Fotos: Jorge Villa |
Escrito para la sección Cantores de www.lajiribilla.cu
Estoy descendiendo aun de la cumbre espiritual poético-emotiva en la que me (nos) dejó Fito Páez cercana la media noche de este Lunes 20 de junio de 2016. Llevo horas bajando; aunque nunca retornaré –retornaremos más- (¿verdad, elegidos?) hasta el punto de simple mortal (cargado de imposibles y penas) con que traspasamos las puertas de cristales del teatro Carlos Marx, ansiando su concierto: hemos sido tocados por la poesía.
Debo confesar que arrastré a algunos amigos a sabiendas, o creyendo saber, de lo que se trataba, siendo un seguidor (y hasta puedo jactarme de promotor) de Fito Páez desde ¡1986! (quizás podría afirmar que 1985, pero no tengo pruebas mentales ahora). En todo caso, desde antes de su primer viaje a Cuba, ya lo ponía bastante en mis programitas de Radio Cadena Habana, gracias a un espacio llamado “Ahora” de crítica musical que heredé de Jorge Gómez y Roberto José; ellos habían llevado a la emisora mucha de aquella música mágica que quita pesares y te hace ver al mundo con ojos bienhechores.
De ahí que cuando abrazaba amigos en los umbrales de la catedral marxista musical de 1ra y 10, iba con expectativas bien altas y sobradas razones. Estuve hace 30 años cuando Fito llegó con su banda y las canciones del disco Giros, a ese mismo teatro y un par de años después cuando retornó para mostrarnos (o arrebatarnos) con el electrizante disco: Ciudad de pobres corazones. Después de eso varios otros momentos con Fito, y por supuesto siguiéndolo disco a disco.
Hay muchísimo más y de emociones extremas como aquel concierto en la Plaza de la Revolución donde estuvieron si mal no recuerdo (y no hay rastros –increíblemente- ni en internet) Joaquín Sabina, Gerardo Alfonso, Carlos Varela, Santiago Feliú, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, y no tengo nítido si también León Gieco o Víctor Manuel. Y los más recientes encuentros como el que ofreció celebrando los 20 años de “El amor después del amor”…
Ahora, lo de anoche fue la más grande fiesta de rock nuestroamericano a la que haya asistido. “¡Que Rolling ni Rolling!”, dijo un amigo al salir, aludiendo a que el concierto de los Stone se quedó chiquito. Y, en efecto, apartando tecnologías y famas globales, o públicos más abiertos, coincido con el amigo, hubo tanto como nunca antes en La Habana, incluso roqueramente, pero lo esencial como amasijo de bendiciones colectivas, que tienen que ver con esta Isla, con los años de creación de Fito, con su vida con sus visitas, con el amor de Cuba hacia Fito (y viceversa) con la carga poética, con la historia y el presente latinoamericano –latinoamericanista-, y con la necesidad humana de inventarnos un horizonte donde quepamos todos (y para el bien de todos).
La energía volcánica humana y musical desplegada por Fito Páez, espesada en su interacción con el público, rebasó los límites de la cordura. Ahora repensando (más bien reviviendo) lo acontecido me parece ser parte de la secuencia de Hombre mirando al sudeste, la película de Eliseo Subiela; aquella en que el personaje central, Ramsés, toma la batuta del director de una sinfónica y dirige una Oda a la alegría de Beethoven que despierta a los locos del hospital y los lanza a una verdadera revolución orgiástica. Con ese mismo aire se desbordó anoche el teatro (un teatro de 5 mil lunetas y que aguantó mucho más asistentes) durante casi dos horas y media.
Aquí van los apuntes que logré hacer, en la penumbra, en un papelito, mientras nos abrazábamos, saltábamos, llorábamos, reíamos, palmeábamos, cantábamos… levitábamos. Faltan algunas canciones, o títulos momentos, en que apenas pude anotar.
APUNTES
Cuando se abre el telón se escucha una radio cambiando de emisoras, sonidos, distorsiones, una voz que anuncia, musicas diversas hasta que queda sintonizado Gardel cantando “Yira Yira”… la voz del gran cantor se queda en eco… Y de Yira entran los acordes de Giros, ya tocados por la banda en vivo. Comienza a cantar Fito Páez en medio de la ovación delirante:
Giros...
existe el cielo y un estado de coma
cambiar en torno de persona en persona.
Giros...
dar media vuelta y ver qué pasa allá afuera
no todo el mundo tiene primaveras.
Flaco dónde estás?
Estoy aquí en La Habana que es mi ciudad.
(el público aplaude, silba, grita…)
Estoy juntando información
estoy queriendo ser otro.
Mi necesidad
se va modificando con las demás
así mi luna llega a vos
así yo llego a tu luna.
Pienso: Qué hermoso que haya escogido a Cuba para cerrar su gira por 30 años de Giros por el continente.
