Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

domingo, 26 de febrero de 2012

La isla del libro, Marilyn pinera y una botella al mar

Llevo días ausente del blog pues estuve como el vórtice de un ciclón —muy mala palabra en el lugar que estaba): La Isla de la Juventud, o de Pinos (lo cual haría coherente el gentilicio Pineros) o De las Cotorras, o de Los Piratas, o Del tesoro, o De los 500 asesinatos (como la definió Pablo de la Torriente Brau, por el Presidio Modelo) o Reina Amalia, como primeramente le llamara Colón. Isla que se recompone aun de golpes arrasadores que vienen al compás del trío Matamoros “Cada vez que me acuerdo del ciclón, se me enferma el corazón”.
La vegetación ha recobrado en buena parte su belleza, aun quedan techos pendientes; el boulevard de su calle José Martí, va en proceso acelerado de re-construcción, con toda la majestuosidad y acento pinero que dan sus ladrillos, tejas, cerámicas y mármoles típicos. La gente hospitalaria, siempre dispuesta a compartir un guachi “baja muertos” y mucha charla, como seres sedientos de noticias. Con el orgullo —no sin la queja penante—, de ser parte de una isla dentro de otra isla. Lo cierto es que pasé cinco días en los que apenas pude echar un sueñito, entre poetas, escritores, pintores, amigos que no daban respiro; se arremolinaban presentaciones en el Museo Municipal, en las escuelas o trovadas que improvisamos tirados en el parque o en la casa de un hereje que lleva el arte como modo de vida; tal es el caso del inagotable fotógrafo Jaime Prendes —lamentablemente poco conocido, pero del que se hablará y bastante. 
Más que presentar los libros “Una guitarra un buen amor” (100 canciones de Silvio, Noel y Pablo) y “Trovadores de la herejía” (sobre Santiago, Gerardo, Frank y Varela) ambos títulos del sello Casa editora Abril y la autoría de mis amigos Bladimir Zamora y Fidel Díaz, fui conversando y cantando por muchos de los rincones de la mística Isla, como quien energiza las pilas del motor espiritual interactuando con seres diversos, todos entrañables y cargados de misterios y esperanzas que laten en el fondo de desastres, olvidos, y añejadas pasiones; a veces tenía la sensación de ser parte de una novela, como si las charlas fuesen diálogos de un libro, y aquellos tempestuosos amigos, personajes — a ratos goethianos, a ratos kafkianos, a ratos quijotescos, o carpenterianos.La isla dell libro y una botella al mar
Dicen que “no hay mal que por bien no venga”; no me he traído (por falta de cámara) ni una imagen que mostrar. Pero sí, algunas obras, de uno de esos grandes personajes pineros, Jaime Prendes, las cuales animan esta “entrada”; así que gozan de las fotos de un creador volcánico, agudo, intenso. Este es el final de una aventura; el inicio fue nada menos que volando en un AN 24 con Natalia Bolívar, una de las más hermosas mujeres que ha dado Cuba —lo cual no es poco decir—, mujer que es por su vida un libro de historia, una ceiba esplendorosa al centro de la nación. Natural, llana, sencilla, culta, con gran sentido del humor, y que parece conocer el origen de todo; lamento que luego el programa no nos pusiera en contacto más tiempo, pero bendito el que estuve como flotando en su sabiduría. Parte de esa “delegación literaria” fueron también su hija Natalia del Río, Ana María Díaz y Milagros Elena Martínez, con quienes pude compartir apenas dos o tres comidas en un ambiente como de viejos amigos; pero sin tener siquiera el chance de verlas en alguna presentación de libros.            
Agasajados todo el tiempo por las muchachas del Centro Provincial del libro y Cultura, Anaybi, Karina, Ismaray, Yanelis y Marbelis; no hubo minuto ajeno al ajetreo que provoca la llegada de la Feria del Libro. Acaso el momento infaltable de ir hasta la finca El abra, donde el joven Martí se repuso del inmenso dolor, físico y espiritual del presidio; se siente uno cerquita de aquel José Julián casi muerto, rodeado de atenciones de la familia Sardá, madurando y levantando el ánimo y la fe en el ser humano, gracias a aquella paz de la naturaleza encabritada entre dos lomas, y la de aquella familia que de pronto fue suya.
Luego las circulares del Presidio Modelo, los tormentos más fieros sobre la carne y el espíritu humano, el mundo dantesco que describió Pablo de la Torriente Brau, allí en el eco del comedor de los cinco mil silencios, en las mini celdas tétricas, donde hasta el llanto acabó por ser inútil. En el Pabellón del hospital los libros y las camas, especialmente la del prisionero 113, número que se repite increíblemente en la historia, Martí y Fidel lo llevaron en sus trajes de presidio.    
Tras aquel alto en horario de almuerzo, el retorno al remolino de Gerona. Los personajes pineros impregnados: José Antonio Taboada, poeta que está en todas partes, explosivo, entrañable, abierto; José Antonio Quintana importante escritor de extrema sencillez y trato afable, con quien se me quedó colgado un buen cafetazo tras el desayuno es su casa (por exceso de agenda). Nelton, serio, cuasi nihilista, como distanciado, pero a su vez desprendido, servicial, escritor profundo; reconocido, antologado —y no por ello se da aires—; ajeno a la farándula, cual llanero solitario, parco y preciso.
Rafael Carballosa, poeta abierto, gran comunicador, ser que se entrega a los otros, comparte todas las corrientes del arte como suyas, presenta libros y declama poemas con fácil comunicación, giran a su alrededor los más jóvenes creadores. 
Catalino Fuentes, alma taciturna que va flotando por la ciudad, escudriñando todo con una angustia tierra adentro, con un humor cortante, sarcástico; uno nunca sabe cuando el Cata te está hablando en serio o fabulando; entra hasta los milimétricos detalles de la vida; como un poeta naif, no es un reconocido pero cuando empieza a declamar, distanciado, como ebrio, la gente queda hechizada. Estuve en varias escuelas compartiendo recitales y vi a los muchachos comiendo sus poemas hasta chuparles sus versos. Transcribo un poema que es su carta de presentación:

