Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

viernes, 30 de diciembre de 2011

Tu nombre es casi mi nombre: ¡felicidades patria humana!

Una vez más, motivado por Soledad, esbozo unas ideas ante este 2011 que se va y, especialmente, ante el 2012 que llama a la puerta; una vez más no hay distingo entre ideales, sueños y canciones ¡bendita trova cubana que tiene su canción para cada momento, para cada estado anímico, para cada situación para esa necesidad de expresar a la que no le encontramos las palabras! Agradezco a todos los que abrazan con un sueño este rincón, y a muchos amigos que me han obsequiado regalos que ahora comparto aquí como el dibujo de Abela, con su esencial humor, o la postal que me envió el fotógrafo Iván Soca, (donde promueve el Festival de cine pobre, una primera buena nueva para el año entrante), o la canción de Tony Ávila con la que he vibrado en tantas descargas; abrazos, saludos, textos, canciones, a todos, gracias. Vengan, entonces, algunos regalitos que nos hacemos para tenerlos adentro el 31 cuando den las doce y alcemos una copa con nuestras familias por la patria, la poética, la humana.

*El Diablo dijo...Se va el 2011, año de discusiones interminables en todos los rincones del país. En familia, entre amigos, en el barrio, en el trabajo, en el bar, en las asambleas…a veces enconadas esas discusiones, —incluyendo las de sordos, esas que, como en el estadio de pelota, hacemos entre dos (o más personas) que gritan a la vez sin escuchar al interlocutor. Año de grandes pasiones desatadas sobre temas que van desde los más íntimos, a los más sociales —y hasta universales. Nos hemos acalorado debatiendo: el destino de la libreta de abastecimiento; cómo quitarnos de encima la maldición de las dos monedas; la infaltable TV (modelos y desmodelos sociales); el regueton (con frecuencia agresivo y primitivo), la cursilería hueca, la vulgaridad carente de imaginación; los cambios que hacen falta y no llegan a la Pelota cubana; el mercado negro (con pespuntes grises) y la corrupción; la hijaputada de las intervenciones militares que la cofradía de los poderosos impone en el Medio Oriente, con verdaderas masacres que nos dejan clavada la impotencia; los estudiantes en Chile y Puerto Rico enfrentando represiones por exigir un derecho elemental (ese que los cubanos tenemos por natural); de todo nos hemos servido a diario en la mesa de intercambio de preocupaciones, con más o menos tino, pero bien servida mesa.    
Se va el 2011, un año de grandes cambios, que apenas en el trajín del día a día notamos. Nos llama la atención el timbirichi que apareció de la noche a la mañana, el restaurante de copete, la cafetería que parece sacada de una película brasileña, —casi todo con precios de Madrid. Nos alarmamos pasajeramente, si acaso un comentario al vuelo, y apenas nos percatamos de que la avalancha se va desatando: una barbería particular por aquí, un carretonero por allá… en un principio son detalles sueltos, pero son otros modos de vida, que se van insertando en la población, los comentamos, o hacemos algún chiste al respecto y creo no le damos toda la importancia que requiere.
Con el crecimiento del turismo, con obligadas transformaciones en la empresa estatal, con la entrega de tierras a los que desean cultivarlas, con el cuentapropismo acelerado, el país va desatando cambios en disimiles sentidos, a veces hasta abruptos, pero esa capacidad del cubano de montarse en las transformaciones, lo lleva a asimilar de inmediato, lo cual es una gran virtud pero nos arrastra a la vez a no tomarlo muy a pecho; creo que se da en nosotros una paradoja, discutimos mucho pero como un ejercicio intelectual, de intercambio informativo, no en el plano de asociar, teorizar; como que no nos distanciamos para ver más fríamente todo un proceso.     