……..
Fito termina y entre la ovación nos ha dicho, con tono amenazante que los que tengan niños y tengan que irse temprano que lo siente pero esta será una noche larga. Cantaré todo el disco Giros, y luego de otros hasta que… (dice algo así como dios sabrá…)
No me digas nada tengo taquicardia… tengo que explotar.
Pasa el disco Giros, como aquella vez de hace 30 años, qué sonoridad, que rock tan argentino, tan nuestro, seco y duro el drum a veces es como un bombo legüero, marca el bajo una chacarera; el sintetizador hace de bandoneón, el sonido compacto, con aire rebelde, con algo de tenebroso, las letras hablan de cambiar un mundo de mierda, de avaricia, de crimen, y de soñar con cambiarlo, y cambiarlo pese a todo.
No soy un pez ni un arlequín
ni un extranjero
no tengo edad para morir
vamos al cielo
no voy a esperar
alguna vez voy a ser libre
libre mi amor
como el amor
como quisiste.
Alguna vez voy a ser libre canta Fito suelto, ya nos ha provocado para que cantemos y gocemos diciendo algo así como vamos para que esto sea La Habana… de inmediato el coro y las palmas siguiendo los golpes de la batería.
Porque yo no tengo mapa de este mundo
porque yo doy vueltas sobre el mismo punto
porque yo no tengo mapa de este mundo
no tengo mapa de este mundo no.
………………..
Fito nos cuenta: En 1987 hubo un festival en Argentina y me encontré con Chico Buarque y Pablo Milanés. Yo estaba pasando por muy mal momento, un tiempo antes habían asesinado a mi familia, cuando yo había estado de gira por Europa precisamente con el disco Giros. En ese encuentro en Buenos Aires, Pablo Milanés me dijo, casi me exigió: te vas conmigo a La Habana y cantas allá; yo estaba realmente muy mal y esa vuelta a la Isla me salvó la vida.
Agradece por siempre a Pablo Milanés y sale el trovador legendario a escena. El público de pie está varios minutos aplaudiendo. Se escucha el piano de Fito emprendiendo el himno.
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan facil, ya sé que pasa.
No será tan simple como pensaba.
Como abrir el pecho y sacar el alma,
una cuchillada de amor.
Pienso en la América nuestra en momento difícil ¿retroceso? con las derechas tratando de echar abajo lo ganado socialmente, pienso en la misma Argentina intentando borrar los avances de su pueblo con los Kitchner, veo a Liliana Herrero, esa otra gran cantora, hermana como quien dice de Fito, protestando con su canto incluso en las calles.
Luna de los pobres, siempre abierta,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Como un documento inalterable,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y uniré las puntas de un mismo lazo,
y me iré tranquilo, me iré despacio,
y te daré todo y me darás algo,
algo que me alivie un poco nomás.
La gente es sabia, canta más alto cuando es Fito y cuando es Pablo quien canta, la gente susurra; es el acontecimiento, la vibra; un continente emergiendo desde ellos, desde nosotros.
Cuando no haya nadie cerca o lejos,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Cuando los satélites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Hablo de países y de esperanza,
hablo por la vida, hablo por la nada,
hablo por cambiar esta, nuestra casa,
de cambiarla por cambiar nomás.
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
………………………………
El público despide de pie a Pablito que se retira cuando aún el bajo y el piano están marcando el ritmo al compás de las palmas que hace la gente.
Al piano Fito rememora: Imposible cantar esta canción sin recordar a mi amigo del alma Santi Feliú.
Extrañable por todos y supongo que esa bohemia infinita rocanroleada y ebria por las madrugadas habaneras le sepa ahora mutilada a Fito sin Santiaguito; no es posible imaginar un “tal para cual” que los supere.
Cable a tierra.
………………………
Pienso: ¡Qué clase de discos el Giros! 30 años después, como Gardel, suena mejor, con los mismos arreglos, qué innovador, que roquero y que argentino musicalmente; que poéticos sus textos, que manera de describir los dolores de su pueblo que acaba de salir en aquel 1985 de la dictadura militar de la masacre, de la amnesia, de la mutilación de los amores desaparecidos.
Si estas entre volver no volver
si ya metiste demasiado en tu nariz
si estas como cegado de poder
tírate un cable a tierra
Recuerdo perfectamente al Santi saliendo a escena aquella noche en ese mismo Carlos Marx y llevando la canción a pura bomba; ahora Fito se queda por debajo en algunas frases como si se estuviera reservando o –y esto no es especulación de emocionado- dejándole la otra voz a Santiago, cual si no se percatara de que no está; o esperando acaso que hagamos por él. Y donde debía subir la gente hace la segunda desde el coro del público.
