Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

lunes, 12 de diciembre de 2011

Verte desnuda es recordar la tierra

Mujer desnuda-Eduardo Naranjo
Pues éramos poco y —y para buena suerte— parió Catana. Resulta que cuando pensaba que iba a ponerme al día agrupando comentarios, me apareció un documento que me había saltado con gran número de mensajes, algunos sin contestar. Así que hoy de ti hacia mí, vuelvo a hacerte (hacernos) un regalo viejo. Aquí van intercambios de señales que han viajado en este rincón (punto COM y punto CU)

Roberto dijo...  ¡¡¡Recontra, qué bueno este post!!! Me ha estremecido Federico García Lorca con su verbo rebelde, me he adueñado de esas fotos que voy a esparcir por el ciberespacio y he disfrutado, una vez más, de la obra de Ismael Serrano. Por cierto, este cantor tiene otra pieza que también viene "como anillo al dedo" a este planeta que está dando muestras de estar saliendo del letargo en el que vivía. Me refiero a "Zona cero":

La Zona Cero está en el alma de occidente,
cerca del corazón, en un solar de Manhattan.
Cayeron los gigantes. Lágrimas de septiembre.
Lágrimas de carne y metal.
El planeta contuvo la respiración.

Los hijos del ocaso se armaron en respuesta.
Qué pena que no sepas repartir tu piedad.
También que cada herida en la piel de este planeta
es una Zona Cero que llorar.
Y abres otra herida repitiendo el mismo error.

La Zona Cero sangra en la ruinas de Kabul.
Una boca sin dientes sonríe bajo un burka.
La Zona Cero extiende sus manchas hacia el sur.
Y no hay septiembres ni lamentos
para esta tierra agujereada por el fuego.

Rodeado de alambradas, muy cerca de Belén,
En plena Zona Cero nació el hijo de un dios.
Los olivos se secan y Palestina ve
como bajo los escombros duermen
palomas que se esconden del invierno.

Y ahora tú, mi amor,
pequeña gran superpotencia
despiértame
y dime que las cosas van a marchar bien.
Que sembrarás de flores toda la ciudad.
Que me harás temblar.
Y ahora ven, mi amor,
salgamos a la calle bien temprano
para gritar
que en nuestro nombre nunca deberán cortar
las manos que sembraron,
que dieron calor.
Y si es en su nombre,
yo maldigo a dios.

Desde un hotel contempla la bella Scherezade,
cegada por las llamas, las calles de Bagdad.
Las mujeres se esconden del lobo en Ciudad Juárez.
Y en un semáforo de Río de Janeiro
los niños comen plomo y papel de celofán.

En África la Zona Cero hincha los vientres
y llenará sus camas de sombras y delirios.
Un indio en una selva hoy sueña con serpientes.
Y en un café de Grozni los más viejos
lloran por la calma que no volverá.

Y ahora tú, mi amor,
pequeña gran superpotencia
despiértame
y dime que las cosas van a marchar bien.
Que sembrarás de flores toda la ciudad.
Que me harás temblar.
Y ahora ven, mi amor,
salgamos a la calle bien temprano
para gritar
que en nuestro nombre nunca deberán cortar
las manos que sembraron,
que dieron calor.
Y si es en su nombre,
yo maldigo a dios.

