respuesta nuestra fue firme y enérgica.
Con orgullo cantamos el Himno Nacional y la Marcha del 26 de julio y coreamos consignas, pero nunca una palabrota por muy merecida que esta fuera. Las imágenes de Fariñas junto a Posada Carriles y la de Antúnez con Félix Rodríguez, enarbolando la foto del Che cautivo y a punto de ser asesinado, decían más que mil palabras.
Hubo más tarde una segunda provocación, en la mesa de gobernabilidad democrática, cuando los organizadores dieron la palabra a un representante de la OEA, que aludió directamente a Cuba de forma insolente, mientras daban entrada a los mercenarios por un acceso lateral. Una vez más, logramos que se retiraran con nuestros argumentos y el apoyo de delegados de otros países.
Por otra parte, no sé con cuántos cubanos habrá conversado Ravsberg, pues estuvimos recibiendo mensajes de aliento provenientes de Cuba durante nuestra estancia en Panamá y, desde que llegamos a la Habana, cientos de personas nos han expresado su admiración por la manera en que actuamos y su deseo de haber tenido la oportunidad de participar en esta batalla.
Como dijo Luis Morlote en el acto de recibimiento, no hicimos nada extraordinario, sino más bien lo que cualquier cubano digno hubiera hecho. Y sí, Ravsberg, en alguna medida fue un Girón, en el sentido en que nos enfrentamos a mercenarios como aquellos que invadieron la Isla en 1961, aunque en otro tipo de confrontación. Ojalá pudiéramos también en algún momento cambiarlos por compotas.
Ravsberg se equivoca cuando trata de contrastar el hecho de que Raúl y Obama sí pudieron dialogar, mientras la delegación cubana a los foros paralelos fue intolerante, incivilizada, expresión del pasado, al negarse a hablar con los enemigos.
“En ese contexto regional es un suicidio político proclamar: nosotros no dialogamos con nuestros enemigos”, señala Ravsberg. No sé de dónde tomó la frase; pues al menos yo no la escuché en ningún momento en voz de mis compañeros. Lo que sí se reiteró es que no se dialogaría con mercenarios, que tienen la agenda de quienes les pagan. No son interlocutores creíbles. En su mayoría incluso se oponen al cambio de política iniciado por Obama y al levantamiento del bloqueo.
Todo parece indicar que Ravsberg cae en un absurdo que se repite con frecuencia, al considerar a estos mercenarios como una oposición real. En Panamá insistí mucho en las entrevistas que me hicieron, casi todas censuradas, en que estos sujetos, esta versión impresentable de una supuesta sociedad civil cubana, no son una oposición o disidencia efectiva, ni siquiera una contrarrevolución auténtica. Desde su origen han sido una creación de los Estados Unidos para promover un “cambio de régimen” en la Isla. Le recomiendo en este caso el texto de Esteban Morales “La contrarrevolución cubana nunca ha existido” (véase este propio blog).
Es cierto, como señala Ravsberg, que Raúl y Obama defienden ideologías contrarias y lograron sentarse a conversar. ¿Pero acaso Fariñas, Berta Soler, Rosa María Paya y el resto de la fauna que viajó a Panamá defienden algún tipo de ideología, más allá de la del dinero que reciben de sus amos del norte? Se me ocurre que Ravsberg pudiera quizás dar el palo periodístico haciéndole estas preguntas a Jonathan Farrar, ex jefe de la sección de intereses de Washington en la Habana, quien hizo una valoración certera de estos mercenarios revelada por Wikileaks.
Coincidentemente es ahora el embajador de los Estados Unidos en Panamá y convocó a algunos de ellos para darles instrucciones (véase declaración de la delegación cubana a la Cumbre de los Pueblos publicada en Granma).
Ojalá Ravsberg tenga tiempo para revisar la documentación que le he recomendado y así tener una idea más completa de lo sucedido.
Duélale a quien le duela, la gran farsa que se preparaba contra Cuba en el foro de la sociedad civil quedó desnuda y desarticulada. La noticia que quería fabricarse era obvia: “Panamá como sede histórica de la reconciliación entre el gobierno de los Estados Unidos y Cuba y -de paso- entre los partidarios del régimen y la oposición interna”. Ese era el cintillo noticioso que se esperara recorriera el mundo.
El manejo fue muy burdo. Una vez más las maniobras de los que pretenden humillar a Cuba terminaron en un fiasco. Nuestra soberanía es intocable. No aceptaremos intromisiones en nuestros asuntos internos. Para Cuba los principios, la dignidad y la moral son la guía fundamental de la política, y ya hemos visto cuán poderosas son esas armas.
Lo ocurrido en Panamá ha sido una muestra elocuente de ello. La voz que más se sintió y la de mayor reconocimiento en la región fue la de la isla caribeña. Raúl Castro se convirtió, sin lugar a dudas, en el líder más aplaudido y admirado de la Cumbre de las Américas.
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MENSAJE DE MIGUEL BARNET, PRESIDENTE DE LA UNEAC:

Publicado el 17 de abril / de Dialogar, dialogar

Hace solo unos minutos recibimos con gran satisfacción el siguiente mensaje de Miguel Barnet. Consideramos importante divulgarlo por los argumentos que contiene. Barnet compartió como un joven más aquellos días complejos  donde la dignidad de Cuba se puso una vez más tan alta como las palmas.