Y si tu corazón ya no va más
si ya no existe conexión con los demás
si estás igual que un barco en alta mar
tirate un cable a tierra.
Y yo estoy acercándome hasta vos
bajo la luna, bajo la luna
las cosas son así
tengo el teléfono del freak
que esta deseoso de volarte la cabeza.
Ahora, con el impulso del coro arremete en los momentos finales, se carga…
No creas que perdió sentido todo
no dificultes la llegada del amor
no hables de más, escucha el corazón
ese es el cable a tierra.
……..
Dice: Esta es la canción de un general hijodeputa.
Cocaína
Alguien decide por el país
No me culpen,
No estoy dispuesto para morir sobre un crucifijo
Tiran, y tiran líneas... Aspiran...
Generales
Mataron media generación
Una guerra no es un negocio ni una ilusión
Una guerra es sangre
Vienen y van al baño
Y toman apresurados la decisión (la decisión)
Y no entiendo, yo aquí no entiendo nada...
Es la canción Decisiones apresuradas. Se oye en el puente la voz de un general llamando a la Guerra de las Malvinas. Norberto Campos interpreta al general alcoholtieri:
-"Yo quiero decirles
Que no cederemos un sólo metro
De las tierras (...) conquistadas.
Y yo, pretendo, representarlos,
Ser, ser el hombre, que decida,
Decida, lo que, lo que ustedes tienen que hacer..."
…….
Sigue crecento la fuerza del rock que toca la banda, suena compacta, estoy en tercera fila y me llega además la satisfacción con la que están tocando los músicos.
Si te dejo en una habitación
frente a frente con Charly García
te orinarías y saldrías corriendo
te daría miedo, no lo bancarías
no seas tarada no podes sacarte fotos
con el león que se come a las fieras
el rock n roll tiene la sagacidad
Rock and roll revolución, de 2014 nos trae a un disco reciente, dejando aun algo de Giros para más adelante.
……………………….
Yo te amo, No sé vos, La rueda mágica, Naturaleza sangre… está recorriendo otros discos.
Dice Fito algo así como: Siempre que vengo a La Habana nos reunimos un cuarteto (nombre de una mujer que no capté pues los aplausos tras cada mención a nuestra ciudad me lo impidieron) Santiago Feliú, Carlos Varela y yo. Llama entonces a Carlos Varela y hacen juntos una pieza con tono marcadamente suramericano y con un aire temático muy a Carlos Varela, titulada Parte del aire, del CD Euforia. Incluso, diría que la letra me recuerda La estrella polar de Carlitos. ¿Quién la habrá escogido para el dúo?
Y allí va, parte del aire
y allí va en libertad.
Música de grillos del Paraná
cada enero nuevo se hacía escuchar
como un buen presagio de las comadres.
El amó una estrella en su soledad
y una noche antes de navidad
recortó los cables con un diamante
Y allí van... Parte del aire
Y allí van... en libertad
El amor más grande que conocí
sin querer un día pasó por mí
por la vía láctea se encontrarán
en algún planeta, en algún lugar.
…………………………….
Dice Fito: ¡Esta Isla es increíble! Tanta música. Hace años estaba en Paris y me encontré con una de las bandas más impresionantes de este planeta. Improvisamos algo con un genio, el genio, El Tosco.
Fito al piano, José Luis Cortez (El Tosco) ahora finísimo y audaz con su flauta, como jugando los dos en improvisado vuelo común en el que se monta también el público, todos en el teatro hacen suyos Un vestido y un amor:
Todo lo que diga está de más
las luces siempre encienden en el alma
y cuando me pierdo en la ciudad
vos ya sabes comprender
es solo un rato no más
tendría que llorar o salir a matar
te vi, te vi, te vi
yo no buscaba a nadie y te vi
……………………..
Dice Fito: Esta canción la estrené aquí. Y rompe “Gente sin swin” y pienso en su segundo concierto en la Habana con banda, sería 1988 o el 89. Concierto que comenzó con Ciudad de pobres corazones, y si el atropello de tanta poética no me falla fue cuando vino con él Juan Carlos Baglietto, el cantor por excelencia del rock nacional argentino, privilegio de entonces escucharle Dios y el Diablo en el taller y la Carta de un león a otro (que dejo para otro momento).
Gente sin swing
como canciones
Gente sin Swing
Lejos del borde
Como un radar (ciego, sordo, mudo)
Sin direcciones
Cómo serán sus corazones
Gente sin Swing
Como ratones
Gente sin swing
Mundo sin soles
Son un poder, como naciones
Siempre estarán hasta que exploten
Y aunque te inviten a su mesa
No estarán de tu lado
………………………………….
Y otros dos grandes íconos pasaron por el concierto Funky de Charly García las Instantáneas de Luis Alberto Spinetta del CD Lalala. Siguió creciendo en complicidad y energía la noche, Fito tocó pailas, y ya todos roncos cantamos luego Tumbas de la gloria.
