Revista mensual 172, Junio de 1999 |
Vengo a la luz de esta página en blanco como quien anda por la
madrugada buscando amanecer en un alma imprevista. El ahora en que
escribo —ayer para tus ojos que en este instante leen— rompe el espacio
temporal transcurrido para hacerme presente gracias al hechizo de la
escritura. Entramos así a reconocernos en un tiempo eterno, ese que
traigo con frases de todos los sueños —esperanzas y amarguras de épocas
disímiles— al que agregamos la travesura de someterlas a nuestro juicio
contemporáneo e indagador de horizontes. Hagamos pues, el ejercicio más
reconfortante, el de emplear mente y espíritu para viajar hacia alguna
verdad que nos acerque. Sospecho que al terminar de leer —tras
coincidencias y discrepancias— me otorgarás la gracia de ser amigo de…
El Diablo Ilustrado
El Diablo Ilustrado
Afirma un proverbio chino que la ignorancia es la noche, sin luna ni estrellas del espíritu.
Lamentablemente no todos reconocen la oscuridad absoluta que implica
para un ser humano el no ejercer su capacidad intelectual. El
conocimiento es como una luz que permite a los ojos descubrir el mundo
circundante y ver, además, hacia el interior de las personas y de uno
mismo. Clarividencia de los hijos del sol naciente cuando afirman: el sabio habla de las ideas, el inteligente de los hechos, y el hombre vulgar de lo que ha comido.
Conocerás a quienes limitan su mundo temático a las prendas o la mesa,
porque su vida se reduce a eso; aquel que solo puede hablar de su
dichosa moto, o el que compra un par de tenis y no hace más que mirarse a
los pies. ¿Y qué me dices de quien cree que por “echarse encima”
determinada marca de ropa posee más poder y atractivo? Por lo regular
uno se sienta a conversar con ellos y a los cinco minutos siente
asfixia: ¡resultan tan monotemáticos, tan aburridos! Ya lo dijo
Aristóteles, hay la misma diferencia entre un sabio y un ignorante, que entre un hombre vivo y un cadáver.
Pues sí, la tontería de la que padece todo el que no se cultiva es como
una muerte en vida que te aleja de posibles amigos y hasta parejas. A
nadie le gusta tener relación con un “seso hueco” (exceptuando, claro
está, a otro “seso hueco”; ya sabes, la mediocridad es excelente a los
ojos de los mediocres). ¿Has sufrido algo tan desagradable como caer
—tras una tanda de caricias— en mutis absoluto, o salir con un grupo de
amigos y que tu novio(a) exponga una sarta de disparates? Por lo menos
te habrás sentido bastante incómodo y posiblemente —aunque alguien
dejara escrito que existen dos maneras de conseguir la felicidad. Una, hacerse el idiota; otra, serlo— discreparás junto conmigo de esa fórmula que concede a mayor ignorancia más felicidad.
Cultivarse
es aprender a conocer el mundo y encontrar un lugar en el universo.
Cultura es saber lo mejor que se ha pensado y dicho, es decir,
aprovechar la experiencia humana. Cierto es que con el conocimiento se acrecientan las dudas,
como señalara Goethe; pero también es cierto que las dudas del sabio
han dejado atrás muchas respuestas que el ignorante aún tiene como
metas, y que como el suelo, por más rico que sea, no puede dar frutos si no se cultiva. La mente sin cultivo tampoco puede producir. Este pensamiento de Séneca me conduce a una reflexión —no carente de humor— de Mary Pettibone: cultura es lo que el carnicero tuviera si fuera cirujano.
La duda —según la define Borges— es uno de los nombres de la inteligencia,
pues dudar nos incita a investigar, indagar. Claro, algunos no le dan
importancia a eso, pero ya se sabe que el intelecto es invisible para el
que no lo tiene.
Creía Séneca que no aprendemos gracias a la escuela, sino gracias a la vida.