El Diablo dijo… Me resulta un suceso mágico que de pronto confluyan en este rincón del universo amigos citando a grandes cantores y poetas,  Ismael Serrano, Pedro Guerra, Alejandro Filio, Joan Manuel Serrat, Bob Dylan o Silvio Rodríguez, por citar algunos, se enlazan con Antonio Machado, Miguel Hernández, Rafael Alberti, o Federico García Lorca; de pronto crece como un cosmos en el que nombres llegan acompañados de versos, de ideas libertarias, de amores eternos, altruistas, que enfrentan a tanta estupidez y odio sembrado globalmente con medios masivos diversos. Uno siente que en la medida es que es más brutal la diseminación de esa seudocultura consumista,   desmovilizadora, descerebradora  que imponen los mercaderes universales, para hacerse más ricos y poderosos a costa de diseminar la ignorancia y la invalidez de las almas, pues crece la reacción por la necesidad humana de crecer, de buscar la única felicidad posible la que viene de la paz espiritual, del conocimiento, de la poesía. Así que compartimos, Roberto, el asombro ante este rincón es mutuo, por la cantidad de almas que llaman a los buenos muertos para que iluminen los caminos. Mentabas a Federico, ese poeta, dramaturgo, ensayista, ese especial ser humano que se adentró en las raíces de la tierra, en las entrañas de la gente, en las esencias del amor; Federico García Lorca, fusilado por le fascismo en la España de la Guerra Civil, asesinato monstruoso que los amantes de la vida enamorada aun lloramos. Pero estamos aquí, amigo Roberto, para que virar esta tierra de una vez y es Lorca uno de los que dirigen esta sinfonía por la justicia universal. Gracias por mentarlo, aquí se nombra un alma en pena y de inmmediado acude vestida de fiesta. Brindemos con poemas suyos, uno que expresa sus agonías en los Estados Unidos, muy parecidas a las de Martí, pues vieron un prosperidad levantada a costa ahogar la nobleza espiritual; el otro del amante que ve en otro cuerpo la naturaleza desnuda.    
   

Ciudad sin sueño (nocturno del Brooklyn Bridge)

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.
No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.
Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.
Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.
 
IV
Casida de la mujer tendida

Verte desnuda es recordar la Tierra.
La Tierra lisa, limpia de caballos.
La Tierra sin un junco, forma pura
cerrada al porvenir: confín de plata.
Verte desnuda es comprender el ansia
de la lluvia que busca débil talle
o la fiebre del mar de inmenso rostro
sin encontrar la luz de su mejilla.
La sangre sonará por las alcobas
y vendrá con espada fulgurante,
pero tú no sabrás dónde se ocultan
el corazón de sapo o la violeta.
Tu vientre es una lucha de raíces,
tus labios son un alba sin contorno,
bajo las rosas tibias de la cama
los muertos gimen esperando turno.

      
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Anónimo dijo...  Pienso que todos necesitamos algo en qué creer y yo creo, entre otras cosas, en las canciones de Silvio que son a veces tan balsámicas como sinceras hasta lo insoportable jejeje... y hoy tú me has regalado una que de paso, no he escuchado, así es que te lo agradezco mucho y en cambio te regalo una de mis preferidas:
Desnuda y con sombrilla (Silvio Rodríguez-1993)

Tú, sentada en una silla
yo, de pie con expresión de lord.
Tú, desnuda y con sombrilla
yo, vestido pero con calor.

Tú, con uñas y con dientes
mirándome de frente
con brillo de matar.
Yo, retrocediendo un poco
llenándome de un loco
deseo de sangrar.

Tú, besando tus rodillas
yo, discreto pero sin rubor.
Tú, creando maravillas
yo soñándome esquimal sin sol.

Tú, con un ritmo tan lento
buscando un alimento
frotado con alcohol.
Yo, de pronto ensimismado
mirándote alelado
colmada de licor.

Tú, ardiente y sin capilla
yo, quitándome el sombrero alón.
Tú, dispuesta la vajilla
yo, al filo de mi pantalón.

Yo, a punto del delirio
extraigo un solo cirio
que poso ante tu flor.
Tú, susurrando un misterio
de un no sé qué venéreo
me das un protector.

Tú...
Yo...
Él.

