A descifrar breves destellos de los enigmas humanos es mi invitación. Por ello me lanzo a los laberintos del tiempo con la avidez que tus ojos despiertos provocan. Ya sé que en algún sueño travieso se filtran ideas que han dejado mi rastro (vaya sorpresa que me das), y puedo así tener la certeza de compartir el descubrimiento alado que nos ofrece el mundo cada día, cuando se sabe ver con mirada de hallazgo —esa que sólo tienen los que conservan la pureza infantil. Ya sabes que soy tuyo, como el coro de fantasmas de los siglos, al acecho de la buena voluntad que lo despierte. Queda pues, que aproveches a este espíritu errante que se deja llamar… El Diablo Ilustrado
Nadie es más solitario que aquel que nunca ha recibido una carta escribió Elías Canetti, y si hay alguien en ese trance puede considerar exclusivamente suyos estos rasgos de tinta que ahora esparzo.
Carmen Diez de Ribera dijo la soledad es el precio de la libertad y esto me trae la paradoja de la compañía o la falta de ella. ¿Cuántas cosas pueden acompañar al ser humano? Sé de quienes andan solos en la multitud y quienes han sentido a un pueblo consigo desde la oscuridad de la prisión, quienes prefieren el gentío y el bullicio y quienes aman las playas solitarias. Se puede disfrutar la soledad de un cuarto para escribir versos, pensar en alguien que se ama, o la imprescindible para una lectura concentrada. Pero son breves lapsos, siempre es saludable y necesario el intercambio con otros.
La sabiduría popular aconseja es mejor estar solo que mal acompañado y esto se dirige, claro, al grado de selección que puede hacer uno a la hora de romper la desolación. Si andas con alguien de alma podrida, o que limita tus sueños, por no saber mirar limpiamente, sentirás —aunque vaya colgado de tu brazo— que estás antiacompañado, lo cual queda más allá de toda soledad. Si, por otra parte, encuentras el amor de otro ser que te comprende y empina el alma, aunque estén distantes, te sentirás acompañado hasta en los confines de un desierto.
El famoso mito de Hollywood, Marilyn Monroe, fue uno de esos casos de soledad agónica entre cientos de fanáticos y periodistas que le perseguían siempre, de ahí que dijera: vivir sola es como estar en una fiesta donde nadie te hace caso. Por ello pienso que, más allá de estar siempre entre personas, la compañía es encontrar seres afines. Es importante esto, la calidad
del alma que uno posea, las reglas que el instinto, o la razón de uno, proponen al entablar cada relación. Alguien dejó escrito: solitario meencuentro cuando busco una mano y solo encuentro puños, y este es uno de los males centrales de la sociedad de consumo. “Vales según tengas” y ese medidor hace que busques y seas buscado por el status o poder monetario, las relaciones no suelen asentarse sobre el intercambio de pasiones, dolores, y esperanzas, sino sobre la base del cálculo: por muchas que tengas, no romperás la soledad; en el fondo tienes asociados de negocios, no amigos.
Si tuviese que hacer algún tipo de definición diría que la soledad no es más que la falta de amor. Quien sale a la calle cada día con necesidad de descubrir y entregarse, lleva consigo el universo, encuentra a cada paso compañía. El enamorado se despierta y, al abrir los ojos, descubre encantado al sol —¿qué mejor abrazo, luz y calor?— sale a la calle y acontece la vida: muros que guardan recuerdos, niños que juegan y despiertan la curiosidad, hojas que se mecen entre el trinar de los gorriones —fiesta de los sentidos—, una anciana a la que le urge una mano tendida, y así, suma de hallazgos como libros atesorando mundos por explorar, noticias que esperan una opinión, o hasta un amigo —aún desconocido, ávido de charla— y quién quita que hasta un ser cargado de nostalgia con el corazón abierto en la espera de que le toque un intercambio de espíritu que conduzca al amor. La soledad es un egoísmo que no deja ver que ella no existe. El ser humano es parte inseparable de la naturaleza, del decursar del tiempo, y en esto un sinfín de compañía que no permite la desolación.
Si en algún momento crees que estás sola(o) piensa que todo cuanto te rodea fue puesto para ti, como dice en una canción Joan Manuel Serrat y, por tanto, vivir no es esperar a que te abracen sino, por el contrario, tener prestas las manos para saber estrechar al infinito mundo que espera por ellas.
Nadie es más solitario que aquel que nunca ha recibido una carta escribió Elías Canetti, y si hay alguien en ese trance puede considerar exclusivamente suyos estos rasgos de tinta que ahora esparzo.
Carmen Diez de Ribera dijo la soledad es el precio de la libertad y esto me trae la paradoja de la compañía o la falta de ella. ¿Cuántas cosas pueden acompañar al ser humano? Sé de quienes andan solos en la multitud y quienes han sentido a un pueblo consigo desde la oscuridad de la prisión, quienes prefieren el gentío y el bullicio y quienes aman las playas solitarias. Se puede disfrutar la soledad de un cuarto para escribir versos, pensar en alguien que se ama, o la imprescindible para una lectura concentrada. Pero son breves lapsos, siempre es saludable y necesario el intercambio con otros.
La sabiduría popular aconseja es mejor estar solo que mal acompañado y esto se dirige, claro, al grado de selección que puede hacer uno a la hora de romper la desolación. Si andas con alguien de alma podrida, o que limita tus sueños, por no saber mirar limpiamente, sentirás —aunque vaya colgado de tu brazo— que estás antiacompañado, lo cual queda más allá de toda soledad. Si, por otra parte, encuentras el amor de otro ser que te comprende y empina el alma, aunque estén distantes, te sentirás acompañado hasta en los confines de un desierto.
El famoso mito de Hollywood, Marilyn Monroe, fue uno de esos casos de soledad agónica entre cientos de fanáticos y periodistas que le perseguían siempre, de ahí que dijera: vivir sola es como estar en una fiesta donde nadie te hace caso. Por ello pienso que, más allá de estar siempre entre personas, la compañía es encontrar seres afines. Es importante esto, la calidad
Marilyn Monroe |
Si tuviese que hacer algún tipo de definición diría que la soledad no es más que la falta de amor. Quien sale a la calle cada día con necesidad de descubrir y entregarse, lleva consigo el universo, encuentra a cada paso compañía. El enamorado se despierta y, al abrir los ojos, descubre encantado al sol —¿qué mejor abrazo, luz y calor?— sale a la calle y acontece la vida: muros que guardan recuerdos, niños que juegan y despiertan la curiosidad, hojas que se mecen entre el trinar de los gorriones —fiesta de los sentidos—, una anciana a la que le urge una mano tendida, y así, suma de hallazgos como libros atesorando mundos por explorar, noticias que esperan una opinión, o hasta un amigo —aún desconocido, ávido de charla— y quién quita que hasta un ser cargado de nostalgia con el corazón abierto en la espera de que le toque un intercambio de espíritu que conduzca al amor. La soledad es un egoísmo que no deja ver que ella no existe. El ser humano es parte inseparable de la naturaleza, del decursar del tiempo, y en esto un sinfín de compañía que no permite la desolación.
Si en algún momento crees que estás sola(o) piensa que todo cuanto te rodea fue puesto para ti, como dice en una canción Joan Manuel Serrat y, por tanto, vivir no es esperar a que te abracen sino, por el contrario, tener prestas las manos para saber estrechar al infinito mundo que espera por ellas.
EDI:
ResponderEliminar¿No te preguntabas: “que ha sido de mí en los últimos tiempos…”como diría Mike Porcel en esa su tremendísima “DIARIO”? Pues…alejada “por causa ajena a mi voluntad”…jajaja…que me hace reír ahora pero me tenía bien molesta, muchos días sin posibilidad de acceder a Internet, que
entre algunas traducciones encontrarías estar alejada de ti, Ilustrado y de todas tus reflexiones, pero bueno, regreso y como tengo cositas tuyas para leer y que me gustaría comentar. Comienzo a hacerlo y sin orden lógico, aunque creo que lo voy a hacer como me gusta leer la Bohemia, primero las últimas páginas y después según el tema que más me interese conocer u opinar, entonces… a la soledad…ah, la soledad, que tema…yo también la definiría como tú, “falta de amor”…enorme
valladar.
¿Sabes EDI?... es común el criterio cuando aludo el tema en alguna conversación entre amigos el hecho de que cada vez resulta más
difícil integrarte a un nuevo grupo o comenzar una relación de pareja pues ya no es algo raro eso de “vales según tengas” esto se va extendiendo también en nuestra sociedad. ¿Será que también ya es de “consumo”?
Y aunque muchos transitemos solos no estamos en ella u optamos por ella por libre albedrío, siempre es cosa triste la soledad, ella puede mirarnos, abrazarnos, besarnos, acariciarnos, pero siempre será con ojos, manos, brazos, labios fríos, puede que nunca desee abandonarnos, algo que rechazamos de tantos y tantas cosas pero no de ella porque saber que está ahí es la certeza de que va a hablarnos, si, y lo hará quizás como preferimos, bien cerquita, bien bajito pero
lo hace casi siempre de lo que no queremos oír, de lo que evadimos, así que la soledad es mejor no apropiárnosla, es mejor compartirla,
acompañarla.
Mira, yo, “prefiero que aunque mi casa esté en el mar con siete puertas, allí me esperen. Me esperen mis hijos pero también me espere el guardián de mi intimidad, ese que pudo estar debajo del puente del río, para que ya nada sea lo suyo, lo suyo y lo mío, lo mío, que vino
desde el norte, el sur, del este o el oeste, no se, pero que llegó porque estudió bien los mapas, para seguirme hasta el final porque ya
nos habíamos buscado en todas partes, bajo la luz y la sombra, ese que llegó con una ráfaga de la vida y poniendo un beso en mis cauces
secos, y quedar, aunque caigan las hojas, sabiendo que en ella, mi casa, hace menos frío que en la calle, que hay leña para un fuego, una
canción que nos descansará, la que aprenderemos juntos aunque primero solo podamos tararearla, porque habrá que creer en algo o en alguien
tal vez, mientras abrimos y cerramos todas esas puertas que tengamos por dentro para calmar cuantas noches tuvimos antes en vela, que ahora
pasaremos contándonos cuentos del árbol Dátil de los desiertos, de las mezquitas de los abuelos, compartiendo secretos que hay en los
libros, para que cuando amanezca ya no halla desorden y no bailen los fantasmas con nuestros pies, porque en el hueco de la cama dormirá el
amor, en la que no estaremos hablando siempre de sexo porque no es nada bueno estar hablando siempre de sexo, y entonces, como tendremos
a Silvio y Ojalá como pretexto, curaremos las huellas de la soledad” …jajaja… Viste?...jajaja…Una vez te comenté que conocía poco de Pedro Guerra, bueno pues estuve oyendo de su música todo este tiempo en el que pudiste preguntarte como escribió Mike Porcel : “…que ha sido de mí en los últimos tiempos…”
EDI:
ResponderEliminarQue difícil es hablar contigo y dejar la conversación ahí, quietica ya, yo, no lo logro, cualquier cosa que comentes o anuncies siempre
mueve recuerdos, me lleva hasta algún tema musical y esta vez me he quedado realmente con dos dándome vueltas, DIARIO de Mike Porcel y LA
SOLEDAD de Pablito Milanés. Tremendísimos estos compositores de los hay tema de que hablar. ¿No te gustaría hablar de ellos en tu “Quién fuera”?
Ay, yo si quiero hablarte un poquito a ti de estos, así que te cuento primero de mi descubrimiento de lo que podría ser, casi, casi, uno de mis himnos “DIARIO”. Pues resulta que yo andaba un día, de esa época de secundaría, en que una curiosea todo lo aparece por la biblioteca de Ciudad Libertad, donde estudiaba, hojeando precisamente una Bohemia
y veo un artículo referente a Mike Porcel del que solo conocía que había escrito el tema del XI Festival de la Juventud y los Estudiantes
que hacia poco se había celebrado acá y que me gustaba tanto, esa voz de Argelia Fragoso hace sublime cualquier tema y este no era precisamente cualquier tema era “En busca de una nueva flor”.
¿Recuerdas que lindo tema y cuantas cosas bellas giraron en torno a él? Si, si, se que recuerdas, he leído y releído tus “Confesiones”.
