Revista Mensual 171 Mayo de 1999
|
Soy todo rasgos de tinta sobre unas páginas en blanco. Solo quiero acercarme a ti para develarte los secretos hallados en el tiempo. Suelen hablar mucho de las diferencias de cada época y siempre el hoy ha parecido muy moderno y distante del ayer. Muchos pregonan que con el paso de las generaciones se van mutilando los sueños. Sin embargo, hace siglos que lo humano es lo mismo: amor frente al desamor. Podrá expresarse de maneras diversas, pero en todo momento se trata del que busca dentro de sí —en batalla contra su propia oscuridad— la belleza con que mirar y darse, y los que buscan afuera el paliativo a la carencia espiritual porque la luz del alma parpadea.
Entre conmigo a este recodo de los tiempos, arriésgate a viajar mentalmente con este amigo que se hace llamar… El Diablo Ilustrado
Entre conmigo a este recodo de los tiempos, arriésgate a viajar mentalmente con este amigo que se hace llamar… El Diablo Ilustrado
Cupido anda sin alas por mi calle.
Sucede que flechó a Eva
y no precisamente en nombre de Adán.
Sucede que flechó a Eva
y no precisamente en nombre de Adán.
Con estos versos de Carlos Figueroa entramos a este cosmos insondable que es el amor, algo que no siempre llega como debiera: unas veces no es correspondido, otras sí pero se deteriora, y hay ocasiones en que fue sólo un espejismo. El final más socorrido de esas últimas es la traición.
Él o ella optan por una opción paralela y nace entonces lo cinematográficamente conocido como triángulo amoroso (que también puede ser cuadrado). Montaigne escribió que del mismo papel en que el juez ha escrito la sentencia contra un adúltero, rasgará un pedazo para escribir unas líneas amorosas a la esposa de un colega. Aunque bastante usual no deja de ser criticable: sin honestidad no hay felicidad posible. No podemos ser felices cuando se ocultan cosas, cuando llevamos un antifaz ante otra persona, cuando debemos meditar lo que va a decirse por temor a que se escape una prueba delatora.
¿Por qué se es infiel? Según un proverbio chino se puede dormir en la misma cama sin tener el mismo sueño y no se tiene el mismo sueño por disímiles razones: no elegimos la pareja adecuada —como escribió Antoine de Saint-Exupery amar no es mirarse uno al otro es mirar juntos en la misma dirección, o, existe únicamente una atracción física o, por el contrario, como reza una canción de Pablo Milanés: a esta unión de nosotros le hacía falta carne y deseo también. La sinceridad, el sobreponer el aprecio humano por encima de los lazos formales es un posible antídoto contra la infelicidad. Cuando se callan las inconformidades se va levantando un muro de silencios, en su lugar debería surgir la reflexión común que pueda rescatar del tedio o de la búsqueda oculta de otra salida.
Siempre es tarde cuando se llora, dijo Salustio. No dejes entonces correr las insatisfacciones por temor a herir al otro, por no romper promesas de otros días, o por prejuicios sociales —siempre aparecen esas amistades que han mitificado nuestra relación y que, al conocer la ruptura, preguntan: “Pero…¿cómo es posible con lo bien que se llevaban ustedes?” Sobre esto una canción de Silvio invita a la reflexión:
Pero necesitas quedar bien con todo,
todo que no sea bien contigo misma.
La angustia es el precio de ser uno mismo.
Mejor ser felices como nuestros padres
y hacer de la lástima amores eternos
hasta que a la larga te tape el invierno.
todo que no sea bien contigo misma.
La angustia es el precio de ser uno mismo.
Mejor ser felices como nuestros padres
y hacer de la lástima amores eternos
hasta que a la larga te tape el invierno.
Muchas otras razones dan pie a la infidelidad, hay quienes permanecen juntos por guardar la apariencia ante los hijos; algunos son infieles al poseer un concepto limitado del amor y creer en un supuesto gozo múltiple —tendencia a la promiscuidad. ¿Estaría pensando en ellos Félix Luis Viera al escribir estos versos?
Traicionaste a quien más te quiso,
quien era, además, a quien más quisiste.
Eso debe ser un record.
quien era, además, a quien más quisiste.
Eso debe ser un record.
El verdadero amor debe ser fiel, pues el sentimiento es una flor delicada: manosearla es marchitarla. ¿Cómo reaccionar entonces ante el engaño? La primera vez que me engañes la culpa es tuya, la segunda será mía dice un proverbio árabe. Aunque cada pareja es un mundo, las reacciones de quienes han sido traicionados, fluctúan desde los que conviven con la infidelidad hasta los que quieren matar al (o la) infiel. Para reflexionar sobre esta arista te dejo en manos de un amigo: José Martí.