Querido Elier:
Te felicito por un texto tan lúcido y honesto, fue un tiro directo. El señor Fernando Ravsberg como viejo periodista, experto en debates polarizados, debería saber de una vez y por todas que quien quiere quedar bien con Dios y con el Diablo, le sirve la mesa al Diablo. Tú sabes bien que los que asistimos a esa Cumbre solo enarbolamos nuestra bandera, la que exhibe una sola y rutilante estrella. Y que fuimos representando a la legítima Sociedad Civil Cubana, integrada por múltiples asociaciones, fundaciones y organizaciones sociales. A pesar de humillaciones, actos discriminatorios y de violencia física y psicológica nos mantuvimos enhiesto y entonamos nuestros himnos patrióticos.
Con tantos años que lleva el señor Ravsberg viviendo en Cuba ha olvidado que en la letra de nuestro Himno Nacional hay un verso clave: “(…) morir por la patria es vivir”. Allá, lejos de morir, vivimos una experiencia hermosa y edificante. En mi caso personal, puse mis modestos atributos a un lado y me sentí orgulloso de ser un viejo rejuvenecido por una vivencia única e inolvidable. Otra cosa que olvida el señor Ravsberg y que fue un lema de los primeros años de la Revolución, es también clave en esta circunstancia: “Conozca a Cuba primero…”
Miguel Barnet
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 ¿CON ESOS?… VAYA… ¡NI PI…! 

Por Ariel Montenegro
Tomado de su blog Western Congrí/Cubadebate

Foto: El terrorista Gutiérrez Boronat lanzando una patada provocadora frente al busto de Martí en Panamá. Recibió su merecido.

No está escribiendo un periodista, sino el hijo de su madre comunista. Pensé redactar  un artículo de opinión mesurado, con contraste de fuentes y civilidad de criterios, pero cada vez que pensaba sobre el tema lo primero que me venía a la cabeza era ese título, que ya de por sí, le ponen la luz roja en cada medio de prensa que conozco. Así que decidí dar mi argumento como quien discute en una mesa de dominó. Disculpen la gritería.
Esta es una de esas ocasiones en las que se dice lo que se piensa sabiendo, incluso, que la mayoría puede estar en desacuerdo. Quiero decir, a veces uno piensa que tal director de cine es un farsante, pero calla porque todos piensan que es un genio, pero otras, no queda más remedio que soltar la cuchufleta porque te intoxica el ánimo. Hay cosas que son de principios para uno y ha de dejarlas claras.
Hace unos días, durante la piñacera en Panamá de la Cumbre de las Américas entre cubanos y cubanos, salió un trabajo escrito por mí y con mi voz en la Televisión Cubana explicando las que creo cuáles son mis razones para apoyar ciertas actitudes de la delegación cubana en ese cónclave. Alguien se burló del tono vehemente (“¡Ño, te envolviste en la bandera, brother!”), otros se extrañaron (“¡Qué raro, tú que nunca estás conforme con nada!”) y otros criticaron por lo bajito (“¡Qué clase de oportunista es el chiquito este!”). Yo, sencillamente, respondí que escribí lo que me había dado la gana.
Pues aunque no estoy de acuerdo con las trifulcas y la gritería, sí creo que hay gente con la que no hay nada que hablar. Conozco personalmente a muchos de los que estaban allí y no son, ni de lejos, personas idiotas, desinformadas, ni mucho menos, complacientes con la realidad y el gobierno cubano.
Yo, porque tengo un poco de sentido común y quiero lo que considero mejor para mí país, me alegro de que Raúl y Obama se den la mano y sonrían, pero eso no quiere decir que el Departamento de Estado, el del Tesoro y CIA me caigan bien.
El gobierno estadounidense sigue reconociendo que quiere joder el socialismo en Cuba, como si joder o mantener el sistema político de un país no fuera asunto solo de sus ciudadanos. La forma del gobierno de ese país de relacionarse con Cuba me cayó mal, me ha caído mal y creo que, por el momento, me seguirá cayendo mal.
Y no tiene que ver solo con Fidel Castro, no. Me ha molestado el modo en el que han tratado de meter en cintura a este país (con éxito desde 1898 hasta 1959) desde que son nación independiente.
Es más, ni aunque quiten el bloqueo, ni aunque nos regalen diez cables de fibra óptica, ni aunque reconozcan el derecho a existir del socialismo, ni aunque Paris Hilton se case con un mulato de Centro Habana, ni aunque Angelina Jolie y Brad Pitt adopten a un huerfanito de Remanganagua me voy a considerar satisfecho.
No. Primero tendría que pararse el primer presidente estadounidense descendiente de chinos (porque el primero afrodescendiente no será) y pedir disculpa por cada uno de los cubanos muertos a manos de terroristas y mercenarios (los términos suenan a teque, pero así es como se llaman) tanto en la Isla como allende las fronteras. Tendrían que indemnizar primero a cada una de esas familias, y a cada una de las familias con un fallecido por dengue hemorrágico, y al Estado cubano por las pérdidas económicas causadas por las plagas contra el tabaco y la caña, y por la fiebre porcina. Tendrían que disculparse por los quince años robados a los Cinco.
Pero bueno, eso es historia, pasado, como lo llaman algunos y un adversario que reconoce que se ha equivocado, al menos en parte, da una muestra civilización y se gana la capacidad de ser al menos escuchado.
Ahora bien, al cubano que respondió por mandato a los intereses de ese adversario, que nunca le ha importado como vive la gente en su país, que abrazó al asesino de sus coterráneos o que pidió la invasión de un ejército formidable contra sus propias calles… bueno, lo siento, pero la civilización no me da para tanto.
Y no me da para tanto porque tengo en mi cabeza la imagen de Berta Soler pidiendo a Obama en la televisión de aquel país que fortaleciera el bloqueo porque “el problema de Cuba no es el embargo, sino los Castro”. Supongamos que usted considera que Fidel es lo peor que le ha pasado a Cuba, bien, es su derecho… ¡¿pero pedirle a un presidente extranjero que haga pasar más hambre a la gente de tu país pa´ joder al gobierno?! ¡Qué va, eso me supera!
No me alcanzaría la paciencia para pasarle por el lado al asesino del Che y decirle “hola, qué tal, creo que matar al Che fue uno de los crímenes más grandes de la historia de este continente y que Posada Carriles es un criminal que roza la sociopatía, pero bueno, somos cubanos, vamos a tener un diálogo consensuado sobre el futuro de Cuba”. Puede ser porque crecí diciendo “seremos como el Che” y escuchando cosas como “cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla” y ya se sabe lo difícil que es desprenderse de las cosas que se aprenden de aquello que se aprende de niño. Nada, limitaciones de uno.
Sé perfectamente cuál tiene que ser el comportamiento de una delegación enviada a un evento de ese tipo, pero no sé cuál hubiera sido mí comportamiento porque bueno… uno tiene sangre en las venas y eso…
Creo que es bueno sentarse a conversar con el Gobierno de Estados Unidos. Creo además, que debería darse más voz y oídos a voces que quieren lo mejor para Cuba aunque crean que el rumbo político actual no es el adecuado, porque personas dignas hay de todas las tendencias, atendiendo a que la honestidad y la decencia no fueron inventadas por Karl Marx. Pero con quienes no tienen ni siquiera rumbo político, con quienes se vendieron al vecino que mató e hizo pasar hambre a los suyos, con quienes asesinaron a Manuel Ascunce, y al Che… ¿con esos?… vaya… ¡ni pi…!
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PRIMER MENSAJE DE SILVIO RODRÍGUEZ  