Este espacio es ideal para satisfacer las necesidades de lectura, música y amor que tenemos los adolescentes y jóvenes de todos los tiempos; gracias una vez más,
Aylín
7 de noviembre de 2011 12:02 

El Diablo dijo… Muy simpática esta canción de Silvio, donde describe una relación amorosa invitando con su poesía a usar condón; es una pieza aviso para cuidarnos de las enfermedades de transmisión sexual. Son las maneras que tiene el genio Rodríguez que, como dices, es un cosmos en el cual habitamos sacando experiencias que acompañan la vida, realmente el silvismo es una especie de idioma que nos comunica, como una cultura que de inmediato nos presenta y nos abraza profundamente. Rercordando otra canción antologíca de Silvio, te dedico una breve que hice hace mucho tiempo. Así que Aylin…  
Si me dijeran: —Pide un deseo…
Gritaría tu nombre.
(Siempre que a mi amigo
le hayan concedido
su rabo de nube)

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Anónimo dijo... Acabo de escuchar la canción... me pareció maravillosa y llevas mucha razón en lo que dices; a veces se hace difícil estar al día con "el baile" actual y menos cuando no se está de acuerdo con él, tengo 24 años pero soy de las que prefiere pasar un buen momento tarareando canciones y mal entonando entre amigos donde es suficiente con ir solamente correctamente vestidos y no bien vestidos, sin otras convicciones que las propias y sin más provisiones que un manojo de poesías y canciones entrañables, lo demás se hace en el camino… Una vez más, Aylín
7 de noviembre de 2011 13:59 

El Diablo dijo… Ya veo, Aylín, que eres de los que llevan la felicidad en sí mismos, de quienes no necesitamos rodearnos de objetos que nos ordenen la vida; lamentablemente está de moda ese concepto de felicidad medida por un confort bien plástico, por el poder adquisitivo traducido en un consumo irracional, donde las vidrieras de las tiendas son paraísos para ojos de tontos, que desbocan sus vidas por saquearlas, y creen que acumular objetos les dará la dicha eterna. Tú y yo, y muchos, muchos que no se dejan mutilar los sueños por esa feria de ilusiones consumistas, sabemos que un ser humano vale por lo que es y no por lo que tiene; de ahí que nuestra principal ocupación es crecer, no tener. Dar, no robar.  Abrazar, no pisar. No se trata de vivir en taparrabos, ni de negar la ayuda al desarrollo de la vida cotidiana que tienen muchos objetos, se trata de no caer en esa furia de modas, marcas y etiquetas que estupidiza y hace reos a muchos humanos de los objetos. Los ciega, los saca del mundo y lo hacen invertir el tiempo vital en objetivos vacíos, que no aportan a su espíritu, terminan por tanto —frustrados de no tener lo que siempre falta —pues la propaganda comercial no para de decirte que lo que compraste ayer ya pasó y debes actualizarte con otra chuchería que supera a la anterior— o sintiendo el vacío de esa vida inútil, desperdiciada, parafraseando al poeta: pasarás por la vida sin saber que pasaste. Y claro, Aylín, que bailar viene bien si se hace como parte de un proceso cultural, en el que la música, por la poética que conlleva, por lo que estremece el espíritu es quien mueve los pies, e impulsa a que me levante de mi asiento y te diga, a la vieja usanza: Venerada doncella, ¿me permite el privilegio de bailar con usted una pieza? 
Claro que igualmente, gozo como nada esa descarga con unos amigos en la madrugada de una playa, un parque, el patio o el portal de la casa de una muchacha que espera ansiosa emprender un nuevo vuelo montada en los acordes de una guitarra y unos versos que se despeñan al borde de los misterios del amor. 
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Roberto dijo... Una y otra vez escucho las canciones de este trovador, y, para suerte mía, no encuentro la alquimia de la que se vale para estremecernos el espíritu. Ariel Barreiro es de los imprescindibles y miles de nuestros jóvenes se lo están perdiendo.
7 de noviembre de 2011 18:56

