como se vuelve siempre al amor,
vuelvo a vos,
con mi deseo, con mi temor.
…Y el bandoneón llegó desde mi Buenos Aires querido. Susana baila con Piazzola y Frank Delgado saca el alma de tanguero. Se lo juega todo con su voz como un viejo lamento Goyeneche.
Se encontraron en la playa
la imposible madrugada
sin testigos, sin oleaje,
ni una luna de soñar…
Trae el amor imposible de un hermano que se gastó una vida malhechora y “trovadicta”, un ser desaforado y tierno, que logró apresar en un instante la pureza de ese beso único, ideal, que sale de los labios de una mujer de luz -que para más fatalidad murió en el mismo año en que él nacía.
Norma y Santiago
sin mañana, sin pasado,sin perdón de inquisidores
temerosos de un destello de sinceridad.
De manera que la poesía todo lo puede, Santiago Feliú se encontró con Norma Jeanne (la mujer de carne y sueños que habitaba dentro del sex simbol que el mundo adoraba como Marilyn Monroe) la última madrugada de su existencia; como solo tenía unos 5 meses de nacido aquel 5 de agosto de 1962, le hizo una canción (creando así unos tres minutos para amarla a sus anchas):
Dame un beso
desmedido y saturado
de cualquier intención
de amor,
de amor,