Yo no entiendo así el dolor que la traición de la mujer amada causa. Porque, luego de certificada la traición, no quedan en aquella mujer las condiciones que amábamos. La amábamos porque nos amaba: esta razón, luego del engaño, ya no existe. La amábamos, porque el espíritu humano necesita hallar o fingirse que ha hallado, —algo puro y tierno: no subsiste esta causa tampoco. Queremos en la mujer lo abnegado, lo generoso, lo blando, lo delicado: pues ya no podemos en mujer semejante querer esto. Ni las condiciones generales el espíritu femenil; ni la ternura y delicadeza que el espíritu ansía; ni el amor que nos tiene —podemos amar, tras el engaño, en esta criatura: ¿qué amaremos —pues? ¿El deleite físico? —pero este no es concebible, ni excusable, sin el afecto, sin cierto género de viva simpatía afectuosa, sin la relación espiritual que luego del engaño no subsistirían. De manera, que es como si nos empeñáramos en aspirar en un ánfora vacía la esencia de que estuvo llena. No podemos engañar a nuestro sentido. Él irá por donde brille ánfora nueva llena de perfume. Porque se ama el perfume, no el ánfora: se ama por el alma y por el cuerpo, mas no por el cuerpo, si no está como velado, aromado, embellecido, entibiado por el alma. Ni concibo, pues, dolor semejante. Y mientras más vivo haya sido el amor puesto en la engañadora criatura, y más confianza hayamos puesto en ella, y más honor le hayamos hecho con nuestro tierno respeto —con más claridad veremos por lo extremado del contraste, la injusticia de nuestro afecto. Que de más alto suena más el golpe. Y más se clava la saeta que viene de más lejos. Desaparecen las cosas cuando cesan de existir las razones que las produjeron. Como, con la capacidad para le engaño, que es revelada por el engaño mismo, desnúdase la mujer amada de todo el brillante arreo con que la engalanamos, —y aparece que faltan de ella las condiciones que en ella supusimos y nos confirmaron en amarla —el amor, con el engaño vuela. Queda cierto dolor, a las veces vivísimo —mas no de amor, —ni de pesar de haberlo perdido, —porque ya en ella, en lance semejante, ¿qué amaremos —sino de que aquel ser que acariciamos haya sido capaz de albergar traición fea, y de ira justa por no haber sabido a tiempo penetrarla? Cuando se ha amado verdaderamente, queda, más que cólera, lástima: y el amor compasivo que se tiene a los criminales. Cuando se ha amado poco, queda náusea.
Diablo mio, no sé por qué te digo mio cuando eres de todos y de nadie.Justificando mi egoísmo.Quiero adueñarme de todo lo hermoso que le hable al alma y tu lo logras con cada una de tus palabra o con las palabra de los grandes maestros que nos hablaron y nos hablan con nobleza al corazón.Por eso te siento mio.
ResponderEliminarAyer salté esta lectura, cosa normal en mi, tengo preferencias por empezar por los finales y esta publicación que estaba en el medio mis ojos no la vieron, PERO HOY la vi y quiero decir algo.
La traición ante todo( dígase pareja, amigos, padre, hijos, hermanos, patria) es algo que no sé como surgio cuando es ALGO que va encontra de la creación propia del ser humano.Somos humanos y por merecernos tal condición de ser HUMANO no debemos traicionar nunca.Creo que ser sincero con uno mismo es un regalo que nos enseñaron porque es algo NATURAL.Es un poco filosófico mi criterio cuando sabemos que como mismo hay cientos de miles de millones de hombre , hay cientos de miles de millones en el mundo de interpretaciones de la sinceridad.
Pero viéndola la sinceridad como UN PRINCIPIO HUMANO es para mi criterio NO MENTIRTE JAMAS y esa sinceridad DECIRLA A LA PERSONA o al grupo de AMIGOS, o a tus HIJOS, o a TUS PADRES , o a TU PAREJA por más que le duela a la persona que te quiera.NO SE DEBE OCULTAR o MANIPULAR UN SENTIMIENO, UNA ACTITUD, UNA PALABRA, UNA POSICION ANTE LA VIDA, UNA CREENCIA.
Y ASI EN ESA MISMA MEDIDA DE SINCERIDAD SEREMOS MAS LIBRE y ESENCIALMENTE HUMANOS.
besos yamirys
EDI dijo… Amiga anónima, coincido plenamente contigo, la sinceridad, aun en ocasiones en que pueda resultarnos desfavorable, porque nos traiga algún inconveniente, es la única vía para ser felices, pues las dobleces del alma, la mellan, y terminas siendo una persona ruin, y por tanto te condenas a pasar tus días en compañía de un miserable, que eres tu mismo, por lo que ni siquiera puedes decir “vete, no te quiero ver más”. Hay una canción de Joan Manuel Serrat suficiente para expresar lo que pienso sobre todo esto que con tanta nobleza de espíritu expones. Pues nada Anónima entrañable “Soy sinceramente tuyo”
ResponderEliminarNo escojas sólo una parte, tómame como me doy,
entero y tal como soy, no vayas a equivocarte.
Soy sinceramente tuyo pero no quiero, mi amor,
ir de visita por tu vida vestido para la ocasión.
Preferiría, con el tiempo, reconocerme sin rubor.
Cuéntale a tu corazón que existe siempre una razón
escondida en cada gesto.
Del derecho y del revés uno sólo es lo que es,
y anda siempre con lo puesto.
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.
Y no es prudente ir camuflado eternamente por ahí,
ni por estar junto a ti, ni para ir a ningún lado.
No me pidas que no piense en voz alta por mi bien,
ni que me suba a un taburete, si quieres probaré a crecer.
Es insufrible ver que lloras y yo no tengo nada que hacer.
Cuéntale a tu corazón que existe siempre una razón
escondida en cada gesto.
Del derecho y del revés uno sólo es lo que es,
y anda siempre con lo puesto.
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio