Fidel es un país

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____________Juan Gelman

viernes, 8 de mayo de 2015

Guiteras y Aponte: a 80 años del Morrillo resucitan


“Yo no me dejo coger vivo” dijo Tony, agachado sobre el diente de perro, entre las uvas caleta, con su ametralladora cargada; avanzaron bordeando el río Canímar mientras cientos de soldados bajaban tendiéndoles un cerco que los arrinconaba en un callejón sin salida. A su lado, Carlos, viejo combatiente, sabía que no había escapa, pero echaba su suerte: “Compay, antes de rendirnos nos morimos”. Se miraron, no cabía una sonrisa pero en ese instante sintieron el gozo del mayor abrazo, el de juntos a lo que sea: “Nos morimos” –reafirmó Tony.

Casi inmediatamente después se desata la balacera y “un balazo certero golpeó en el pecho de Tony Guiteras destrozándole el corazón. Tony cayó hacia atrás y quedó exánime. A sus pies, un instante después, otro balazo atravesó la cabeza de Carlos. Era el amanecer  del 8 de mayo de 1935, caían combatiendo dos de los más grandes revolucionarios latinoamericanos, el cubano Antonio Guiteras y el venezolano Carlos Aponte.    
Aguardaban en el Morrillo de Matanzas, esperando el yate Amalia que los llevaría a México para conformar una expedición armada; entrarían por Oriente, subirían la Sierra Maestra y allí formarían su guerrilla para enfrentar al ejército de Batista. Esta salida la había organizado Guiteras con Carmelo González oficial de la marina, que era su amigo desde los tiempos de estudiante. Carmelo, lo traiciona, y se pone de acuerdo con Batista. El 8 de mayo de 1935, al amanecer, el grupo de La Joven Cuba que dormía en El Morrillo, avizora en la carretera de la punta dela loma, a varios camiones de soldados que empiezan a tirar un cerco. Llaman a Guiteras que dormía en una hamaca en la azotea del fortín y junto a Aponte trazan un plan para intentar escapar.    
Cadáveres de Carlos Aponte y Antonio Guiteras
Tras el tiroteo, hicieron prisioneros a la mayoría del grupo, los restos de Tony y Carlos fueron trasladados a la ciudad de Matanzas en el bote de un pescador. Tras protestas de los familiares lograron impedir que los esbirros los enterraran en una fosa común, y los llevaron a un panteón familiar de los Guiteras en el cementerio de Matanzas. 
En 1937, dos años después del entierro comienza un capítulo de leyenda, cuando uno de los combatientes de la Joven Cuba, José María García, conocido como El Viejo García, entró en la noche al cementerio de Matanzas y extrajo las cenizas de Guiteras y Aponte, y se las llevó secretamente consigo para La Habana. Se mudó para Mariano, y allí escondió tras una pared del sótano de su casa los restos de los revolucionarios en dos cajas de zinc galvanizado cubiertas cada una con las banderas de Cuba y Venezuela. El Viejo García hizo de esta custodia la razón de su vida, al punto de distanciarse de amigos y familiares con tal de no ser descubierto.  En 1969, luego de un largo proceso de investigaciones llevados a cabo por oficiales del Ministerio del Interior dieron con García quien solo entonces entregó el tesoro al gobierno revolucionario. 
Después de permanecer custodiados en el Palacio de la Revolución y recibir tributo público en cumplimiento de la última voluntad de su guardián, el ocho de mayo de 1975 los restos mortales de ambos combatientes fueron trasladados en helicóptero hasta la Escuela Militar  Camilo Cienfuegos, en Matanzas, y desde allí en caravana hasta el Museo Memorial El Morrillo, que fue remozado y abierto por primera vez al público ese día.
Hoy veo las noticias y andan por Venezuela nuestros 5 héroes, hace un par de días estuvieron  en el Cuartel de la Montaña, rindiéndole homenaje a Chávez y ahora mismo se adentran en los barrios y montes donde médicos, maestros, entrenadores deportivos e instructores de arte cubanos, emprenden junto a los venezolanos la revolución latinoamericanista. Me gusta pensar que esos abrazos este 8 de mayo de 2015, -a 80 años exactos del combate en El Morrillo-, son el mejor homenaje, a  Guiteras y Aponte, dos cojonudos revolucionarios que se batieron a tiros contra un ejército precisamente por ese sueño.  