El Diablo dijo…
ya que nos hemos dado el gustazo de escuchar a ese trovador que lleva el sueño en su guitarra, Ariel Barreiro, démonos el lujazo de uno de sus textos. A propósito de otro mensaje que hablaba de Lorca, mencionaba la Guerra Civil Española, en el que un batallón de más mil cubanos combatió por la República. Y mira cómo conflyen los fantasmas gravitando sobre nosotros,  escribiéndote ahora, recuerdo que esta  un noticiario recordó que cumple años Pablo de la Torriente Brau. El 12 de diciembre de 1901 nació en San Juan, Puerto Rico, este Pablo nuestro, cubano también por vida, por obra, por espíritu que murió combatiendo en el frente, en Majadahonda, España el 18 de diciembre 1936, el mismo año en que fusilan a Lorca. Pues cumple hoy Pablo de la Torriente 110 años; te extiendo entonces una síntesis de su vida que aparece en el sitio del Centro Cultural que lleva su nombre. 
“Pablo en 1923, trabaja en el bufete de Ortiz-Giménez Lanier, donde conoce, entre otros hombres extraordinarios, al doctor don Fernando Ortiz y al joven estudiante de Derecho, Rubén Martínez Villena. Escribe "El héroe", que publica por intermedio de Martínez Villena, con la ayuda de José Antonio Fernández de Castro, en el Diario de la Marina, en 1928. Y después un poema "Motivos del viaje bajo la noche lunar", a lo que le sigue un proyecto más ambicioso, “Batey”, en coautoría con su amigo Gonzalo Mazas. En lo adelante no parará más de escribir reportajes, crónicas, cuentos, cartas...
Pablo de la Torriente Brau

“La caña se pone a tres trozos" en el país: el tirano Machado, bautizado por Rubén como "el asno con garras", se extralimita cada vez más en su política opresiva. Está asfixiando a la nación y la muchachada, el pueblo, no se lo van a permitir, Rubén y Pablo entre ellos. 
Pablo, Raúl Roa... integran el Ala Izquierda Estudiantil. Se van de "tángana" por las calles aledañas a la Universidad de La Habana, a protestar, a gritar una vez más ¡Muera Machado! La represión cae sobre los jóvenes con fuerza demoledora: hieren a Pablo, a Rafael Trejo, quien muere en el hospital de Emergencias, pocas horas después.
El 3 de enero de 1931 se lo llevan preso para la cárcel conocida -qué ironía- como Castillo del Príncipe. Al salir escribe la serie de artículos "105 días preso", publicada en el periódico El Mundo.
Poco tiempo después vuelve a ser detenido junto a Raúl Roa y otros compañeros, que son finalmente confinados en el mal llamado Presidio Modelo de Isla de Pinos. Dos años pasa en el Presidio Modelo. Dos años -como diría José Martí- de "dolor infinito", de cuyas experiencias surge la serie de trece artículos "La isla de los 500 asesinatos", que publica en el periódico Ahora, y le sirve de base con posterioridad para escribir Presidio Modelo, en el que denuncia los horrores cometidos por el capitán Pedro Abraham Castells. Libro significativo no solo en la obra literaria de Pablo, sino en la literatura cubana. 
Corre el año 1933, Pablo marcha al exilio en Nueva York. Escribe. Participa en la fundación del Club Julio Antonio Mella, desde el cual continúa combatiendo la dictadura de Gerardo Machado, quien finalmente es derrocado el 12 de agosto. Pablo regresa a Cuba. Publica en las páginas de Ahora "Tierra o Sangre", serie de reportajes -también de denuncia- sobre los abusos que se cometen contra el campesinado cubano. Colabora sobre temas diversos, de preferencia deportivos y sociales, con El Mundo, Bohemia, Social, Carteles, Alma Mater, Línea y Orbe. La caída de tirano no ha significado un cambio para la vida del país: la lucha continúa. Es 1935, se convoca a la huelga, pero esta fracasa. Pablo debe partir una vez más. Su destino nuevamente es Nueva York. Siguen siendo el centro de su vida escribir y luchar por un mejor destino para Cuba. 
El 18 de julio de 1936 estalla la Guerra Civil Española. Pablo pasa de la conmoción al delirio. Lo obsede la idea de irse a España. Irá como corresponsal: allí -está convencido- se decide el futuro de la humanidad. En Barcelona, primero, y Madrid después, Pablo recoge testimonios, escribe crónicas memorables y se comunica con sus amigos en cartas... Diríase que está feliz, sino fuera porque la guerra es dura y cruel. A fin de cuentas se salió con la suya y está allí mirando lo que sus ojos tienen la misión de contar. Quiere ir al frente, ser un combatiente más. El 10 de octubre polemiza con el enemigo en la Peña del Alemán, un mes después, el 11 de noviembre, es comisario de guerra. A la semana, entra en Madrid con la emoción de ser "un miliciano más". El 28, cuenta de su encuentro con el poeta Miguel Hernández. La guerra deviene una amalgama de sensaciones encontradas: el placer de conocer al joven poeta español, la angustia por tanta muerte inocente, por tanta destrucción... hay que impedir que tomen Madrid. Hace frío, "un frío que es peor que el hambre". Y tiene unos deseos inmensos de ver a Teté, a su familia, a sus amigos... Mas hoy, día 17, cuando los devotos de San Lázaro le encienden velas en toda Cuba, para pedirle que les dé salud o los ayude a conseguir un trabajito, "porque la malanga está dura", la orden, allá en el frente, es marchar hacia Majadahonda, donde cae herido de muerte al día siguiente el cubano Pablo de la Torriente Brau, miembro del Estado Mayor del 109 batallón de la séptima división. Y sucede -como otras veces en la historia- que oficialmente se decreta otro día (el 19) como el de su muerte; tal vez porque solo entonces sus compañeros pudieron creer que era cierta la noticia.”
El Centro Pablo de la Torriente ha publicado varios de sus libros que recomiendo, por la agudeza, la frescura, el humor, lo mucho que nos dice hoy mismo este eterno joven combatiente por el amor. Y otro joven, trovador, Ariel Barreiro se inspiró en los cuentos de su abuelo que combatió también en aquel frente de España y se mira a sí mismo, y nos hace pensar en nuestra acción cotidiana de hoy.