Tomado de Oncuba insertado
(NOTA MIA: Realmente este texto es uno de los muchísimos comentarios que hace Silvio en su blog intercambiando con sus seguidores, no se trata de un artículo; es parte de un intercambio de mensajes que se extrajo de los Comentarios en “Segunda cita”)

Carmina, te garantizo que no tengo un plan contigo, mucho menos de acusarte reiteradamente de simple. Me ha sorprendido cuando lo has dicho. De todo corazón te pido disculpas si te hirió lo que dije. Desde mi gran simpleza te garantizo que comparto lo que escribió Ravsberg, y pienso incluso que es algo que debiera haber escrito algún cubano y lamentablemente no se hizo. No me parece que diga ni una sola mentira, ni siquiera algo sesgado. Desde Panamá publiqué mi opinión, está en una o dos entradas atrás. Entiendo el derecho de cualquiera a no compartir un espacio con lo indeseable (mucho más si entre lo indeseable está uno de los asesinos del Che y amigos del terrorista Posada Carriles). Lo que no comparto es el insulto y la agresión. Mucho más cuando sé que en otras circunstancias los mismos que se dieron golpes se limitarían a ignorarse (o a hacer que se ignoraban). Como Ravsberg, todavía no me he encontrado a alguien que esté de acuerdo con la piñacera y la gritería. Creo que fue un momento en que tuvimos demasiada consciencia de que éramos noticia y quizá creímos que con esa actitud subíamos de nivel, pero no era así. Esa contradicción nuestra entre la realidad y lo imaginado es compleja, y espero que tenga solución. te reitero mis disculpas. 
17 de abril de 2015
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MI SINCERA OPINIÓN. SILVIO RODRÍGUEZ

Tomado del blog Segunda Cita/blog  Domingo 19 de abril de 2015

¿Cómo podemos quejarnos, como tantos han hecho, de la falta de un periodismo más crítico y autocrítico, y ahora caerle en pandilla a Fernando Ravsberg que, con su visión personal y comprometida de décadas viviendo en Cuba, desbarata constantemente la distorsión que comete buena parte de la prensa mundial con nuestra realidad?  Considero un error enorme enfilarle los cañones a Ravsberg, por contar lo que ve desde su percepción personal.
Si la Revolución ha sido capaz de reconocer sus fallas, si revolucionarios de la talla de Fidel y el Che nos dieron innumerables veces la lección de volverse contra nuestros errores ¿qué significa el linchamiento de un  periodista crítico?
Señores, volvamos a leer, asimilemos los discursos de nuestro Presidente, Raúl Castro.
Con perdón de los abnegados compañeros que puedan justificar los gritos de ¡a por él!; quitándome el sombrero ante los insignes académicos que a lo mejor sin darse cuenta inflan la guillotina; respetando muchísimo a intelectuales de grandes méritos y similares responsabilidades, me parece que este ataque simultáneo contra Ravsberg puede parecer campaña, reminiscencias de quinquenios grises y parametraciones, acto de repudio innecesario y contraproducente, además de injusto.
¿Realmente se hizo una divulgación correcta de las actividades colaterales de la Cumbre de Panamá? ¿Todos los aspectos de lo sucedido fueron bien mostrados y debidamente analizados? Yo estuve allí y sinceramente no me creo con toda la información. Ese bendito elegido que la tiene, que la organice y la publique, por favor.
Más allá de las imprecisiones que pueda haber en el escrito sobre la confrontación de la sociedad civil enviada por La Habana y la fletada por Miami, el compañero Ravsberg ha dicho lo que muchos piensan. No caigamos en la simpleza de creer que todo lo que se dice desde afuera es falso, automáticamente. Lo falso, lo artero es la razón que mueve a algunos a decir, los matices que a veces se subrayan, pero alguna que otra vez se pueden escuchar cosas que nos pican, sobre todo si están basadas en evidencias.
En tales circunstancias, demasiado a menudo aparecen injurias y chirridos, cuando lo que más falta hace es serenidad, lucidez para no caer en actitudes que son trampas a la inteligencia, y que los fabricantes de obtusos saben convertir en banderolas a imitar, incluso en otros ámbitos, para complicarlo todo más.
Otra cosa que quiero señalar es que demasiado a menudo, para ponerle correctivos a Ravsberg, clara o veladamente se señala su nacionalidad, como si tal cosa fuera una impedimenta. Ojo con el nacionalismo a ultranza. Espero que nunca olvidemos que Nuestra América no es una frase retórica, sino sangre de un mismo cuerpo que corre por nuestro continente, por nuestra Historia, con la hermandad como fundamento y destino.
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CUBA.- LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Por: Dr. Néstor García Iturbe 
21 de abril de 2015

