Fidel es un país

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____________Juan Gelman

miércoles, 9 de abril de 2014

Galeano y los eufemismos del poder

Una buena amiga —y siempre atenta a las maravillas—, la trovadora Heidi Igualada, me acaba de enviar uno de esos exquisitos textos del escritor uruguayo (o mejor, nuestroamericano) Eduardo Galeano. Como era de esperar: conciso, poético, en su espesura de ideas, nos lleva a romper los moldes de ideas impuestas por los grandes poderes universales para apresarnos, desterrándonos el alma. Sería en extremo egoísta —casi suicida— no compartir estas riquezas —las que realmente enriquecen—, contigo. 


Lenguaje 3

Por: Eduardo Galeano

En la época victoriana, no se podían mencionar los pantalones en presencia de una señorita. Hoy por hoy, no queda bien decir ciertas cosas en presencia de la opinión pública: el capitalismo luce el nombre artístico de economía de mercado; el imperialismo se llama globalización; las víctimas del imperialismo se llaman países en vías de desarrollo, que es como llamar niños a los enanos; el oportunismo se llama pragmatismo; la traición se llama realismo; los pobres se llaman carentes, o carenciados, o personas de escasos recursos; la expulsión de los niños pobres por el sistema educativo se conoce bajo el nombre de deserción escolar; el derecho del patrón a despedir al obrero sin indemnización ni explicación se llama flexibilización del mercado laboral; el lenguaje oficial reconoce los derechos de las mujeres, entre los derechos de las minorías, como si la mitad masculina de la humanidad fuera la mayoría; en lugar de dictadura militar, se dice proceso; las torturas se llaman apremios ilegales, o también presiones físicas y psicológicas; cuando los ladrones son de buena familia, no son ladrones, sino cleptómanos; el saqueo de los fondos públicos por los políticos corruptos responde al nombre de enriquecimiento ilícito; se llaman accidentes los crímenes que cometen los automóviles; para decir ciegos, se dice no videntes; un negro es un hombre de color; donde dice larga y penosa enfermedad, debe leerse cáncer o sida; repentina dolencia significa infarto; nunca se dice muerto, sino desaparición física; tampoco son muertos los seres humanos aniquilados en las operaciones militares: los muertos en batalla son bajas, y los civiles que se la ligan sin comerla ni beberla, son daños colaterales; en 1995, cuando las explosiones nucleares de Francia en el Pacífico sur, el embajador francés en Nueva Zelanda declaró: «No me gusta esa palabra bomba. No son bombas. Son artefactos que explotan»; se llaman Convivir algunas de las bandas que asesinan gente en Colombia, a la sombra de la protección militar; Dignidad era el nombre de unos de los campos de concentración de la dictadura chilena y Libertad la mayor cárcel de la dictadura uruguaya; se llama Paz y Justicia el grupo paramilitar que, en 1997, acribilló por la espalda a cuarenta y cinco campesinos, casi todos mujeres y niños, mientras oraban en una iglesia del pueblo de Acteal, en Chiapas.
Publicado en: Domingos

4 comentarios:

  1. Ojalá sea leído por todos, el lenguaje obsoleto impuesto por los grandes medios, las trasnacionales y la maquinaria subversiva trata de “despolitizar” y “humanizar” la agresión política, cultural y social que todos los días pasa por radio, tv, cine, literatura, conversaciones y discursos, creyendo, claro está, que los países “en vía de desarrollo” no tienen hombres desarrollados.

    Por suerte, la humanidad tiene varias curas, esta es una, otras muchas podemos encontrar, en lo personal recomiendo a Roque Dalton, ya veré como hacerlo llegar, porque su presencia entre nosotros, también alimentará el espíritu del Diablo Ilustrado y sus compañeros de viaje…

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  2. Excelente escrito. Hace unos días leí un excelente libro de Eduardo Galeano: "Bocas del Tiempo". Les dejo algunos de los escritos.
    El viaje
    Oriol Vall, que se ocupa de los recién nacidos en un hospital de Barcelona, dice que el primer gesto humano es el abrazo. Después de salir al mundo, al principio de sus días, los bebés manotean, como buscando a alguien.
    Otros médicos, que se ocupan de los ya vividos, dicen que los viejos, al fin de sus días, mueren queriendo alzar los brazos.
    Y así es la cosa, por muchas vueltas que le demos al asunto, y por muchas palabras que le pongamos. A eso, así de simple, se reduce todo: entre dos aleteos, sin más explicación, transcurre el viaje.
    El padre
    Vera faltó a la escuela. Se quedó todo el día encerrada en casa. Al anochecer, escribió una carta a su padre. El padre de Vera estaba muy enfermo, en el hospital. Ella escribió:
    –Te digo que te quieras, que te cuides, que te protejas, que te mimes, que te sientas, que te ames, que te disfrutes. Te digo que te quiero, te cuido, te protejo, te mimo, te siento, te amo, te disfruto.
    Héctor Carnevale duró unos días más. Después, con la carta de su hija bajo la almohada, se fue en el sueño.
    Flor que recuerda
    Parece orquídea, pero no. Huele a gardenia, pero tampoco. Sus grandes pétalos, alas blancas, tiemblan queriendo volar, irse del tallo; y ha de ser por eso que en Cuba la llaman mariposa.
    Alessandra Riccio plantó, en tierra de Nápoles, un bulbo de mariposa, traído desde La Habana. En tierra extraña, la mariposa dio hojas, pero no floreció. Y pasaron los meses y los años, y seguía sin dar nada más que hojas cuando unos cubanos amigos de Alessandra llegaron a Nápoles y se quedaron en su casa durante una semana.
    Entonces, en los alrededores de la planta, sonaron Sr resonaron las voces de su tierra, el antillano modo de decir cantando: la planta escuchó esa música de las palabras durante siete días y siete noches, porque los cubanos hablan despiertos y dormidos también.
    Cuando Alessandra dijo adiós a sus amigos, y regresó del aeropuerto, encontró en su casa una flor blanca recién nacida.
    El alegato
    –Declare su versión de los hechos –mandó el juez.
    El escribiente, las manos en el teclado, transcribió los dichos del acusado, conocido por su apodo de El Tornillo, residente en la ciudad de Melo, mayor de edad, de estado civil soltero, de profesión desocupado.
    El acusado no negó su responsabilidad en el delito que se le imputaba. Sí, él había estrangulado una gallina que no era de su propiedad. Alegó:
    –Tuve que matarla. Hacía tiempo que me chiflaba la panza vacía.
    Y concluyó:
    –Fue en defensa propia, señor juez.

    Es indescriptible la nostalgia que me provocan estas letras de Galeano, en ese libro habla de cualquier tema, pero con esa visión latinoamericana, con esa visión desde los pobres, del amor, de la vida, de todo.
    Hace años tengo los escritos del diablo ilustrado como libro de cabecera. Cuando necesito una buena frase para un amigo, un consejo para otro más joven, para todo, siempre encuentro allí lo que estoy buscando. Magníficas sobre todo las citas de nuestro universal latinoamericano José Martí.
    Agradecido eternamente por ilustrarnos EDI.

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  3. Excelente escrito. Hace unos días leí un excelente libro de Eduardo Galeano: "Bocas del Tiempo". Les dejo algunos de los escritos.
    El viaje
    Oriol Vall, que se ocupa de los recién nacidos en un hospital de Barcelona, dice que el primer gesto humano es el abrazo. Después de salir al mundo, al principio de sus días, los bebés manotean, como buscando a alguien.
    Otros médicos, que se ocupan de los ya vividos, dicen que los viejos, al fin de sus días, mueren queriendo alzar los brazos.
    Y así es la cosa, por muchas vueltas que le demos al asunto, y por muchas palabras que le pongamos. A eso, así de simple, se reduce todo: entre dos aleteos, sin más explicación, transcurre el viaje.

    El padre
    Vera faltó a la escuela. Se quedó todo el día encerrada en casa. Al anochecer, escribió una carta a su padre. El padre de Vera estaba muy enfermo, en el hospital. Ella escribió:
    –Te digo que te quieras, que te cuides, que te protejas, que te mimes, que te sientas, que te ames, que te disfrutes. Te digo que te quiero, te cuido, te protejo, te mimo, te siento, te amo, te disfruto.
    Héctor Carnevale duró unos días más. Después, con la carta de su hija bajo la almohada, se fue en el sueño.

    Flor que recuerda
    Parece orquídea, pero no. Huele a gardenia, pero tampoco. Sus grandes pétalos, alas blancas, tiemblan queriendo volar, irse del tallo; y ha de ser por eso que en Cuba la llaman mariposa.
    Alessandra Riccio plantó, en tierra de Nápoles, un bulbo de mariposa, traído desde La Habana. En tierra extraña, la mariposa dio hojas, pero no floreció. Y pasaron los meses y los años, y seguía sin dar nada más que hojas cuando unos cubanos amigos de Alessandra llegaron a Nápoles y se quedaron en su casa durante una semana.
    Entonces, en los alrededores de la planta, sonaron Sr resonaron las voces de su tierra, el antillano modo de decir cantando: la planta escuchó esa música de las palabras durante siete días y siete noches, porque los cubanos hablan despiertos y dormidos también.
    Cuando Alessandra dijo adiós a sus amigos, y regresó del aeropuerto, encontró en su casa una flor blanca recién nacida.

    El alegato
    –Declare su versión de los hechos –mandó el juez.
    El escribiente, las manos en el teclado, transcribió los dichos del acusado, conocido por su apodo de El Tornillo, residente en la ciudad de Melo, mayor de edad, de estado civil soltero, de profesión desocupado.
    El acusado no negó su responsabilidad en el delito que se le imputaba. Sí, él había estrangulado una gallina que no era de su propiedad. Alegó:
    –Tuve que matarla. Hacía tiempo que me chiflaba la panza vacía.
    Y concluyó:
    –Fue en defensa propia, señor juez.

    Es indescriptible la nostalgia que me provocan estas letras de Galeano, en ese libro habla de cualquier tema, pero con esa visión latinoamericana, con esa visión desde los pobres, del amor, de la vida, de todo.
    Hace años tengo los escritos del diablo ilustrado como libro de cabecera. Cuando necesito una buena frase para un amigo, un consejo para otro más joven, para todo, siempre encuentro allí lo que estoy buscando. Magníficas sobre todo las citas de nuestro universal latinoamericano José Martí.
    Agradecido eternamente por ilustrarnos EDI.

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  4. Hace unos días dejé un comentario en este artículo, no se porque no se publicó. Para mi Eduardo Galeno es uno de los más grandes escritores latinoamericanos sobre todo por su identificación con los problemas del continente, no solo por la belleza del estilo.
    Hace un tiempo lei su libro Bocas del Tiempo, ahí recoge algunos (muchos) escritos cortos como este, pero muy profundos en los temas que trata. Les dejo algunos
    El padre
    Vera faltó a la escuela. Se quedó todo el día encerrada en casa. Al anochecer, escribió una carta a su padre. El padre de Vera estaba muy enfermo, en el hospital. Ella escribió:
    –Te digo que te quieras, que te cuides, que te protejas, que te mimes, que te sientas, que te ames, que te disfrutes. Te digo que te quiero, te cuido, te protejo, te mimo, te siento, te amo, te disfruto.
    Héctor Carnevale duró unos días más. Después, con la carta de su hija bajo la almohada, se fue en el sueño.
    Marcas
    Un gesto de rechazo ante los vasos de agua común y corriente, y de inmediato el sommelier apareció en la mesa y leyó en voz alta la larga lista de aguas embotelladas.
    Los clientes probaron algunas marcas desconocidas en California, a unos siete dólares cada botella.
    Bebieron varias, mientras comían. Muy buena les pareció el agua Amazonas, de la selva brasileña, y excelentes las marcas españolas de los Pirineos, pero la mejor fue la francesa Eau du Robinet.
    Del robinet, del grifo, venían todas. Las botellas, etiquetadas por alguna imprenta cómplice, habían sido llenadas en la cocina.
    Este almuerzo fue filmado, con cámara escondida, en un caro y prestigioso restorán de Los Ángeles. Y se exhibió en televisión, en el show de Penn & Teller.
    Flor que recuerda
    Parece orquídea, pero no. Huele a gardenia, pero tampoco. Sus grandes pétalos, alas blancas, tiemblan queriendo volar, irse del tallo; y ha de ser por eso que en Cuba la llaman mariposa.
    Alessandra Riccio plantó, en tierra de Nápoles, un bulbo de mariposa, traído desde La Habana. En tierra extraña, la mariposa dio hojas, pero no floreció. Y pasaron los meses y los años, y seguía sin dar nada más que hojas cuando unos cubanos amigos de Alessandra llegaron a Nápoles y se quedaron en su casa durante una semana.
    Entonces, en los alrededores de la planta, sonaron Sr resonaron las voces de su tierra, el antillano modo de aecir cantando: la planta escuchó esa música de las palabras durante siete días y siete noches, porque los cubanos hablan despiertos y dormidos también.
    Cuando Alessandra dijo adiós a sus amigos, y regresó del aeropuerto, encontró en su casa una flor blanca recién nacida.
    Indicios
    No se sabe si ocurrió hace siglos, o hace un rato, o nunca.
    A la hora de ir a trabajar, un leñador descubrió que le faltaba el hacha. Observó a su vecino y comprobó que tenía el aspecto típico de un ladrón de hachas: la mirada, los gestos, la manera de hablar...
    Unos días después, el leñador encontró su hacha, que estaba caída por ahí.
    Y cuando volvió a observar a su vecino, comprobó que no se parecía para nada a un ladrón de hachas, ni en la mirada, ni en los gestos, ni en la manera de hablar.

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