Algo de vos llega hasta mí,
cuando era pibe tuve un jardín
pero me escapé hacia otra ciudad
y no sirvió de nada,
porque todo el tiempo estaba yo en un mismo lugar,
y bajo una misma piel y en la misma ceremonia
Yo te pido un favor, que no me dejes caer
en las tumbas de la gloria.
………………………………
Llegando a la cumbre (la primera escalada) de la noche Fito le dedicó a Pablo esa declaratoria de rebeldía que es Al lado del camino. Más que hacia Fito me volteaba constantemente a escudriñar en el público, es vivificante ver a tanto joven saboreando a voz en cuello esta pieza:
En tiempos donde nadie escucha a nadie
En tiempos donde todos contra todos
En tiempos egoístas y mezquinos
En tiempos donde siempre estamos solos
Habrá que declararse incompetente
en todas las materias del mercado
Habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado.
………………………………
Y la fuerza de Ciudad de pobres corazones, ya rompió todo orden de asientos (si alguno quedaba ya), el público cantaba y se abrazaba y bailaba en los pasillos; una señora bastante mayor tenía abierta una sombrilla y la alzaba, hubo muchachos que se quitaron los pulóveres y lo lanzaron hacia el escenario, hubo parejas besándose y desconocidos que se estrecharon las manos. ¿qué es esto? Nos decíamos con las miradas o intentando usar palabras que no podían escucharse a una altura de delirio en que la amistad se daba por sentada entre todos los presentes. Una canción que nació del dolor de Fito por el asesinato de su tía y su abuela, se compartía entre todos.
¿Qué es lo que quieren de mí,
qué es lo que quieren saber?
No me verás arrodillado.
Dicen que ya no soy más yo,
que estoy más loco que ayer,
y matan a pobres corazones.
……………
Fito se despide, sale de escena y durante más de diez minutos se coreó su nombre entre aplausos y cantos futboleros; sabíamos que a aquello le quedaba. Retornó la banda a escena y no hay posible descripción; aquí van puntos suspensivos…
El amor después del amor tal vez
se parezca a este rayo de sol
y ahora que busque
y ahora que encontré
el perfume que lleva al dolor
en la esencia de las almas
dice toda religión
para mí que es el amor después del amor.
Las primeras estrofas las cantaron los músicos de la banda, en el momento climático salieron a escena Fito con Diana Fuentes quien desplegó un canto y una energía escénica bien fuerte, y claro que todos cantamos (más bien ya gritamos:
Nadie puede
y nadie debe
vivir sin amor
una llave por una llave y esa llave es mi amor
una llave por una llave y esa llave es mi amor.
El amor después del amor con Diana Fuentes
…………………………
Aquí se podía sospechar un nuevo final, sin embargo, como si nada llegó Brillante sobre el mic donde Fito improvisó sobre su amor a La Habana y A rodar mi vida.
Entre las ovaciones Fito se acercó al público: “Salud, dinero y amor para todos, pero para todos; si no, no vale” entre los primeros acordes de Mariposa tecnicolor
Cada vez que me miras
cada sensación
se proyecta la vida
mariposa tecknicolor.
Yo te conozco de antes
desde antes del ayer
yo te conozco de antes
cuando me fui no me alejé...
llevo la voz cantante
llevo la luz del tren
llevo un destino errante
llevo tus marcas en mi piel
y hoy sólo te vuelvo a ver.
…………………….
Todo tenía que ver, cada palabra, cada acorde era parte del tiempo, de la historia, de nosotros, todo confluía hacia ese instante en que ninguna buena causa estaba perdida.
Dijo entonces casi envuelto entre la gente: ¡Qué noche! No tengo más que darles gracias infinitas a todos y a Pablo por traerme una vez aquí a La Habana, mi segunda casa. Gracias por darme sus corazones; aquí seguiré.
……………………
Sus palabras de despedida antes de cantar, nos abrazaban ya como pueblo, al suyo argentino, al nuestro. Dijo Fito Páez:
“¡América Unida!” y como para dejar bien preciso su adiós: ¡Latinoamérica unida jamás será vencida!
Todos entonces estuvimos minutos y minutos cantando (todavía se repite en la mente como un salmo) su abrazo final:
Y dale alegría, alegría a mi corazón
es lo único que te pido al menos hoy.
Y dale alegría, alegría a mi corazón
afuera se irán la pena y el dolor.
Y ya veras, las sombras que aquí estuvieron no estarán.
Y ya veras, que no necesitaremos nada más.