La libertad de expresión es uno de los elementos que los  enemigos de la Revolución Cubana diariamente utilizan, con el propósito de menoscabar el prestigio de la misma y tratar de probar que este es un régimen en el cual las personas no pueden emitir su criterio, especialmente si el mismo es diferente a lo que nuestros detractores denominan, “la línea oficial”. 
Cada cierto tiempo, algún organismo me pide que imparta conferencias a visitantes e invitados de los mismos, dentro de los cuales, últimamente, son los estadounidenses los que mayormente viajan a Cuba con el propósito de conocer la isla, que por tanto tiempo ha estado “prohibida”, conversar con sus ciudadanos y tener una idea de la situación en la misma, en especial en sus relaciones con Estados Unidos.
En muchos casos, estas personas, que viajan a Cuba, lo hacen por primera vez y el conocimiento que tienen de nuestro país está fundamentado en lo que han leído en la prensa de su país, lo que han visto en algún programa de televisión, o lo que le ha contado un  vecino, originario de la isla, que “tuvo que salir huyendo del comunismo”.  Es decir, las referencias que los visitantes tienen, no es en todos los casos la más objetiva. 
La situación, casi invariable, es que en  todas las conferencias, después de la explicación que les ofrezco sobre la situación en Cuba y el de las relaciones con Estados Unidos, se realizan preguntas y dentro de estas, no falta la de la libertad de expresión en Cuba. 
Aunque no se debe contestar una pregunta con otra, siempre pregunto qué es lo que la persona considera “liberad de expresión”. La respuesta regularmente es la misma, poder decir todo lo que uno desee, criticar al gobierno, señalar las dificultades con las que se vive y otras por el estilo. 
Aclarado el concepto, les expreso, que en mi criterio, en Cuba existe la libertad de expresión y que todo ciudadano puede decir lo que desee, criticar al gobierno y señalar las dificultades con las que se vive. Este es un derecho reconocido en nuestra Constitución, la “libertad de palabra y de prensa”. 
Para hacer más objetiva la respuesta, les indico que deben pasar por una panadería y escuchar lo que plantean los ciudadanos que están en la cola esperando el pan. Pudieran también conversar con los que en alguna esquina esperan el ómnibus (guagua), o ir a un mercado agropecuario y preguntar a los clientes su criterio sobre los precios de las mercancías. 
Esto les permitirá constatar que los ciudadanos en Cuba pueden decir lo que deseen, criticar al gobierno y señalar las dificultades con que viven. Podrán comprobar que nadie tiene miedo cuando habla, que no hay policías vigilando a los que se quejan y menos, que los que expresan su opinión son detenidos. Nadie está en prisión por esas causas. 
Algunos preguntan por las “Damas de Blanco” y los “lideres” de las organizaciones contrarias al gobierno. Les explico que las “Damas de Blanco” no están en prisión alguna, que cuando lo consideran, salen caminando desde una iglesia y después de haber caminado varia cuadras, regresan a sus casas. En este caso les planteó que ese tipo de actividad no pudieran hacerlo en Estados Unidos, pues para cada actividad necesitarían solicitar un permiso a las autoridades pertinentes y si trataran de hacer la actividad sin el permiso, sobre ellas caería todo el peso de la ley estadounidense, incluyendo los caballos y las tonfas.  Sobre los famosos “líderes”, la mayoría están en sus casas, cuando han sido arrestados, regularmente ha sido por algunas horas, debido a una alteración del orden en la que hayan  estado implicados, lo que pudiera pasarle a todo  ciudadano en cualquier país del mundo. 
Un hecho reciente me ha ofrecido más elementos para explicar a los visitantes lo que es la libertad de expresión en Cuba.  Ahora puedo citar, que un periodista acreditado en Cuba, Fernando Ravsberg, escribió lo que consideraba adecuado sobre la participación cubana en la Cumbre de los Pueblos. Algunos de los cubanos que participaron en el evento no estuvieron de acuerdo con lo dicho por Ravsberg y le contestaron, inclusive en la polémica intervino el canto autor Silvio Rodríguez, que también planteó su criterio sobre lo dicho por Ravsberg y lo dicho por las personas que le contestaron.  
Una interesante situación, que nos permite evaluar la total libertad de expresión existente en Cuba, tanto para Ravsberg, los que le contestaron y para Silvio Rodríguez.
Muchas gracias compañeros, por darme nuevos elementos con los cuales continuar defendiendo la Revolución Cubana.
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SOCIEDAD CIVIL EN PANAMÁ: CRITERIOS ENCONTRADOS. 

Por Yohandry Fontana
Tomado de El Blog de Yohandry (bloguero de la sociedad civil DE AQUÍ): Martes 21 de abril de 2015

Participantes cubanos en los Foros de la Sociedad Civil y la Juventud, de la recién concluida Cumbre de las Américas, ofrecerán sus testimonios este martes en la Mesa Redonda que transmitirán Cubavisión, Cubavisión Internacional y Radio Habana Cuba desde las 6:30 p.m.
El Canal Educativo retransmitirá este programa al final de su emisión del día.
Nota:
En las redes sociales los criterios son encontrados.
De este tema no he querido dar mi opinión, pero, si se necesitan tantas explicaciones es porque algo no salió bien, a pesar de las manipulaciones de la prensa y otros...
Esperemos la Mesa Redonda de hoy.
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¿QUIÉNES SON NUESTROS COMPAÑEROS? PARTE I: ¿VICTIMARIOS, O VÍCTIMAS? IROEL SÁNCHEZ

Tomado del blog La pupila insomne

El periodista Yoerky Sánchez y el historiador Elier Ramírez, los “fundamentalistas” acusados del “linchamiento” de Fernando Ravsberg
Varios textos se han escrito sobre un artículo de Fernando Ravsberg acerca de la participación cubana en la Cumbre de las Américas en Panamá publicado originalmente en el sitio OnCuba que ya había difundido otro texto -de título “Ni con Dios ni con el Diablo: Con Cuba”-, de enfoque muy similar al de Ravsberg, invitando “a no ser cómplices de los que por estos días en Panamá, desde sus extremos que están a nada de tocarse, desde posturas fundamentalistas, han vuelto a representarse sólo a sí mismos y dejaron fuera a la nación”.
No creo que sea un “linchamiento” que dos jóvenes que no coinciden con su opinión hayan ripostado desde bitácoras personales, sin concertación previa y con un respeto que reconozco no profeso hacia el aludido, a lo que se ha añadido un mensaje del escritor Miguel Barnet que publiqué bajo el título “Quien quiere quedar bien con Dios y con el Diablo, le sirve la mesa al Diablo” felicitando a uno de los polemistas.
Sé que hay revolucionarios que creen con honestidad que Ravsberg es nuestro compañero. Sin embargo, algo está al revés cuando quien iguala terroristas y sus amigos con todo un grupo integrado por destacados intelectuales, líderes de la ciencia, la academia y organizaciones sociales cubanas -en coincidencia con una intensa campaña en su contra en medios de comunicación e internet- y cobra por hacerlo, aparece como espontáneo y víctima, y quienes le replican espontáneamente -y sin recibir un centavo- son percibidos como victimarios.
Actuar de frente expresando un desacuerdo a título personal, dando argumentos a cara descubierta, nada tiene que ver con reminiscencias de un pasado gris. Triste si pasamos de la censura impuesta por el poder institucional a una autocensura que deje el espacio libre a la manipulación y la mentira por temor a ser acusados sin fundamento de querer desenterrar el extremismo y la intolerancia.
¿Qué es sino un verdadero linchamiento lo que se pretendió contra la delegación cubana a los foros paralelos de la Cumbre en Panamá, no desde un blog sino desde un medio de comunicación donde Ravsberg es editor? Lo que se ha añadido a otros espacios de la red, donde he llegado a leer verdaderos disparates sobre lo ocurrido en Panamá como “el capítulo vergonzoso de la Cumbre de los Pueblos”, atacando el espacio de resistencia popular que logró en Mar del Plata 2005, junto a Chávez, Lula y Kirchner, descarrilar el proyecto anexionista del ALCA y confundiéndolo con los Foros convocados por la OEA en Panamá.
¿A dónde se habría llegado por ese camino si dos jóvenes asistentes allí no hubieran tenido el valor de dar su opinión discrepante, no en un bien financiado medio de comunicación, sino en dos blogs?
Continuará…
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5 VERDADES SOBRE CUBA EN LA CUMBRE DE LAS AMÉRICAS

Por Yisell Rodríguez Milán 
Tomado del blog Lente de Aumento/blog La isla desconocida
(Delegada en el IV Foro de Jóvenes de las Américas, uno de los eventos de la Cumbre)

No es mi costumbre escribir tan largo y tendido en el blog pero mañana parto por varios días a otro rincón de Cuba y la necesidad de exponer mis criterios me obligan a “enlistar” para dejar claras —desde mi punto de vista—algunas cuestiones que considero influyentes con respecto al debate que ha generado en redes sociales, páginas personales y sitios web la presencia cubana en la Cumbre de las Américas.
Opino, además, que pasara lo que pasara allá Cuba sería la gran noticia de la Cumbre de las Américas. Tres hechos nos validaban como atractivo periodístico:
1) Era la primera vez que participábamos como país en un espacio organizado por la Organización de Estados Americanos desde que fuéramos expulsados,
2) Se esperaba el primer encuentro entre Raúl Castro y Barack Obama después del 17 de diciembre de 2014, y
3) Cubanos a favor y en contra de la Revolución cubana coincidirían por primera ocasión en un mismo espacio internacional de diálogo.
Demasiadas “primeras veces” como para que no fuéramos el palo periodístico ¿verdad?
Los dos sucesos que encabezan la lista ocurrieron tal cual se esperaba: Cuba estuvo en Panamá y Raúl conversó con Obama, a quien le habló en su discurso del injusto decreto contra Venezuela, de la Historia de Cuba y hasta le regaló unos elogios que hay a quienes les han parecido excesivos en tanto a mí se me figuraron una buena táctica.
¿Imaginan cómo habrá quedado el estadounidense ante los miamenses que odian al Gobierno revolucionario? ¿Es posible calcular el grado de compromiso público que entrañaron esas palabras no solo para el mandatario norteamericano sino para un Estados Unidos que aprecia tanto los símbolos y la hidalguía?… en fin, que dejo eso para otro post.
El tercer gran hecho noticiable, ese para el cual se preparó a la opinión pública latinoamericana con varios meses de antelación y por el cual algunos conocidos juzgan en redes sociales que hicimos “el trabajo sucio”, no se dio. Cubanos a favor y en contra de la Revolución cubana, aunque coincidieron en el mismo espacio y tiempo, no dialogaron.
¿Por qué sucedió esto en un escenario internacional donde confluyen ciudadanos de toda América con diferentes posiciones políticas con respecto a sus gobiernos? ¿Habían otras formas de protestar contra la indignación provocada por la presencia de los coterráneos incluidos en el Foro de la Sociedad Civil?, son esas las preguntas que motivan este post y las 5 verdades que expongo a continuación: 
1. ¿Por qué Cuba protestó?
Aborrezco ser repetitiva (ya he dicho todo esto en Facebook y en Twitter, incluso desde Panamá) pero me obliga la vehemencia con la que queridos conocidos cuestionan en redes sociales el comportamiento de Cuba en la Cumbre de las Américas. Hay quienes opinan que debimos asumir otra actitud, quizás ausentarnos de esa cita interamericana o retirarnos con una proclama como hizo el Proyecto Cuba Posible dejando al resto de los presentes dialogar en paz en vez de protestar tanto.
No estoy de acuerdo. Retirarnos o no asistir hubiera tenido tres consecuencias que duele imaginar:
De todas formas para los medios de prensa, Cuba habría estado presente en los foros y en especial en el de la Sociedad Civil y el de Jóvenes. Allí la representación de la Isla habría quedado a merced de una «oposición» cubana —denunciada por Wikileaks— articulada y financiada por la NED (Fundación Nacional para la Democracia), fachada de la CIA, y otras estructuras anticubanas, que no representa al pueblo cubano aunque lo convierta en centro de su discurso en el exterior.
La agenda política que privilegiarían sería la del apoyo al bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba; la oposición al proceso de normalización de las relaciones diplomáticas con la nación norteña y quizás hasta la posibilidad de una intervención militar en la Isla. No les interesa la opinión internacional expuesta en las votaciones de la ONU contra el bloqueo y los mecanismos de integración en América Latina están fuera de sus intereses digamos que monetarios.
La condena a la injerencia externa en los asuntos internos de cualquier país del mundo, la eliminación de las bases navales estadounidenses dispersas aún por Latinoamérica, la defensa de América Latina y el Caribe como zona de paz —como se proclamó en la II Cumbre de la Celac—, el respeto al sistema político que cada pueblo considere más democrático, entre otros temas relacionados con la importancia de los proyectos sociales por encima de la privatización, y mucho más… es probable que no estuvieran en las declaraciones finales de los foros que monopolizarían.
Pero de todo eso, y más, dialogaron los cubanos revolucionarios presentes no solo en los espacios de la Sociedad Civil y de los Jóvenes sino además en el de Empresarios y en el de Rectores.