El tiempo no me da hoy para referirme a ellos con el estudio que requiere, especialmente la revolución que se propuso Guiteras en la que Aponte estaba enrolado, pero no quería que pasara este 8 de mayo sin recordar el hecho, tratándose de dos de los más grandes luchadores por nuestra América y que merecen un estudio mayor y más profundo, por la dimensión de las obras que emprendieron con sus vidas. De tal manera, copio y edito algo de lo publicado  de sus biografías. 


Carlos Aponte Hernández 

Nació en Caracas el 4 de febrero de 1900. En 1923 participó en la lucha contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, combatiendo junto al general llanero Marcial Azuaje. Al ser derrotados los insurrectos, resisten como guerrilleros y toman el poblado de Guaribe. Fueron capturados por una delación y encerrados en la cárcel de Altagracia. De ahí    parte hacia Cuba como asilado político. En La Habana se vinculó a la Liga antiimperialista y entra en contacto con las ideas marxistas. Acusado de comunista viaja a México, y luego a Nicaragua, donde se alista al Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, liderado por Augusto César Sandino para enfrentar la ocupación yanqui de Nicaragua. Se destaca al punto de alcanzar el grado de teniente coronel. Tras la muerte de Sandino llega a Cuba y rápidamente se sumó a los planes de Antonio Guiteras que andaba clandestino perseguido por Batista; así se integra a la Joven Cuba entre los más cercanos combatientes al líder cubano. 

Antonio Guiteras Holmes 

Nació el 22 de noviembre de 1906 en Bala Cynwyd, condado de Montgomery, en Filadelfia, Pennsylvania. Era el segundo hijo del cubano Calixto Guiteras Gener, y la norteamericana Marie Theresse Holmes Walsh. Su hermana Calixta era un año mayor que él Margot tenía cuatro menos.
Desde niño creció oyendo las historias de su tío, José Ramón Guiteras, quien diera su vida por la libertad de Cuba durante la primera guerra de independencia y las de su tío abuelo irlandés, John Walsh, quien fuera uno de los más importantes líderes de la independencia de Irlanda.  
El 15 de septiembre de 1919 Antonio solicitó su ingreso en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río. El 27 de noviembre de 1923 fue arrestado en el teatro Dulce por participar en una protesta estudiantil motivada por una arenga de Gabriel Barceló, enviado especial de Julio Antonio Mella. En julio de 1924 recibió el título de Bachiller en Ciencias y Letras y el diploma de Agrimensor y Perito Tasador de Tierras.
Fue rechazado para ingresar en la Escuela de Cadetes de El Morro,  y se decidió por estudiar Farmacia en la Universidad de La Habana y se fue a vivir en la capital en una casa de huéspedes en Reina y Campanario.
Guiteras tomó parte en la fundación del Directorio Estudiantil Universitario por la Facultad de Farmacia. Al graduarse consiguió trabajo como viajante de comercio en los laboratorios Lerdele. En sus viajes entraría en contacto con veteranos de la Guerra del 95 y jóvenes con inquietudes revolucionarias opuestos a la tiranía de Gerardo Machado.
En Oriente, Guiteras entró en contacto con los seguidores del expresidente Mario García Menocal y pasó a formar parte del grupo de acción del veterano del Ejército Libertador. 