Las campañas mediáticas, especialmente las que salen de la ultraderecha miamense, nos han acusado de inmovilismo, y pienso que, por el contrario, los  cubanos hemos vivido unos 50 años de tantas y tantas transformaciones en todo lo que atañe a nuestras vidas que tenemos los cambios como un estado natural. Por ello me parece prudente advertir la dimensión de las transformaciones que estamos llevando a cabo por estos días.
Se diversifica la propiedad, los trabajos no estatales, las maneras de asociación laboral, las relaciones entre tipos de empresas, empiezan a cobrar importancia los contratos (algo que hemos tenido en muchísimos casos como una formalidad). Había llegado nuestra economía, (aun creciendo) a un estado de anarquía y descontrol muy peligroso. Nos acusan de ineficientes, que también lo somos, y nos lo creemos, pero somos injustos con nosotros mismos si no vemos lo hecho y lo desecho con las agravantes con las que hemos transitado. No solo me refiero al bloqueo yanqui, (brutal, que significa millonadas y millonadas; creo que es excepcional haber sostenido un país en el patio de la primera potencia mundial sin poder comerciar e incluso como enemiga) pienso en lo que ha sido cambiar completamente un sistema económico tras el derrumbe del socialismo europeo. Esto parece teque si lo vemos como un pasado remoto, pero muchas de esas lacras que hoy tenemos arraigadas vienen de una década de sobrevivencia casi al punto 0, donde la gente iba a los centros de trabajo y no había nada que hacer, luego cobraba un dinero simbólico, con el que tampoco tenía nada que hacer; y esto es un simple ejemplo de una lucha económica de sobrevivencia feroz en lo que se iban cambiando tecnologías, mercados, conceptos (que estaban insertados en una manera CAME de funcionar). Haber salido de eso que fue llamado “doble bloqueo”  (el  USA y el de la URSS que se fue a bolina) parece un milagro, y salimos pero nos dejó una cultura laboral destrozada, porque fue una década anárquica, la del llamado Período especial. Empezamos a crecer pero plagados de malos hábitos y conceptos (gracias a los cuales también sobrevivimos incluso unidos) el desvío de recursos, la malversación, el tomar el trabajo como un hobby, sin horario, sin norma, sin disciplina, la burocracia entronada, el tomar el salario como un estímulo moral que nos daba el estado, en fin, ineficiencia, todo un caos, que al irse levantando la economía nos sale como un lastre.  
Ahora toca enrumbar una economía que va creciendo, insertada en un mundo mucho más caótico pues el caos no es solo económico sino sistémico, ético, y que solución no tiene; se puede tener dudas de la manera en que nosotros sepamos salir más o menos delante, ahora de lo que sí no hay dudas es de la imposibilidad de sobrevivencia que tiene el capitalismo, por una ecuación sencilla: se logre en mayor o menor medida   nuestro sistema socialista debe buscar solución para todos con el concurso de todos, es algo que le toca hacer a cada ciudadano; el capitalismo lo hacen unos cuantos para su provecho a costa de las mayorías; no puede hacerse entre todos ni para todos, pues deja de ser capitalismo. Esa es la encrucijada en que se encuentra ahora, la crisis aumenta las soluciones son antisoluciones, pues las toman los ricos para no perder sus riquezas; inyectan a los bancos, a los especuladores, o sea a los culpables, por lo que hacen mayor el problema, cada día aprietan más a los de abajo, a los pobres, a los más, que cada día son más con menos, de ahí los grandes estallidos en todo el mundo.     
Pero volviendo a nuestro caoscito, nos toca ahora reorganizar, limpiar, enrumbar: auditorías, controles y mas controles —que en principio dan la impresión de hacer crecer la fiesta de la burocracia, pero que en el fondo han hecho “salir por el techo” a patricios y plebeyos, por desvíos, robos, descontroles (involuntarios y no)—. Unos expulsados del juego, otros van a juicio, el país se sacude pero estamos metidos en el agro, o buscando la cebolla con el carretillero, todo va cambiando y no lo tomamos en serio, como si las cosas cambiaran por si mismas, en un país que desde 1959 decidió que los cambios no podrían obedecer más a las leyes ciegas del mercado, sino a una voluntad de crear y distribuir la riqueza buscando el bien de todos. O sea que, jugando con el pensamiento cardinal martiano, debe ser la nuestra una república pensada por todos para el bien de todos.