Estoy descendiendo aun de la cumbre espiritual poético-emotiva en la que me (nos) dejó Fito Páez cercana la media noche de este Lunes 20 de junio de 2016. Llevo horas bajando; aunque nunca retornaré –retornaremos más- (¿verdad, elegidos?) hasta el punto de simple mortal (cargado de imposibles y penas) con que traspasamos las puertas de cristales del teatro Carlos Marx, ansiando su concierto: hemos sido tocados por la poesía.
Debo confesar que arrastré a algunos amigos a sabiendas, o creyendo saber, de lo que se trataba, siendo un seguidor (y hasta puedo jactarme de promotor) de Fito Páez desde ¡1986! (quizás podría afirmar que 1985, pero no tengo pruebas mentales ahora). En todo caso, desde antes de su primer viaje a Cuba, ya lo ponía bastante en mis programitas de Radio Cadena Habana, gracias a un espacio llamado “Ahora” de crítica musical que heredé de Jorge Gómez y Roberto José; ellos habían llevado a la emisora mucha de aquella música mágica que quita pesares y te hace ver al mundo con ojos bienhechores.
De ahí que cuando abrazaba amigos en los umbrales de la catedral marxista musical de 1ra y 10, iba con expectativas bien altas y sobradas razones. Estuve hace 30 años cuando Fito llegó con su banda y las canciones del disco Giros, a ese mismo teatro y un par de años después cuando retornó para mostrarnos (o arrebatarnos) con el electrizante disco: Ciudad de pobres corazones. Después de eso varios otros momentos con Fito, y por supuesto siguiéndolo disco a disco.
Hay muchísimo más y de emociones extremas como aquel concierto en la Plaza de la Revolución donde estuvieron si mal no recuerdo (y no hay rastros –increíblemente- ni en internet) Joaquín Sabina, Gerardo Alfonso, Carlos Varela, Santiago Feliú, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, y no tengo nítido si también León Gieco o Víctor Manuel. Y los más recientes encuentros como el que ofreció celebrando los 20 años de “El amor después del amor”…
Ahora, lo de anoche fue la más grande fiesta de rock nuestroamericano a la que haya asistido. “¡Que Rolling ni Rolling!”, dijo un amigo al salir, aludiendo a que el concierto de los Stone se quedó chiquito. Y, en efecto, apartando tecnologías y famas globales, o públicos más abiertos, coincido con el amigo, hubo tanto como nunca antes en La Habana, incluso roqueramente, pero lo esencial como amasijo de bendiciones colectivas, que tienen que ver con esta Isla, con los años de creación de Fito, con su vida con sus visitas, con el amor de Cuba hacia Fito (y viceversa) con la carga poética, con la historia y el presente latinoamericano –latinoamericanista-, y con la necesidad humana de inventarnos un horizonte donde quepamos todos (y para el bien de todos).
La energía volcánica humana y musical desplegada por Fito Páez, espesada en su interacción con el público, rebasó los límites de la cordura. Ahora repensando (más bien reviviendo) lo acontecido me parece ser parte de la secuencia de Hombre mirando al sudeste, la película de Eliseo Subiela; aquella en que el personaje central, Ramsés, toma la batuta del director de una sinfónica y dirige una Oda a la alegría de Beethoven que despierta a los locos del hospital y los lanza a una verdadera revolución orgiástica. Con ese mismo aire se desbordó anoche el teatro (un teatro de 5 mil lunetas y que aguantó mucho más asistentes) durante casi dos horas y media.
Aquí van los apuntes que logré hacer, en la penumbra, en un papelito, mientras nos abrazábamos, saltábamos, llorábamos, reíamos, palmeábamos, cantábamos… levitábamos. Faltan algunas canciones, o títulos momentos, en que apenas pude anotar.
APUNTES
Cuando se abre el telón se escucha una radio cambiando de emisoras, sonidos, distorsiones, una voz que anuncia, musicas diversas hasta que queda sintonizado Gardel cantando “Yira Yira”… la voz del gran cantor se queda en eco… Y de Yira entran los acordes de Giros, ya tocados por la banda en vivo. Comienza a cantar Fito Páez en medio de la ovación delirante:
Giros...
existe el cielo y un estado de coma
cambiar en torno de persona en persona.
Giros...
dar media vuelta y ver qué pasa allá afuera
no todo el mundo tiene primaveras.
Flaco dónde estás?
Estoy aquí en La Habana que es mi ciudad.
(el público aplaude, silba, grita…)
Estoy juntando información
estoy queriendo ser otro.
Mi necesidad
se va modificando con las demás
así mi luna llega a vos
así yo llego a tu luna.
Pienso: Qué hermoso que haya escogido a Cuba para cerrar su gira por 30 años de Giros por el continente.
……..
Fito termina y entre la ovación nos ha dicho, con tono amenazante que los que tengan niños y tengan que irse temprano que lo siente pero esta será una noche larga. Cantaré todo el disco Giros, y luego de otros hasta que… (dice algo así como dios sabrá…)
No me digas nada tengo taquicardia… tengo que explotar.
Pasa el disco Giros, como aquella vez de hace 30 años, qué sonoridad, que rock tan argentino, tan nuestro, seco y duro el drum a veces es como un bombo legüero, marca el bajo una chacarera; el sintetizador hace de bandoneón, el sonido compacto, con aire rebelde, con algo de tenebroso, las letras hablan de cambiar un mundo de mierda, de avaricia, de crimen, y de soñar con cambiarlo, y cambiarlo pese a todo.
No soy un pez ni un arlequín
ni un extranjero
no tengo edad para morir
vamos al cielo
no voy a esperar
alguna vez voy a ser libre
libre mi amor
como el amor
como quisiste.
Alguna vez voy a ser libre canta Fito suelto, ya nos ha provocado para que cantemos y gocemos diciendo algo así como vamos para que esto sea La Habana… de inmediato el coro y las palmas siguiendo los golpes de la batería.
Porque yo no tengo mapa de este mundo
porque yo doy vueltas sobre el mismo punto
porque yo no tengo mapa de este mundo
no tengo mapa de este mundo no.
………………..
Fito nos cuenta: En 1987 hubo un festival en Argentina y me encontré con Chico Buarque y Pablo Milanés. Yo estaba pasando por muy mal momento, un tiempo antes habían asesinado a mi familia, cuando yo había estado de gira por Europa precisamente con el disco Giros. En ese encuentro en Buenos Aires, Pablo Milanés me dijo, casi me exigió: te vas conmigo a La Habana y cantas allá; yo estaba realmente muy mal y esa vuelta a la Isla me salvó la vida.
Agradece por siempre a Pablo Milanés y sale el trovador legendario a escena. El público de pie está varios minutos aplaudiendo. Se escucha el piano de Fito emprendiendo el himno.
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan facil, ya sé que pasa.
No será tan simple como pensaba.
Como abrir el pecho y sacar el alma,
una cuchillada de amor.
Pienso en la América nuestra en momento difícil ¿retroceso? con las derechas tratando de echar abajo lo ganado socialmente, pienso en la misma Argentina intentando borrar los avances de su pueblo con los Kitchner, veo a Liliana Herrero, esa otra gran cantora, hermana como quien dice de Fito, protestando con su canto incluso en las calles.
Luna de los pobres, siempre abierta,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Como un documento inalterable,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y uniré las puntas de un mismo lazo,
y me iré tranquilo, me iré despacio,
y te daré todo y me darás algo,
algo que me alivie un poco nomás.
La gente es sabia, canta más alto cuando es Fito y cuando es Pablo quien canta, la gente susurra; es el acontecimiento, la vibra; un continente emergiendo desde ellos, desde nosotros.
Cuando no haya nadie cerca o lejos,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Cuando los satélites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Hablo de países y de esperanza,
hablo por la vida, hablo por la nada,
hablo por cambiar esta, nuestra casa,
de cambiarla por cambiar nomás.
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
………………………………
El público despide de pie a Pablito que se retira cuando aún el bajo y el piano están marcando el ritmo al compás de las palmas que hace la gente.
Al piano Fito rememora: Imposible cantar esta canción sin recordar a mi amigo del alma Santi Feliú.
Extrañable por todos y supongo que esa bohemia infinita rocanroleada y ebria por las madrugadas habaneras le sepa ahora mutilada a Fito sin Santiaguito; no es posible imaginar un “tal para cual” que los supere.
Cable a tierra.
………………………
Pienso: ¡Qué clase de discos el Giros! 30 años después, como Gardel, suena mejor, con los mismos arreglos, qué innovador, que roquero y que argentino musicalmente; que poéticos sus textos, que manera de describir los dolores de su pueblo que acaba de salir en aquel 1985 de la dictadura militar de la masacre, de la amnesia, de la mutilación de los amores desaparecidos.
Si estas entre volver no volver
si ya metiste demasiado en tu nariz
si estas como cegado de poder
tírate un cable a tierra
Recuerdo perfectamente al Santi saliendo a escena aquella noche en ese mismo Carlos Marx y llevando la canción a pura bomba; ahora Fito se queda por debajo en algunas frases como si se estuviera reservando o –y esto no es especulación de emocionado- dejándole la otra voz a Santiago, cual si no se percatara de que no está; o esperando acaso que hagamos por él. Y donde debía subir la gente hace la segunda desde el coro del público.
Y si tu corazón ya no va más
si ya no existe conexión con los demás
si estás igual que un barco en alta mar
tirate un cable a tierra.
Y yo estoy acercándome hasta vos
bajo la luna, bajo la luna
las cosas son así
tengo el teléfono del freak
que esta deseoso de volarte la cabeza.