Este grupo llevó a cabo numerosas acciones contra Machado. Los conocimientos de química de Guiteras fueron ampliamente utilizados por sus miembros en la fabricación de bombas.  Durante el alzamiento de los nacionalistas en agosto de 1931, que estuvo dirigido por Mario García Menocal y Carlos Mendieta, Guiteras lideraba un grupo de militantes del Directorio Estudiantil del Instituto de Segunda Enseñanza, la Escuela de Comercio y la Escuela Normal para Maestros, que también eran miembros de la Junta Revolucionaria.
Las armas estaban guardadas en la finca La Gallinita, en las afueras de Santiago de Cuba y fueron ocupadas por el Ejército, mientras Guiteras y el coronel Cuza que se dirigían hacia allí eran hechos prisioneros y enviados a la capital de Oriente. En el resto del país el alzamiento también fracasó.
Salió de prisión en febrero de 1932 por la amnistía declarada por el gobierno machadista. Decidió romper con los viejos caudillos nacionalistas y fundar la Unión Revolucionaria (UR), en la que agrupó todas las pequeñas organizaciones que ya lideraba. Unión Revolucionaria planeó un alzamiento antimachadista para el 29 de abril de 1933 y Guiteras fue responsabilizado con la zona de Santiago de Cuba. Durante el alzamiento los revolucionarios asaltaron y tomaron el cuartel de San Luis.  Desde el UR, Guiteras lanza el "Manifiesto al pueblo de Cuba", donde expuso un programa centrado en la unidad de todas las fuerzas antimachadistas. En este Manifiesto, Guiteras declara que:
"Sólo la fuerza de la unión de todos los hombres —aunque posean diferentes tendencias políticas— envueltos en la lucha, por lograr un régimen de libertad y justicia, podría lograr el triunfo de una verdadera Revolución"
El punto central de este documento fue el llamado a la lucha armada como vía más práctica para derrocar la dictadura.
Estando refugiado en casa de Luis Felipe Masferrer, conoció de la Mediación de Sumner Welles y decidió realizar una acción armada que la sabotease. Planeó entonces asaltar el cuartel de Bayamo, plan para el que contaba con unos cincuenta fusiles, ocho ametralladoras y algunas armas cortas. Luego de la acción el plan comprendía la retirada hacia la Sierra Maestra, con el objetivo de comenzar la lucha guerrillera y precipitar la caída de Machado.
Guiteras se encontraba en campo abierto con sus hombres, ultimando los detalles del plan de asalto al cuartel de Bayamo, cuando recibió la noticia de la huida de Gerardo Machado. Inmediatamente se trasladó con parte de sus hombres hacia Bayamo, después a Holguín y el 13 de agosto llegó a Santiago de Cuba. En el edificio del Gobierno Provincial de Oriente, pronunció un discurso contra la Mediación y la injerencia de Estados Unidos en Cuba y llamó al pueblo a consolidar la revolución.
A finales de agosto realizó una rápida visita a La Habana, donde se entrevistó con Sergio Carbó y miembros de la Unión Militar Revolucionaria, que le informaron sobre el descontento existente dentro del ejército con el gobierno de Carlos Manuel de Céspedes. Con esta información regresó Guiteras el 30 de agosto a Oriente para preparar un alzamiento revolucionario.
En la noche del 4 de septiembre Guiteras fue avisado por dos alistados del golpe militar que se estaba produciendo en todo el país e inmediatamente se dirigió al Cuartel Moncada. Al llegar ya los sublevados controlaban la situación y cursaban órdenes a todas las demás unidades de la provincia de Oriente. Los seguidores de Guiteras colaboraron con el movimiento revolucionario y ocuparon posiciones claves en varias localidades, mientras Guiteras se trasladaba a La Habana a solicitud de Sergio Carbó.