2. ¿Se contrapone la actitud de los revolucionarios con respecto a los disidentes con la del presidente de la Isla con respecto al mandatario norteamericano?
No. En mi opinión Raúl hizo lo que consideró correcto en beneficio del futuro de los cubanos en general. Actuó como lo hacen los presidentes, y en nuestro caso actuamos como lo hace el pueblo (¿No era ese el objetivo de invitar a la sociedad civil?).
En su discurso catalogó a Obama como un hombre «honesto», quizás —además de los argumentos expuestos— porque ni en su discurso del 17 de diciembre negó la posibilidad de lograr con Cuba mediante el restablecimiento de relaciones lo que no alcanzaron anteriores gobiernos con el bloqueo, tal vez porque sin caretas sus representantes se reunieron en La Habana con conocidos disidentes o porque no ocultó su interés en Panamá por mostrarle al mundo quienes apoyaban a los mercenarios cubanos que estaban allí.
Cualquiera que sea la causa quienes protestamos contra la presencia de esa oposición construida, aunque aplaudimos la intervención del presidente cubano, nunca hubiéramos aceptado callados el diálogo que los organizadores de la Cumbre intentaron imponernos —por citar solo cuatro ejemplos— con:
—Félix Rodríguez, el hombre que ordenó asesinar a ese símbolo universal de la rebeldía revolucionaria que es el Che Guevara;
—Guillermo Fariñas, violento admirador del terrorista Luis Posada Carriles, quien voló en pedazos una nave de Cubana de Aviación con 73 personas a bordo e intentó hacer lo mismo con el Paraninfo de la Universidad de Panamá;
—Elizardo Sánchez Santa Cruz, con más de 87 mil dólares recibidos entre el 2008 y el 2014 de organizaciones anticubanas y proterroristas como Unidos en la Acción para los Derechos Humanos, la Fundación Hispano Cubana, la Fundación Nacional Cubano Americana y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos por enlistar prisioneros políticos entre los que no faltaron pintores de siglos pasados y equipos deportivos completos;
—Manuel Silvestre Cuesta Morúa, contratado por la NED por 14 mil 400 dólares para desarrollar proyectos subversivos en Cuba y para que asista a eventos internacionales donde actúe como contraparte de delegaciones oficiales cubanas.
Con esos —como le escribía a una conocida de Facebook— no se dialoga ni jugando a la pelota. Y termino este punto con un fragmento de algo escrito por Rafael Hernández, el director de la Revista Temas, que me parece muy oportuno:
“Imaginemos a un partido en EEUU que promoviera el cambio hacia un sistema político, económico y social similar al de la República Popular China. Que ese partido, o conglomerado de grupos, careciera de un liderazgo estable o definido, de una ideología coherente, salvo oponerse al orden prevaleciente en EEUU y abrazar el modelo de la RPCh; y que se autodefiniera como la genuina representación de la sociedad norteamericana, aunque no expresara el interés real de ningún sector social en particular. Supongamos que el gobierno chino, como parte de su presupuesto oficial, le otorgara a ese conglomerado cientos de millones de yuanes, para fomentar lo que aquel llamaría un proyecto de “evolución pacífica” hacia un modelo de país que conllevara una relación íntima con China. Finalmente, pongamos por caso que la República Popular estuviera donde hoy queda Canadá, con una población 30 veces mayor y una economía 233 veces más potente que los EEUU, tuviera medio siglo de muy malas relaciones con este país, y que su presidente insistiera en retratarse con los líderes de tal conglomerado.
“¿Cómo reaccionaría el gobierno de EEUU? ¿Recluiría a este grupo en la base naval de Guantánamo, sin derecho a juicio o protección legal? (…) ¿O sería posible que lo identificara como oposición legítima, dedicada a ejercer sus derechos civiles, a disentir del orden establecido, a cultivar el librepensamiento y a comportarse como buenos ciudadanos? ¿Aparecerían ante los norteamericanos como defensores de la democracia y el pluralismo, capaces de practicar el diálogo y el respeto hacia los que no comparten sus ideas?
“Si se aprecia serenamente todo lo anterior, se apreciará que, incluso si no se aprueba la reacción cubana ante los disidentes, esta no se reduce a simple impulso ideológico, ineptitud para lidiar con el disentimiento, cerrazón mental o pura maldad. (…) El problema no son ellos, sino la política norteamericana que los auspicia, enunciada aún hoy como “traer la democracia y los derechos humanos a Cuba”, y dirigida no a objetivos puntuales, a “los Castros” o la “exportación de la revolución”, sino a transformar el orden social, económico y político del país a su imagen y semejanza (“promoteourvalues”, dijo Obama el 17D)”.