Ahora, con el impulso del coro arremete en los momentos finales, se carga…
No creas que perdió sentido todo
no dificultes la llegada del amor
no hables de más, escucha el corazón
ese es el cable a tierra.
……..
Dice: Esta es la canción de un general hijodeputa.
Cocaína
Alguien decide por el país
No me culpen,
No estoy dispuesto para morir sobre un crucifijo
Tiran, y tiran líneas... Aspiran...
Generales
Mataron media generación
Una guerra no es un negocio ni una ilusión
Una guerra es sangre
Vienen y van al baño
Y toman apresurados la decisión (la decisión)
Y no entiendo, yo aquí no entiendo nada...
Es la canción Decisiones apresuradas. Se oye en el puente la voz de un general llamando a la Guerra de las Malvinas. Norberto Campos interpreta al general alcoholtieri:
-"Yo quiero decirles
Que no cederemos un sólo metro
De las tierras (...) conquistadas.
Y yo, pretendo, representarlos,
Ser, ser el hombre, que decida,
Decida, lo que, lo que ustedes tienen que hacer..."
…….
Sigue crecento la fuerza del rock que toca la banda, suena compacta, estoy en tercera fila y me llega además la satisfacción con la que están tocando los músicos.
Si te dejo en una habitación
frente a frente con Charly García
te orinarías y saldrías corriendo
te daría miedo, no lo bancarías
no seas tarada no podes sacarte fotos
con el león que se come a las fieras
el rock n roll tiene la sagacidad
Rock and roll revolución, de 2014 nos trae a un disco reciente, dejando aun algo de Giros para más adelante.
……………………….
Yo te amo, No sé vos, La rueda mágica, Naturaleza sangre… está recorriendo otros discos.
Dice Fito algo así como: Siempre que vengo a La Habana nos reunimos un cuarteto (nombre de una mujer que no capté pues los aplausos tras cada mención a nuestra ciudad me lo impidieron) Santiago Feliú, Carlos Varela y yo. Llama entonces a Carlos Varela y hacen juntos una pieza con tono marcadamente suramericano y con un aire temático muy a Carlos Varela, titulada Parte del aire, del CD Euforia. Incluso, diría que la letra me recuerda La estrella polar de Carlitos. ¿Quién la habrá escogido para el dúo?
Y allí va, parte del aire
y allí va en libertad.
Música de grillos del Paraná
cada enero nuevo se hacía escuchar
como un buen presagio de las comadres.
El amó una estrella en su soledad
y una noche antes de navidad
recortó los cables con un diamante
Y allí van... Parte del aire
Y allí van... en libertad
El amor más grande que conocí
sin querer un día pasó por mí
por la vía láctea se encontrarán
en algún planeta, en algún lugar.
…………………………….
Dice Fito: ¡Esta Isla es increíble! Tanta música. Hace años estaba en Paris y me encontré con una de las bandas más impresionantes de este planeta. Improvisamos algo con un genio, el genio, El Tosco.
Fito al piano, José Luis Cortez (El Tosco) ahora finísimo y audaz con su flauta, como jugando los dos en improvisado vuelo común en el que se monta también el público, todos en el teatro hacen suyos Un vestido y un amor:
Todo lo que diga está de más
las luces siempre encienden en el alma
y cuando me pierdo en la ciudad
vos ya sabes comprender
es solo un rato no más
tendría que llorar o salir a matar
te vi, te vi, te vi
yo no buscaba a nadie y te vi
……………………..
Dice Fito: Esta canción la estrené aquí. Y rompe “Gente sin swin” y pienso en su segundo concierto en la Habana con banda, sería 1988 o el 89. Concierto que comenzó con Ciudad de pobres corazones, y si el atropello de tanta poética no me falla fue cuando vino con él Juan Carlos Baglietto, el cantor por excelencia del rock nacional argentino, privilegio de entonces escucharle Dios y el Diablo en el taller y la Carta de un león a otro (que dejo para otro momento).
Gente sin swing
como canciones
Gente sin Swing
Lejos del borde
Como un radar (ciego, sordo, mudo)
Sin direcciones
Cómo serán sus corazones
Gente sin Swing
Como ratones
Gente sin swing
Mundo sin soles
Son un poder, como naciones
Siempre estarán hasta que exploten
Y aunque te inviten a su mesa
No estarán de tu lado
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Y otros dos grandes íconos pasaron por el concierto Funky de Charly García las Instantáneas de Luis Alberto Spinetta del CD Lalala. Siguió creciendo en complicidad y energía la noche, Fito tocó pailas, y ya todos roncos cantamos luego Tumbas de la gloria.
Algo de vos llega hasta mí,
cuando era pibe tuve un jardín
pero me escapé hacia otra ciudad
y no sirvió de nada,
porque todo el tiempo estaba yo en un mismo lugar,
y bajo una misma piel y en la misma ceremonia
Yo te pido un favor, que no me dejes caer
en las tumbas de la gloria.