Activo fijo tangible (benedittiando)

me gustas porque eres gorda
y comes de todo
si fueras fina y fista
como una compañera dama
de nuestra autóctona burguesía
no me gustaras.
pero tú eres gorda   compacta
y te sirve de provecho
toda esa metralla que venden
para nosotros
en la carnicería.
por eso me gustas y te abrazo
y al pegarme a tu cuerpo
noto
que no tienes faltantes.
cuando en la alta noche
o al amanecer
tanteo en la cama buscando tu cuerpo
mi mano siempre te encuentra
voluminosa y tangible.
me gustas porque tienes buena boca
y todo lo que comes
tu cuerpo lo transforma
en materia prima viviente
siempre apetecible
y al alcance de mis manos

Retornando a la tarde noche de la despedida, asistimos a la reinauguración de la UNEAC pinera; allí estuvo el Consejo Nacional de la UNEAC cortando la cinta de un rincón que puede resultar muy importante para la vida cultural de la Isla, con galería, sala para conciertos, un restaurancito, incluso cuartos para visitantes, bar, patio para presentaciones y oficinas, muy bien aprovechado el espacio, y con un nivel de elegancia, sencilla y útil elegancia, que mucha falta hacen allí. Como dijera Omar Valiño en sus palabras es un lugar que no solo se remodela sino que se re-crea con la esperanza de que todo ese cambio material implique un nuevo salto en el arte y el intercambio creativo en el territorio.
 Tras aquello nos fuimos a la casa de Jaime Prendes, arrastrados por viejos amigos como el pintor Chimendri, o Mandarrea que es como el amigo del barrio de los creadores, al que se le deja de ver 5 años y a la vuelta parece que uno estuvo conversando con él la noche anterior; nos reunimos un grupo que incluye a un lúcido crítico de arte, y una joven y apasionada periodista que cantó con profunda intensidad, a capella, “Un estido y un amor” de Fito Páez, (lamento no haberme llevado sus nombres, aunque de seguro habrá oportunidades adelante).
Allí discutimos de los caminos del arte, del pensamiento, de la utilidad de la crítica, del arte que hable sin tapujos de la vida de su pueblo, del orgullo pinero, del que se fue, del que se quedó; sucedían los brindis, entre canciones y poemas con la voz líder de Jaime quien vive como crea; para más dicha estaba de cumpleaños el poeta Carballosa, por lo cual la descarga era como infinita. Luego apenas tuve unos minutos para despedirme en el portal del cine donde realizaron un concierto variado, a plena calle, que tenía como invitado al trovador Ariel Díaz, acabado de desembarcar, así que yo partía y él quedaba. Nos queda dejar en el tintero un nuevo encuentro con este mundo de una isla que siempre está esperando que le llegue de su otra isla madre, esa botella tirada al mar con un mensaje de amor.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario