Luna, lejana novia helada,
no nos dejes tan solos
que nos haces llorar.
no nos dejes tan solos
que nos haces llorar.
Una emblemática canción "Luna Cienfueguera", compuesta por José Ramón Muñiz Carballo en los años 40 del pasado siglo, retorna a estos tiempos –si es que algún día se fue- en la voz de un joven trovador Nelsito Valdés.
Luna, cienfueguera luna,
alma eres sobre el mar,
tienes inquietud de estrella
de marinos y mujer.
Eres novia blanca
de nuestros amores
luna cienfueguera
luna de cristal.
alma eres sobre el mar,
tienes inquietud de estrella
de marinos y mujer.
Eres novia blanca
de nuestros amores
luna cienfueguera
luna de cristal.
La pieza capta la poesía que tiene la bahía cienfueguera, el encanto de esa ciudad trazada con suma fineza como para cumplir un sueño, y vivir al centro del amor.
Cuando tú te alejas
huyen tus reflejos,
mira cómo viajan los camaroneros
a encender luceros en el litoral.
huyen tus reflejos,
mira cómo viajan los camaroneros
a encender luceros en el litoral.
Con un concierto de Polito Ibañez comenzó en Cienfuegos este jueves 14 de abril la edición XVIII de uno de los Festivales más importantes de la trova cubana “Al sur de mi mochila”
Por la calle mojada después de un café,
con los gestos más simples y la noble fe,
con premura y zapatos a medio calzar
salgo en la mañana dispuesto a soñar,
con la mochila al hombro
sabiendo que el día allá afuera
será como otro cualquiera.
con los gestos más simples y la noble fe,
con premura y zapatos a medio calzar
salgo en la mañana dispuesto a soñar,
con la mochila al hombro
sabiendo que el día allá afuera
será como otro cualquiera.
Días bohemios, de rozar la mayor ilusión, de sentir esas cosas que solo saben mujeres y poetas, elevan cada segundo en la llamada Perla del Sur. Me puedo ver en el más apartado rincón de la madrugada, escuchando el guitarreo de…digamos Ariel Barreiro, dibujando a versos a una muchacha a la orilla del mar, en el mágico Centro Cultural “Julio Antonio Mella”; un gran chalet con toda la pinta de haber sido en los tiempos de Ñañá Seré -o sea hasta que llegó el Comandante y mandó a parar- club exclusivo de la alta sociedad y que ahora es la sede de la Asociación Hermanos Saíz y la EGREM.
Niña, sin ti no sé cuántas palomas van
siete por tres palomas.
Niña sin ti mejor que no me toque el viernes
que se me va a olvidar Nemesia, niña.
Niña sin ti Joaquín me va a ruchar las bolas otra vez,
niña sin ti no hay alcancía que valga
ni papalote que regrese.
siete por tres palomas.
Niña sin ti mejor que no me toque el viernes
que se me va a olvidar Nemesia, niña.
Niña sin ti Joaquín me va a ruchar las bolas otra vez,
niña sin ti no hay alcancía que valga
ni papalote que regrese.
Un lujo espiritual habitar los días al Sur de mi mochila, ese evento que organiza la Asociación Hermanos Saíz cada año, que ya va por 18 ediciones y dedicada esta vez muy especialmente a Santiaguito Feliú; acuden trovadores de diversas generaciones y rincones del país. Este año, conciertos de Ray Fernández, de Luis Alberto Barbería, y Tony Ávila en la terraza marina de la sede de la AHS y la EGREM, y de Frank Delgado en el Teatro Terry.
No faltará la peña dominical de los Hermanos Novo y otros espacios donde los trovadores anfitriones, Ariel Barreiro, Sadiel Madrazo, Rolo Rivera y Nelsito Valdés, den paso a la descarga de los que están invitados Daniel Velázquez (el gato) de las Tunas y el guantanamero Audis Vargas, más los que aparecerán de pronto, sin avisar, porque a la fiesta de la trova marina cienfueguera, se llega sin permiso.
Se me olvidó el amor en este viaje,
no le cupo al adiós que di temprano,
se ha llenado de Patria el equipaje
con el adiós que te dejé en las manos
no le cupo al adiós que di temprano,
se ha llenado de Patria el equipaje
con el adiós que te dejé en las manos
No faltan al Sur de mi mochila, los encuentros teóricos con Luis Neyra, el poeta Ian Rodríguez que fundó hace años el evento, y ese trovador emblemático del que emergen los versos que dan nombre al evento, Lázaro García.
Dejé tu nombre al sur de mi mochila
para salvar al hombre que padezco
otro sueño vigila
el sitio del estruendo donde crezco.
para salvar al hombre que padezco
otro sueño vigila
el sitio del estruendo donde crezco.
Al sur de la mochila del tiempo y las canciones del bueno Lázaro, ha ido sembrando paz la trova cienfueguera, tomando pequeños espacios, ganando almas hacia una vida mejor, la única que puede rozar la felicidad, la se adentra en los misterios enaltecedores de la poesía. En tiempos que se globaliza una seudocultura descerebrada, insustancial, vale doblemente este evento.
Un percance humano me impidió estar allá, pero ahora mismo estoy escuchando –mientras escribo sobre lo que imagino que está ocurriendo al sur de mi mochila-, y voy bien lejos, o muy cerca, y puedo ver, verme con nitidez, y ya están dando en el reloj las dos y algo.. o las tres, han pasado cantatas diversas y tragos, y es la hora que sea, la del sereno y el reflejo de luna cienfueguera; está la mar tranquila mojando los pies, una muchacha suspirando con la mirada perdida –en el todos o en sus adentros- dos o tres parejas algo dispersas, o concentradas en sus besos, aprovechan la luz raigal de la guitarra y esa voz tierna y algo rajada por la intensidad de lo que dice, yo soy el guardavías de tu corazón… y estoy desempleado de tu espalda.
La canción del guardavías
Autor Ariel Barreiro
Cómo me salvo de ti si el viento no se vira,
si la ciudad no ayuda con tu olor,
si ya es noviembre en toda la ventana,
y yo llegando tarde al desamor.
Si a mí me dio por ser tu cáliz y tu país
tu bolero, tu salmo, tu equipaje.
Si a mí me dio por ti desnuda hasta la miel
y a ti por lejos, lejos, imbesable.
Yo soy el guardavías de tu corazón,
yo soy el hombrecito de nada,
yo soy el preso bueno que se acostumbró
y estoy desempleado de tu espalda.
Alivio desenreda luces, desata, tiembla salta,
se me secruza el temporal,
sabe cómo llover, sabe cuándo escampar.
pero no volverá mañana.
Y no es por mí,
que a mí me queda invierno pa´ olvidar,
calafatearme el pecho y sonreír,
buscarme una nostalgia más linda.
Puedo, si el día levanta, hasta soñar,
pero al pobre portal quién se lo explica:
si soy el guardavías de tu corazón,
si soy el hombrecito de nada,
si soy el preso bueno que se acostumbró
y estoy desempleado de tu espalda.
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