3. Mentiras y medios.
Desde la cama del hotel donde me hospedé en Panamá, veo por la televisión como los diferentes medios de prensa presentan a los cubanos llegados desde Cuba con el mandato de la sociedad civil (integrada por más de 2 mil organizaciones) como un grupo exaltado y potencialmente agresivo.

Tanto es así que, el viernes, un amigo panameño me aconseja dejar de usar mi pullover que dice Soy Cuba… por seguridad.
Los buenos, los cubanos pacíficos —según trasmite la TV— son los otros, los llegados desde Miami en Estados Unidos, y desde algunos otros países para “promover un plebiscito en la Isla” y dialogar sobre el futuro político del país.
Uno de esos “pacíficos”, en el lobby del hotel El Panamá, miró de frente a una amiga y le dijo: “Cuidado y no regresen sin uno”.
Hace semanas —me había dicho el representante allá de la Sociedad Cultural José Martí— que esos andaban dando entrevistas a cuanto medio les pusiera delante un micrófono o una cámara. Y fue mucha la prensa complaciente…
Fui testigo de las barbaridades que dijeron y nadie les hizo un rap o les puso como portada de alguna revista o los acosaron a preguntas como hicieron con los revolucionarios en medio de las provocaciones mercenarias.
Esos canales no inquirieron (o lo hicieron poco), por ejemplo, acerca de a quiénes representaban los disidentes. Ni profundizaron en la cantidad de cubanos que no comparten su agenda política o sobre sus propuestas a otros pueblos de la región —para incluir en la declaración final de los foros— en cuanto a iniciativas para revertir el caos en que se ha convertido Latinoamérica debido al subdesarrollo y el entreguismo de algunos gobiernos a Estados Unidos.
Sobre nuestras denuncias, como era de esperar, fueron escuetos y manipuladores de varias maneras.
El historiador Elier Ramírez narra su vivencia en el blog Dialogar, dialogar: “Recuerdo que un camarógrafo de una televisora miamense me ofendió y se retiró junto al periodista, al no estar dispuesto a oír ciertas verdades. No me dio tiempo por desgracia a preguntarles de qué libertad de opinión y prensa estaban hablando”.
En otro caso un reportero extraviado lo presentó en vivo como un “disidente” y se llevó un buen susto ante los argumentos del muchacho.
Pero, creo yo, entre lo que más nos afectó estuvo que los isleños no estamos adaptados a enfrentar la agresividad de los medios de comunicación capitalistas y que se hiperbolizó el alcance de las protestas que tuvieron lugar durante la plenaria inicial del Foro de la Sociedad Civil y en el lobby del Hotel El Panamá.
Fueron esos los momentos que se robaron el show, ignorándose todas las denuncias previas que habíamos realizado y que, ante la ausencia de una acción concreta del Comité Organizador, nos llevaron a reclamar como han hecho desde siempre los indignados y activistas del mundo: con consignas.
Algunas de esas consignas tengo la percepción de que han molestado e indignado más a mis amigos que las causas de nuestros reclamos en Panamá.
Entre esas acciones previas poco visibilizadas que menciono estuvieron:
—Alerta de la cancillería cubana al Comité Organizador de la Cumbre de las Américas sobre los disidentes financiados que habían aprobado como participantes en el Foro de la Sociedad Civil. Respuesta: Ninguna.
—Carta de el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el Reverendo Raúl Suárez al Comité Organizador del Foro de la Sociedad Civil, en la que demandan la expulsión de las personas que empañaban el objetivo del evento. Respuesta: Ninguna
—Declaración de los representantes de Cuba en los foros paralelos de la Cumbre realizada a través de una conferencia de prensa de los primeros llegados a Panamá y un tabloide repartido por toda la capital panameña.   Respuesta: Ninguna.
—Denuncia del presidente de la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE) ante los medios de prensa y el Comité Organizador debido a la presencia en el Foro de la Sociedad Civil de Félix Rodríguez, antiguo agente de la CIA y uno de los asesinos del Che Guevara. Respuesta: Ninguna.
—Reclamos por las vías establecidas al Comité Organizador del evento debido a la falta de acreditación de 28 cubanos aprobados por la Red de Derechos Humanos de Panamá. Respuesta: Enviaron a nuestros representantes de un lado a otro del hotel sin darles solución alguna.
La pasividad insultante del Comité Organizador, que con su silencio nos empujaba a compartir con esa gente un espacio de diálogo interamericano especial por las connotaciones políticas y mediáticas a las que hice referencia al principio, provocaron a partir de entonces las protestas a voz alzada.
Todavía me pregunto cuáles eran las verdaderas intenciones al poner cubanos tan diferentes en un mismo espacio. Me quedan dudas sobre la certeza del deseo de que fuéramos a dialogar y a veces me he preguntado si solo no habrán querido fortalecer con las confrontaciones que supondría este encuentro la imagen de esta Cumbre como algo trascendental en todos los sentidos… hasta en sus conflictos.
Y hablando de conflictos es necesario aclarar, otra vez, dos cuestiones importantes:
a) Que ninguno de los cubanos invitados a los foros estuvo presente en la provocación de los disidentes que quitaron del busto de Martí las flores que habían puesto los rectores en el parque ubicado frente a la embajada de Cuba. Yo me enteré y vi la pelea por YouTube.
b) En el lobby del hotel El Panamá tampoco hubo golpes. Ante los carteles de “Democracia es respeto” (una frase que bien y con mejores razones pudimos enarbolar nosotros) respondimos con fotos de Fariñas junto a Posada Carriles y de Antúnez con Félix Rodríguez, muchas banderas, y hasta La Guantanamera (una canción que tarareé con fuerza, ya saben ustedes por qué).