Bueno, vamos al tema musical en cuestión porque ese otro tema me pone celosona…jajaja… ¿Bien sabes que es broma, verdad?
Si tu ser, rompiendo las
distancias, se confunde,
andando, con mí ser.
Y tu aliento se alza, hasta
tocar el sol, en busca de una
nueva flor.
Y si tu pecho vela mi descanso
y mi andar desata tu canción
y tu luz se abriga en mi
corazón en una sola voz.
Tendremos sueños que
tejerle al mar.
La mansa estrella de la
libertad.
Y aquella flor
que hay que encontrar, más
allá, donde el verso será la
paz que crece.
Si tus manos fueran, con mis
manos, mil gaviotas que, al
volar,
se reparten sol, amor, y pan,
seremos mil gaviotas más
que vuelan sobre el mar.
Tendremos sueños que
tejerle al mar.
La mansa estrella de la
libertad.
Y aquella flor
que hay que encontrar, más
allá, donde el verso será la
paz que crece.
Si tus manos fueran, con mis
manos, mil gaviotas que, al
volar, se reparten sol, amor y
pan, seremos mil gaviotas
más que vuelan sobre el mar.
Que vuelan sobre el mar.
Bueno, me pica la curiosidad cuando veo el nombre de Mike y me pongo a leer aquello, entonces descubro que este pertenecía al grupo
ResponderEliminarSíntesis, era el compositor y arreglista de muchos temas que comenzaban a sonar por aquella época y de una forma diferente. Después conozco que fue el arreglista de aquel disco de Amaury con textos musicalizados de Martí y entonces le admiré más pero nada me resulta más gustoso de lo que conozco de su obra que aquel que descubrí
aquella mañana bibliotecosa, uno de mis “poemas preferidos” uno de esos de los que te comenté en una de nuestras primeras conversaciones
blogeras en la que hablaba de las letras que quisiera retener en la memoria llegado un utópico momento de archivar pocas, una de esas
canciones que rescataría por sobre muchas otras. Pues que te digo, la copié sin saber cuanto la tendría presente y cuanto significaría para mí a través de los años, DIARIO:
Te preguntas qué ha sido de
mí en los últimos meses,
desde que me fui
con las aves más viejas que
emigran al sol,
si mi canto se ha muerto entre
sueños de amor.
Y confundes la falta de fe
con la pena y el llanto
que marcan mi sien,
y entre tantas preguntas
llegas a pensar
que he olvidado tu beso
y tu forma de estar,
que de nada ha servido
perder la belleza de tanto
mimar.
Vivo con mis sueños al pairo,
así, como siempre, sigo
siendo lo mismo
que en aquel entonces,
una oveja perdida, un poco
más viejo
yo no sé, tal vez más inocente.
Abandoné mi cuerpo a la
llovizna.
Y he sentido la falta de tu
beso.
Pero me dio la lluvia una
riqueza que tu aliento y tu
beso no me dieron.
He visto que la flor se muere
sola porque siempre le falta
un compañero.
Cuando la soledad me
acariciaba aprendí el
refranero de memoria,
alimentando el verbo y la
sonrisa de una brisa nocturna
y aleatoria.
Y, tras almacenar rayos de
luna, comprendí que la dicha
no era eterna.
Pero la tierra, siempre blanda
y buena, acunó mi canción
y me dio fuerzas
He tenido en mis manos las
palabras que, te confesaré,
sirven de poco.
Los besos se reparten como
el agua y la sed sigue siendo
para todos.
Como ves, solamente he
vivido del alba al ocaso,
como un labrador,
hoy cuento con mis brazos,
sin miedo, sin prisa.
Creo que, eso sí,
que ha cambiado mi risa.
Tengo un credo
para resistir la nostalgia y el
tiempo.
Creo en el amor.
Ahora paso el invierno más
cerca del mar.
No me faltan amigos.
Tengo un trozo de pan,
mi guitarra y un hijo,
en fin, que no me puedo
quejar.
Y aunque he sido feliz
pienso en ti.
Se que Santiaguito tiene una versión, dicen que preciosa pero no ha llegado a mis manos, trata EDI de bajar el video de Internet y regalárnosla por medio de Fidelito en la Utopía, anda….