1era. Declaración de La Habana
En los años 60, de ebullición y aprendizaje, se fue cumpliendo ese TODOS metidos en el debate, las campañas, los cambios; también se cumplió el PARA TODOS hasta con excesos. Fidel casi a diario discutía horas con la gente en comparecencias en la TV, congresos y actos, lo cual en esencia era convocarnos a hacer el país. Si bien es cierto que siempre traía sus ideas muy armadas, lo cual disminuía el margen a cambiarle o transformarle mucho su proyecto, estábamos participando con él. Razones, siempre justicieras, con lujo de datos y conceptos nos arrastraban, y apenas alguna que otra sugerencia se le cruzaba, terminábamos imbuidos en esos proyectos, y nos lanzábamos con un “Pa lo que sea”. ¿Se equivoco?  ¿nos equivocamos? Claro, y de seguro muchas veces, pero nuestro mundo tan calumniado no es para nada peor que el se vive en otros rincones continentales y más allá. Cierto que no es muy tragable el picadillo de soya, que se está achicando la libreta, que los agro no bajan de sus nubes, que los CUC siguen siendo otra cosa y solo para algunos, pero cierto es también, que en medio de un caos casi planetario, donde las bombas caen dondequiera, por aviones de organizaciones mundiales o las saca un loco de su traje, en   el que un niño en lugar de lápiz se aparece con una ametralladora en la escuela… en fin, en un mundo que nos trae a diario el NTV y casi ni nos espanta ya, habituados a ese tipo de noticias espeluznantes, deshumanizadas, tan cotidianas que las vemos como si fuera una telenovela ficción….en medio de ese mundo de Indignados, de paros, de represión violenta de policías y ejércitos disfrazados de cosmonautas, con tanquetas, con bombas con palos, golpeando a diestra y siniestra a jóvenes pacíficos que solo piden vivir con dignidad, en medio de esa civilización de la violencia, nuestros niños siguen jugando en la calle, y entre su profe —improvisado o no—, entre algún desfalco voluntario que nos causa un día del maestro, (haciendo regalos de varios sueldos) en fin, en medio de todas esas insatisfacciones que a veces nos sacan de quicio, los niños cubanos crecen como niños, aprendiendo, jugando, jodiendo. Eso no se ve, porque es nuestro, y así se va el 2011 y viene otro con un saco de cambios más, profundos, a veces dolorosos; y lo peor de esto es que la cotidianidad nos acostumbre a cambiar sin replantearnos, sin buscarle cuatro o más  patas a cada gato. Se ha convertido en cliché el fragmento de esa declaración de principios de Fidel en la que dice que “hay que cambiar todo lo que debe ser cambiado”, y la empleamos hasta en la Cadeca, como un chiste. El caso es que el país está cambiando aceleradamente, y seguirá cambiando inevitable y ampliamente; y no podemos ser espectadores pues el hacia dónde va esa sociedad cambiante depende de la sabiduría común, de que nos activemos y le demos vueltas y vueltas a cada paso, que discutamos cada cambio, pues cada uno de ellos lleva otro cambio —de medidas y mentalidad—, y si no transformamos entre todos, impulsando algunos y frenando o puliendo otros, un día nos despertamos en el país que no queríamos, y hasta va y lo aceptamos. A gozar el 31, pero no le dejemos a San Pedro que nos llueva el socialismo, nos toca evaporar el agua que contiene nuestra tierra, para formar las nubes de nuestros mejores sueños, y que llegue como pedimos —al conjuro de una canción de Silvio—    el aguacero en venganza  que, cuando escampe, parezca nuestra esperanza.    
Tony Ávila
La casa 
Autor: Tony Avila  