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Llegando a la cumbre (la primera escalada) de la noche Fito le dedicó a Pablo esa declaratoria de rebeldía que es Al lado del camino. Más que hacia Fito me volteaba constantemente a escudriñar en el público, es vivificante ver a tanto joven saboreando a voz en cuello esta pieza:
En tiempos donde nadie escucha a nadie
En tiempos donde todos contra todos
En tiempos egoístas y mezquinos
En tiempos donde siempre estamos solos
Habrá que declararse incompetente
en todas las materias del mercado
Habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado.
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Y la fuerza de Ciudad de pobres corazones, ya rompió todo orden de asientos (si alguno quedaba ya), el público cantaba y se abrazaba y bailaba en los pasillos; una señora bastante mayor tenía abierta una sombrilla y la alzaba, hubo muchachos que se quitaron los pulóveres y lo lanzaron hacia el escenario, hubo parejas besándose y desconocidos que se estrecharon las manos. ¿qué es esto? Nos decíamos con las miradas o intentando usar palabras que no podían escucharse a una altura de delirio en que la amistad se daba por sentada entre todos los presentes. Una canción que nació del dolor de Fito por el asesinato de su tía y su abuela, se compartía entre todos.
¿Qué es lo que quieren de mí,
qué es lo que quieren saber?
No me verás arrodillado.
Dicen que ya no soy más yo,
que estoy más loco que ayer,
y matan a pobres corazones.
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Fito se despide, sale de escena y durante más de diez minutos se coreó su nombre entre aplausos y cantos futboleros; sabíamos que a aquello le quedaba. Retornó la banda a escena y no hay posible descripción; aquí van puntos suspensivos…
El amor después del amor tal vez
se parezca a este rayo de sol
y ahora que busque
y ahora que encontré
el perfume que lleva al dolor
en la esencia de las almas
dice toda religión
para mí que es el amor después del amor.
Las primeras estrofas las cantaron los músicos de la banda, en el momento climático salieron a escena Fito con Diana Fuentes quien desplegó un canto y una energía escénica bien fuerte, y claro que todos cantamos (más bien ya gritamos:
Nadie puede
y nadie debe
vivir sin amor
una llave por una llave y esa llave es mi amor
una llave por una llave y esa llave es mi amor.
El amor después del amor con Diana Fuentes
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Aquí se podía sospechar un nuevo final, sin embargo, como si nada llegó Brillante sobre el mic donde Fito improvisó sobre su amor a La Habana y A rodar mi vida.
Entre las ovaciones Fito se acercó al público: “Salud, dinero y amor para todos, pero para todos; si no, no vale” entre los primeros acordes de Mariposa tecnicolor
Cada vez que me miras
cada sensación
se proyecta la vida
mariposa tecknicolor.
Yo te conozco de antes
desde antes del ayer
yo te conozco de antes
cuando me fui no me alejé...
llevo la voz cantante
llevo la luz del tren
llevo un destino errante
llevo tus marcas en mi piel
y hoy sólo te vuelvo a ver.
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Todo tenía que ver, cada palabra, cada acorde era parte del tiempo, de la historia, de nosotros, todo confluía hacia ese instante en que ninguna buena causa estaba perdida.
Dijo entonces casi envuelto entre la gente: ¡Qué noche! No tengo más que darles gracias infinitas a todos y a Pablo por traerme una vez aquí a La Habana, mi segunda casa. Gracias por darme sus corazones; aquí seguiré.
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Sus palabras de despedida antes de cantar, nos abrazaban ya como pueblo, al suyo argentino, al nuestro. Dijo Fito Páez:
“¡América Unida!” y como para dejar bien preciso su adiós: ¡Latinoamérica unida jamás será vencida!
Todos entonces estuvimos minutos y minutos cantando (todavía se repite en la mente como un salmo) su abrazo final:
Y dale alegría, alegría a mi corazón
es lo único que te pido al menos hoy.
Y dale alegría, alegría a mi corazón
afuera se irán la pena y el dolor.
Y ya veras, las sombras que aquí estuvieron no estarán.
Y ya veras, que no necesitaremos nada más.
gracias por la crónica, que en esta distancia momentánea, nos hace presente en el teatro donde una butaca, sin dudas, en este concierto la he prestado y leyéndote he disfrutado como el que mas, como siempre...
ResponderEliminarGracias Diablo, por tu "ilustre" crónica, leyéndola y escuchando ahora sus discos haré mi día más potable y amigable para mí, luego de no asistir y tener que vérmelas cara a cara con mi propio arrepentimiento. Sinceramente.
ResponderEliminarA qué más.
Abrazos, con esa envidia que se prohíja entre los hermano.