Mare, mare, mare,
5to. Regimiento
se acerca cantando…

Dice mi abuelo ayer, dice mi abuelo ayer, dice mi abuelo ayer
que él estuvo en la bomba,
en el muerto, en Madrid, en el pan para tres,
y la luna, y la luna, y la luna…
y en el pobre cobarde y en la puta más fiel,
y en el bueno de Antonio,
de Antonio el barbero que no iba a volver,
y en el preso y en dios
y en la herida del pie
y en el cáliz que acaso más tarde te apartan
y luego demora otro día vivir
y en el sol, y en la cruz, y en el fin,
y yo que me trafico, y yo que no doy pie,
que no tuve perdón, que vi pasar tus piernas sin llorar
y yo la cancioncita leve,
el corazón sin ganas de bajar a ver
¿qué nos pasó en las manos que no atinan?
¿qué nos pasó en los ojos que no ven?

Dice mi abuelo ayer, dice mi abuelo ayer, dice mi abuelo ayer
que él estuvo en la madre, en el beso, en la miel,
en la carta, en el vino, en el loco, en la sangre, en la sed,
y en todas las ruletas que vinieran,
y en mi abuela esperando, esperando, esperando,
pa ser su mujer
y en el preso y en dios
y en la herida del pie
y en el cáliz que acaso más tarde te apartan
y luego demora otro día vivir
y en el sol, y en la cruz, y en el fin,
y yo que me trafico, y yo que no doy pie,
que no tuve perdón, que vi pasar tus piernas sin llorar
y yo la cancioncita leve,
el corazón sin ganas de bajar a ver
¿qué nos pasó en las manos que no atinan?
¿qué nos pasó en los ojos que no ven?

Mare, mare, mare,
5to. Regimiento
se aleja cantando…

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