4. Se dividen las mesas de Gobernabilidad y Participación Democrática en Foro de la Sociedad Civil. Sesionan de manera normal las otras 4 mesas de trabajo.
Como bien posteó un amigo en su Facebook, nunca abandonamos un espacio que creímos merecer. Yo, obviamente, no estuve en la apertura de las mesas de Gobernabilidad democrática y Participación ciudadana del Foro de la Sociedad Civil porque fui como delegada al IV Foro de Jóvenes de las Américas, pero como parte de los presentes supe los pormenores.
Conocí, por ejemplo, que cuando abrió la sesión de trabajo mis amigos —porque después de Panamá creo que todos lo son, aunque a la mitad ni los conozca— en ambas mesas tomaron la palabra y una y otra vez denunciaron la “contaminación” de aquellos espacios.
Fue esa la primera vez que hubo una respuesta concreta por parte de los organizadores quienes se fueron junto con los denunciados y una parte de la derecha latinoamericana. Después de eso, todo se reorganizó en esos salones y los debates fluyeron con normalidad con la presencia de representantes de Panamá, Colombia, Brasil, Venezuela, Ecuador, Chile, México, entre otros.  [Relatoría de la Mesa de Gobernabilidad Democrática al Foro de la Sociedad Civil]
Luego nos enteramos de que, en el sótano del Hotel El Panamá, los disidentes habían creado mesas de trabajo alternativas sobre los mismos temas.
Era difícil prever lo que sucedería ese mismo día por la tarde durante el diálogo con los presidentes, cuando representantes de las diferentes mesas debían presentar sus propuestas a los mandatarios. Busqué en la web oficial de la Cumbre de las Américas y, al parecer, ante el evidente disenso no se aprobó declaración alguna sobre Gobernabilidad Democrática y Participación política.
Nosotros no estuvimos ahí. Quienes habían defendido con fuerza el derecho de los isleños a una representación digna decidieron no asistir al diálogo con los presidentes por respeto a Varela y a Obama, quienes estarían tan presentes como los mercenarios denunciados desde el 7 de abril, cuando llegamos, y ante cuya presencia ¿cabe alguna duda? volveríamos a protestar.

5. Cubanos participan sin problemas en IV Foro de Jóvenes de las Américas.
De este espacio tengo mucho más que contar, aunque a casi nadie parece importarle que los presentes allí hayamos dialogado con muchos representantes de la derecha continental y lográramos un consenso en torno a la declaración oficial de todas las mesas.
Incluso, Pablo Ordaz Ramos, Licenciado en Biología y tecnólogo del Centro de Inmunoensayo, leyó en la clausura del IV Foro el documento final de la mesa de Medio ambiente. En un foro online desarrollado al respecto en Juventud Rebelde, podrán encontrar sus opiniones y las de otros participantes.
Quienes me digan que todo transcurrió de esa manera porque no hubo disidentes tendrán razón. Y agregaré que así debió pasar en toda la Cumbre, quizás si hubiera sido más justo Panamá —y digo así refiriéndome al presidente del país, de la OEA y a su Comité Organizador— el diálogo sobre Gobernabilidad democrática y Participación ciudadana que algunos vieron truncados se hubiera dado…
Y para concluir este inmenso post, que he escrito durante buena parte de la noche y termino a las 4:14 am del 20 de abril (justo siete días después de mi regreso de Panamá), dejo aquí —por si alguien famoso pasa a leer— algunos breves consejos para una futura Cumbre de las Américas si es que la OEA no desaparece antes:
1— Sin importar que país sea la sede, la cantidad de personas por nación en cada foro debería ser equitativa y no estar basada —digamos— en la cantidad de habitantes ni en privilegios políticos.
2— Sin importar la tendencia política predominante entre los organizadores, deberían estar equilibrada las fuerzas de derecha, de izquierda, centro, etc… en cada uno de los espacios paralelos.
3— Sería recomendable que en esa sociedad civil no priorizaran tanto a los empresarios y se le diera más valor a las organizaciones y movimientos sociales que, ante la ausencia de tribuna, marchan a la Cumbre de los Pueblos cada vez que se reúne la de las Américas.
4— No debería permitirse la acreditación de asesinos o personas financiadas para usurpar el papel que corresponde a verdaderos representantes de las sociedades civiles de las dos Américas. Imagino que algún súper mecanismo de investigación tendrá activado el Comité Organizador para aprobar o no a los autopropuestos, asegurándose de que ninguno vaya a poner una bomba. O sea, solo tiene que echarlo a andar…
5— Sería prudente que los organizadores no se arrogaran el derecho —como sucedió en el IV Foro de Jóvenes de las Américas— de crear a última hora comisiones diferenciadas para quienes hablan inglés. Si las dos Américas van a dialogar, lo más correcto es que sea en el mismo espacio.
Sin más por el momento,
Yo
PD: Ni se les vaya a ocurrir decir que esta es una respuesta a Ravsberg.

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