Gobierno de los Cien Días
Al disolverse la Pentarquía por acuerdo de la Junta Revolucionaria de Columbia estos decidieron a propuesta de Eduardo Chibás entregar la presidencia provisional a Ramón Grau San Martín. El nuevo presidente aceptó la propuesta de José Miguel Irisarri de nombrar a Guiteras al frente de la importante Secretaría de Gobernación.
Guiteras tomó posesión de la Secretaría el 12 de septiembre de 1933 y desde ese cargo comenzó a tomar medidas en favor del pueblo y que afectaban los intereses del gobierno norteamericano en Cuba. 
Al pasar la Secretaría de Guerra y Marina a la de Gobernación, Guiteras se convirtió en jefe de Fulgencio Batista, pero los intereses de ambos eran irreconciliables. Ante los obstáculos que ponía el coronel Batista a las órdenes de Guiteras, el secretario de Gobernación optó por centrarse en la reorganización de la Marina de Guerra, una institución en la que Batista tenía mucho menos ascendiente.  
Entre las primeras medidas progresistas impulsadas por el grupo de Guiteras en el gobierno estuvo el establecimiento de la jornada de ocho horas y el jornal mínimo de 1.00 peso diario para la ciudad y 0.80 centavos para el campo, que hasta ese momento era de 0.20 centavo por diez horas o más. También a instancias de Guiteras se disolvieron los partidos políticos que habían apoyado la dictadura de Gerardo Machado, una demanda popular que había sido ignorada por el gobierno mediacionista de Carlos Manuel de Céspedes. Guiteras, desde Gobernación, apoyó el viejo anhelo del pueblo cubano de lograr una rebaja de las tarifas de electricidad y el 30 de septiembre creó una comisión oficial para supervisar a la Compañía Cubana de Electricidad, integrada por los representantes de las secretarías de Gobernación, Hacienda y la Universidad de La Habana, así como por el doctor Adriano Carmona, quien presidía el Comité de Lucha contra los Monopolios, cuyo objetivo era fijar nuevas tarifas para los teléfonos y la electricidad.
El 3 de noviembre el jefe del ejército, Batista, intentó por primera vez derrocar el gobierno exigiendo la renuncia de Grau para instalar en el poder a Carlos Mendieta. El presidente supo de la maniobra con antelación y se opuso. Guiteras intentó entonces ejecutar a Batista con un comando de hombres de su confianza y sustituirlo por militares revolucionarios, pero Batista logró convencer a Grau de su fidelidad al gobierno. Desde ese momento el coronel se pasó a la reacción abiertamente y se rodeó de un gran despliegue de armas que hizo imposible cualquier acción ulterior contra él. Personalmente dirigió Guiteras el contraataque de las fuerzas leales al gobierno contra los abecedarios y sus aliados alzados en armas el 8 de noviembre. Junto al capitán del ejército Gregorio Querejeta, lideró a las fuerzas que retomaron la sede de la Policía Nacional y coordinó el ataque final contra los contrarrevolucionarios sitiados en el castillo de Atarés, bombardeándolos por mar y tierra hasta rendirlos.
El Gobierno de los Cien Días fue derrocado el 15 de enero de 1934. A ello contribuyeron las intrigas de la embajada de Estados Unidos y la traición de un grupo de militares del movimiento del 4 de septiembre, encabezados por el jefe del Ejército, coronel Fulgencio Batista. Al valorar las causas de la caída del gobierno de Grau, Guiteras reseñó:
"Fracasamos porque una revolución solo pude llevarse adelante cuando esta mantenida por un núcleo de hombres identificados ideológicamente, poderoso por su unión inquebrantable, aunados por los mismos principios"
Inmediatamente después que se instauró el gobierno Batista-Caffery-Mendieta. Antonio Guiteras decidió organizar la insurrección armada. Con un grupo de revolucionarios creó TNT en abril de 1934 y al incorporar a otros combatientes contra el régimen, en junio de ese año fundó Joven Cuba.
En el Programa de la nueva organización Guiteras expuso:
"para que la ordenación orgánica de Cuba en Nación alcance estabilidad, precisa que el Estado cubano se estructure conforme a los postulados del Socialismo"
Guiteras definió la lucha armada como estrategia de lucha. Su plan táctico secreto contemplaba organizar una expedición procedente de México que desembarcara por Oriente, simultáneamente varios cuarteles de esa provincia serían asaltados por los militantes de Joven Cuba quienes al apoderarse de las armas pertrecharían al pueblo y marcharían a la Sierra Maestra.
Entre 1934 y 1935 Joven Cuba realizó muchas acciones, compraron armas y se incautaron otras, también se inició la selección del personal para integrar el cuerpo expedicionario y se preparaban condiciones para su entrenamiento en México.
En febrero de 1935, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, Guiteras obtuvo un voto de confianza del Comité Ejecutivo Central de Joven Cuba para que consiguiera el dinero necesario para preparar la lucha armada contra el gobierno. Guiteras propuso entonces al Comité Ejecutivo Central, secuestrar un millonario y pedir rescate, acción con la que la dirección estuvo de acuerdo. La víctima elegida fue Eutimio Falla Bonet, quien por esos días acababa de cobrar 600 000 dólares de seguro por el incendio de la Papelera Cubana.
El secuestro fue exitoso y el dinero se sacó del país en varios envíos. Con los fondos asegurados Guiteras comenzó a buscar la forma de sacar del país a los cuadros más importantes de Joven Cuba. Finalmente se decidió por el yate Amalia y planeó salir hacia el extranjero por El Morrillo, Matanzas, luego de entrevistarse personalmente con el capitán Carmelo González Arias,  supervisor de la Aduana de Matanzas quien le prometió todo el apoyo necesario.
La traición de Carmelo condujo a las tropas batistianas ante el Morrillo el 8 de mayo de 1935, donde Antonio Guiteras y Carlos Aponte cayeron en desigual combate.

“Así se perdió la figura más empinada, el ánimo mejor templado, la voluntad más indomeñable, el brazo más enérgico y el espíritu más puro del movimiento nacional revolucionario.”
Raúl Roa


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