Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

martes, 24 de septiembre de 2013

Si no creyera en la locura…


Liliana Herrero y su grupo, con Marta Campos y Leo García         fotos Kaloian
 Desde Argentina, Fidel Díaz Castro continúa enviando sus impresionantes impresiones de estos, sus días bonaerenses en medio de la febril actividad creativa de los músicos de la Isla que han establecido estrechos vínculos de colaboración, aprendizaje e intercambio con sus colegas argentinos. Ahora han llegado estas notas vívidas y comunicadoras en forma de carta y así las compartimos con ustedes.
Víctor y María (y viceversa):
Casi desde el texto anterior quiero hacer otro(s), pero el tiempo se arremolina, las vivencias son muy intensas, y no encuentro  qué priorizar. Buenos Aires, como saben,  tiene una extraordinaria vida cultural. Me contaban que, por ejemplo, los fines de semana rebasan las 300 funciones en teatros, sin contar las peñas o presentaciones más alternativas digamos en centros pequeños, boliches, etc. Si esto fuera poco mi viaje ha sido al centro de la tierra (o de la Argentina) pues venir a dar a la casa de Liliana Herrero y Horacio González es llegar a una espiral incesante de creación, de ideas, de historia, de cultura, y de una espiritualidad enamorada y rebelde, que no tiene par. Uno no sabe cómo reciprocar tanto gesto de amor. “Nooo…dejáte de boludeces” me diría tirando hacia arriba la mano, Liliana si leyera estas líneas.
Entonces, contar de esta primera semana es un rollo,  pues el paciente y constante tejido cultural  que el Centro Pablo ha venido en el tiempo desatando ha creado casi una comunidad de amigos, cubano-argentina (y otra vez, viceversa) como itinerante entre los dos países. Es como una nueva nacionalidad que nos integra humanamente bajo un concepto latinoamericanista que empieza por ser un intercambio artístico y pasa a ser una cofradía identitaria; que se ramifica, de manera tal que hoy se pudiera hablar, por ejemplo de una movida cubana en Argentina muy intensa, que le debe mucho a esa labor que han hecho ustedes; aun en casos en que sus actuaciones acá no guarden relación directa con sus gestiones, pues lo más importante es que se ha ido creando un público, un ambiente intelectual, de cooperación, de interacción muy intensa.
Si miramos, algo así como este mes, entre las últimas semanas transcurridas y un par de ellas de las que vendrán, el listado de presentaciones, giras y conciertos es increíble: Santiago Feliúrodando entre Argentina y Uruguay, Vicente Feliú haciendo presentaciones diversas con Alejandro Valdés, e interactuando con el dúo Cadencia de Córdoba y la peruana Myriam Quiñones (que son parte de nuestra cofradía). A propósito de la palabra,  también con ellos recientemente actuó el dúo Cofradía de Trinidad.
 Esta semana habrá concierto de Pablo Milanés, en el Rex, Yusa (entronizada aquí con tremenda resonancia) tenía concierto ayer en el parque Lezama (aplazado por lluvia). El dúo Karma, que se ha asentado también con solidez, estuvo de gira por el interior.  La Trovuntivitis, que en momentos diversos ha ido trayendo el Centro Pablo se ramifica, Michel  Portela tiene mañana un concierto en el teatro Sha. Allí me lo encontré (de casualidad, como si estuviéramos en La Habana) a razón de una entrañable función a la que me llevó Liliana.
Como me decías en tu correo, María, el concierto de Vitillo Ábalo fue increíble: con sus 91 años Vitillo, con su bombo legüero,  fue haciendo la historia del quinteto de hermanos Ábalo, que es como la historia del folklore, ¡desde los años 30 haciendo música!  Su charla muy amena, defendiendo los valores auténticos contra la invasión de música comercial; invitó a amigos de varias generaciones, entre ellos a Liliana Herrero, que fue muy ovacionada. A la salida fue difícil, pues el público la reconoció y muchos querían felicitarla y hacerse fotos. Allí, entrando al ensayo, me asaltó con un abrazo Federico Pecchia, cantautor joven al que conocí precisamente en el Centro Pablo. Acaba de hacer De acordes y flores, disco que abre con un poema de Víctor Casaus que musicalizó: “Desde el mismo centro de la flor”. Está muy contento con el disco. Ya se espera por aquí a Yaíma Orozco, y no sé si venga con Roly Berrío, pues Leo García hace las coordinaciones para una  nueva oleada Trovuntivítica aquí. Y hablando de Leo, todo el que lo ha escuchado ha quedado encantado. Este martes 24 de septiembre se presentarán él y Marta Campos, en La Minga, barrio Boedo. Yo parto luego hacia Córdobaa encontrarme con el dúo Cadencia y el cantautor Ariel Borda, de allí salgo para Rosario donde me reencuentro con Marta Campos, para actuar en el Centro Cultural El Espiral, llevamos también a Cadencia, y presentaremos el libro Trovadores de la herejía: Santiago Feliú, Gerardo Alfonso, Frank Delgado y Carlos Varela, (Casa Editora Abril), quiero también dar en esos días la charla, con videos, sobre la Nueva Trova Cubana, contexto  y  generaciones  que organizamos en el Centro Pablo hace un tiempito.
Tantas vueltas y no acabo de caer en el centro de las actividades: el concierto de Liliana Herrero con Marta Campos y Leo García, por los 40 años de las relaciones entre nuestros países. Tremenda resonancia ha tenido el evento, hasta el punto del encuentro que tuvieron La Colmenita, Marta y Leo en la Casa Rosada con la presidenta Cristina Kirchner.
En cuanto al concierto, el muy elegante y centenario teatro Cervantes, se abarrotó; muy hermosa la interacción de Leo García y Marta Campos con Liliana Herrero y sus musicazos. Se sabe que Liliana es ahora mismo una de esas voces cardinales de la cultura latinoamericana, que re-crea y rescata las páginas más hondas no solo del folklore argentino y uruguayo, sino del cancionero de todo nuestro sur. Con sus reinterpretaciones abismales en cuanto a aporte espiritual, se expresa con herejía, dolor, pasión poética que estremece en muy alto grado.
Leo García y Marta Campos con Liliana Herrero
Cierto desenchufe de producción hizo que tuvieran que acortar la duración del concierto, ante una segunda parte de La Colmenita (quizás se debieron hacer dos funciones para aprovechar mejor). No obstante, Marta Campos y Leo García dejaron honda huella con apenas un par de temas que pudieron hacer cada uno: Martica, cantó  “Deja que las hojas duerman” y el contagioso “Son oscuro” de Noel Nicola  y  Leo hizo su sabrosa  conga “A la rueda”, “Entre la locura y yo” y una interpretación  para alucinar del clásico “Oración del remanso” de Jorge Fandermole, con doña Liliana.
 Nuestra (también por sentirla compatriota) Herrero, inició el concierto expresando su agradecimiento a este reencuentro de Cuba y Argentina, (en realidad hay que agradecerle a ella el peso de su acción y su dimensión cultural, en este proceso integrador que lleva el Centro Pablo). Por el acorte hizo apenas un par de temas de Maldigo  (ya escribiré sobre el cataclismo de verdades poéticas que estalla en ese disco que acaba de lanzarse con mucho impacto),  y se integró a Marta y Leo al final con “Gracias a la vida” de Violeta Parra, muy palmeada por el público, y “La gota de rocío” de Silvio Rodríguez, en una versión realmente descomunal: abierta, suelta, cargada de fraseos, con un sabor de torrente enamorado en el que hay que hacer mención a esos músicos-hermanos-conspiradores (Pedrito Rossi, Ariel Naón y Mario Gusso), que en un ratico se metieron en la esencia de la pieza para cubanearla con sazón tal que, de no ser por la premura del tiempo disponible,  pudo convertirse en una especie de trovassesion. Como para que siguiera expandiéndose la obra de Silvio, La Colmenita presentó la obra Y sin embargo,  que fue motivando en el público una mezcla de ovaciones con llanto, risas, palmas y bailes.
Y cabe despedir entonces este mensajito (más bien megamensaje) precisamente con Silvio, que ya sé por ustedes que anda en estos días en esa magna martiana obra de sus conciertos en los barrios, y que acá en su influjo, se hace parte raigal del abrazo entre nuestros pueblos, en días en que unirnos, es un viejo sueño y una urgencia para la sobrevivencia:

La Colmenita
Si no creyera en cada herida
si no creyera en la que ronde
si no creyera en lo que esconde
hacerse hermano de la vida.

Si no creyera en quien me escucha
si no creyera en lo que duele
si no creyera en lo que quede
si no creyera en lo que lucha.

Qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera
qué cosa fuera la maza sin cantera.

Desde Buenos Aires el abrazo
Fidelito

No hay comentarios:

Publicar un comentario