Voy a cambiar los muebles de mi casa
le cambiaré el color a las paredes
restauraré las puertas, las ventanas
y el viejo dominó sin doble nueve

Voy a quitar las viejas cerraduras,
creo que están de más ciertas paredes
aprendí con el tiempo que se puede
cambiar, sin que se dañe la estructura

Hoy podaré el jardín y a los retoños
los cuidaré para que crezcan sanos
hoy voy a consultar con mis hermanos
los cambios que a la casa sobrevienen

No tengo que correr porque la prisa
puede que le haga daño a los cimientos
y aunque en mi casa me siento contento
hay cambios que mi casa necesita

Voy a hacer ciertos cambios en mi casa
como hicieron mis padres en su tiempo
al cabo está será la misma casa
lo que no son iguales son los tiempos

Voy a cambiar adornos y costumbres
la flor artificial y hasta el florero
le quitaré a los hierros el herrumbre
y le daré comida a mis guerreros

Asumiré que soy el heredero
ya que tengo esta casa por fortuna
la casa que no cambio por ninguna
y en la que están las cosas que mas quiero

No tengo que correr porque la prisa
puede que le haga daño a los cimientos
y aunque en mi casa me siento contento
hay cambios que mi casa necesita.

Y aunque en mi casa me siento contento
hay cambios que mi casa necesita.

*Hace un par de días, Anita me pidió un par de párrafos sobre este fin de año para decirlas en el IPK, realmente no me animaba la idea; ante su insistencia me senté y tiré lo que me salía sin releerlo; escribí y se lo solté por correo, si le parecía, que lo arreglara o dijera otra cosa. Sorpresivamente el mitin fue un éxito; al parecer no poca gente se sintió identificada. Ahora me vuelve a insistir con que lo saque a la luz, le di un par de vueltas y aquí está, con la canción del amigo.      

Soledad dijo... ¡Ay, que linda despedida de año!
Te digo GRACIAS EDI y voy a tratar de hilvanar todas las ideas que ahora mismo se me están agolpando, tú, como siempre, me has emocionado y así me es difícil comunicarme, hacerme comprender. Ya te había dicho que estoy enamorada del blog y frente a él, como todo buen enamorado, a veces tartamudeo.
De Gieco… ¿que decir ahora? Creo que lo mejor o lo peor sería lamentarme porque realmente no se difunde en nuestros medios su obra como se debía hacer. Vi el documental y vibré como estoy vibrando en este instante en que su fantasma y el de la enorme Sosa me están cantando al oído, en un susurro, esa Canción para Carito que siempre que oigo me saca muuuchas lágrimas, así que ya sabes, tengo la vista nublada, no distingo las letras que tecleo, perdona cualquier desatino. No se si son esas voces, no se si es recordar mis Caritos. Quién no tiene un Carito? Oye, eso que me dices del encuentro con él León me ha dejado transpirando envidia, ya sabes, de la buena.
EDI te vuelvo a dar gracias, gracias por regalarnos este rinconcito que me espanta soledades, que me permite hacer “confesiones”. Ilustrado, no me creo compañera tuya de trabajo, que va, conversar acá, no es trabajar, es caminar a tu lado, es aspirar de tus exhalaciones, es compartir “utopías”. ¡Mira, estoy alzando mi copa, está chocando con la tuya, que lindo sonido! …Chin-chin! Cómo se escribirán las notas de esa asonancia?
Amigo mío, porque tú con tus fantasmas, que algunos ya eran míos y los que no me los voy apropiando, me han hecho volar encaramada en las alas de mis viejas mariposas, que te revelo, después de algunos años de ausencia han retornado a mí para girarme en algunas ocasiones hasta la niñez, hacerme revolcar nuevamente con la adolescencia y descubrirme soñando, soñando… quiero darte un regalo que ha dejado, Santa, o Papá Noel, ah, no se quien, pero ahí está en mi arbolito, para ti.
Canción de navidad 
Silvio Rodríguez

El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación;
y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.
La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud;
pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
Silvio Rodríguez
no tiene que invertir salud.

Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó:
al que su cotidiana lucha
me da razones para amarle:
a aquel que nadie le cantó.


Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

. . . . . . . . .
Canción de navidad
Silvio Rodríguez

[DO-SOL/SI-Lam-Mim/SOL-Fa-Mim-Rem-Do
SOL7/SI*-LAaum4-SOL-Fa-Do-Rem-Do-SOL/SI-Lam-SOL-FA]

Do SOL/SI Lam Mim/SOL Fa
A] El fin de año huele a compras, enhorabuenas y postales
Mim Rem7 Do
con votos de renovación;
SOL7/SI* LAaum4 Sol Fa Do
y yo que sé del otro mundo / que pide vida en los portales,
Rem Do SOL/SI Lam Sol Fa
me doy a hacer una canción.

A] La gente luce estar de acuerdo, maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones, otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.

Do DO/MI Fa Sol Do DO/MI Fa Sol
B] Mi canción no es del cielo, / las estrellas, la luna,
Do DO/MI Fa Sol Do DO/MI Fa Sol
porque a ti te la entrego, / que no tienes ninguna.

B] Mi canción no es tan sólo / de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo / lleva más para amarla.


A] Tener no es signo de malvado / y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud;
pero el que nace bien parado, en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.

A] Por eso canto a quien no escucha, a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó:
al que su cotidiana lucha / me da razones para amarle:
a aquel que nadie le cantó.

B] Mi canción no es del cielo, [...]

B] Mi canción no es tan sólo [...]
[sube un tono]
Re RE/FA# Sol La
B] Mi canción no es del cielo, [...]

B] Mi canción no es tan sólo [...]

28 de diciembre de 2011 11:35 
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Soledad dijo...  EDI: ¡Disculpa mi torpeza, equivoqué los regalos! El que te entregué primero era para todos los amigos de este rincón. ¿Sabes cuál es? Ese que está anudado con cintas azules, blancas y rojas. ¡Este es el tuyo! ¿Te gusta la enorme estrella que lo sella? Solo para poder cantarla me gustaría saber tocar guitarra. Cuando puedas publica los acordes si los tienes y buscaré quien me enseñe. Espero que Pedro Luis nunca me oiga interpretarla.
Pedro Luís Ferrer   Foto: Kaloian
Tu nombre es casi mi nombre
Cuando te llaman me exalto
Y si preguntan por mí
Sientes que llevas mi rastro.

Mis labios hablan tu acento
Conversas como mis labios
Cuando te faltan palabras
Remuevo mi abecedario.

Y si es preciso decir
El justo verbo que no hallo
Llegas puntual a mi boca
En denuncia o en halago.

Tu nombre es casi mi nombre
Cuando te llaman me exalto
Y si preguntan por mí
Sientes que llevas mi rastro.

Ya no soy quien era antes
Individual y cansado
Mi cuerpo somos tú y yo
Hundidos en nuestros actos.

Nací de nuevo en tus cosas
Lejos de mis abrazos
Y en cada risa que doy
Va un porqué de tu contagio.
29 de diciembre de 2011 12:29 
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Yamirys dijo... Diablo muchas FELICIDADES en este año que comienza, GRACIAS por LA UTOPIA, gracias DIABLO por tu sabiduría, regalos lindos de este año que termina, los tengo guardados y bien cuidados.
29 de diciembre de 2011 15:01 




1 comentario:

  1. Gracias a la trova cubana, al Diablo y su sabiduria, al Tun Tun que me ha hecho reir, bailar y llorar, en ese orden o todo junto
    un abrazo enorme y el 2012 estare alli asi que nos vemosssssss muy pronto !!!!!!!!!!!!!!!
    Muchas felicidades y que la musica no pare

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