Y sí, la vida enseña, pero la escuela nos enseña a aprender, el resto
queda a la elección de cada cual, a su afán de conocimiento. Al respecto
Bacon escribió: la lectura forma al hombre, las conferencias lo alistan; y la escritura lo perfecciona. Yo diría que no hay peor ciego que el que no quiere leer y rememoro una frase de Buda: Los libros son amigos pero nunca decepcionan. A más cultura más amplia la posibilidad de gozo, más sensibilidad para amar y ser feliz. Para Goethe la sabiduría se halla sólo en la verdad,
otros pensadores han sostenido que verdad sólo se halla en la
sabiduría. En fin, a diario cada cual elige su suerte y aprovecha, o no,
esa cotidiana oportunidad de ensanchar su espíritu; no obstante, como
dijera Martí, el ejercicio de la libertad fortifica: el cultivo de la inteligencia, ennoblece.
Rapi Diego |
Múltiples
caminos nos conducen al insondable bosque de la sabiduría: los medios
masivos y la computación, con sus redes de Internet, ofrecen mucha
información (no siempre todo la profunda y edificante que pudieran),
aportan también cultura los museos y las diversas manifestaciones
artísticas. La lectura —aseguró Addison— es para la mente lo que el ejercicio para el cuerpo.
No pierdas nunca el espíritu indagador, pregunta lo que ignoras y pasarás por tonto cinco minutos, no lo preguntes y serás tonto para toda la vida,
reza otro proverbio chino. Por mucho que estudies siempre tendrás
horizontes a los cuales aspirar. Piensa que, como dejara escrito
Gracian, añade el hombre conocimientos a conocimientos: nunca el saber es bastante. Si tanto es uno más hombre cuanto más sabe, el más noble empleo será el aprender.
Casualmente abro este, hoy, 20 de octubre. El día que tenemos para celebrar nuestra cultura!
ResponderEliminarLeo y no puedo más que pensar en la gentil labor de muchísimos por la que hemos salido de la ignorancia en que estaba sumido este pueblo, se ha ampliado nuestro saber, hemos alcanzado un nivel cultural amplio, aunque sabemos que debemos batallar muchísimo para lograr que esta patria nuestra, linda patria, sea la de los fuertes y nobles. ¡Hay tanta gente haciéndonos conocer del mundo, mostrándonos la sapiencia de tantos otros que anduvieron antes que nosotros, esos otros que nos han ido creando un camino más llano hasta el conocimiento!
Hoy me siento orgullosa de vivir acá, donde tantos investigadores, científicos, escritores, músicos, pintores, cineastas, escultores de renombre mundial. Orgullosa de tener para mi país una luna bien grandota y muchas, muchas estrellas de esas que dicen los chinos que le faltan a los ignorantes.
Si Martí dijo, el ejercicio de la libertad fortifica: el cultivo de la inteligencia, ennoblece, entonces la labor es cultivar aun más la inteligencia, la que nos hará más nobles, ya somos fuertes porque somos libres aunque tenemos que seguir batallando para mejorar esta sociedad que tiene tantas imperfecciones pero que no nos permite rendirnos, sino que nos lleva a la lucha constante por mejorarnos.
Entonces, el día 20 de octubre de 1868, aquel día de combate y arte, el día en que se escuchó nuestra primera canción trovadoresca, el día que nos propició este en el que celebramos por la Cultura Nacional es lo que recuerdo cuando leo esto que publicaste en 1999 y ahora nos re-publicas.
Por acá pero para todos los que hoy son parte de nuestra Cultura Naciona.
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Felicidades!
pendo de ti…todo el día queriendo conectarme con este aparato que siempre he detestado, aunque necesito para trabajar…y lo he detestado porque me aparta de lo realmaravilloso (a pesar de sus miserias). Y yo con esa convicción seguía, hasta que descubrí esta página y se me ha hecho imprescindible para caminar….que hago?? debo ver a un psicoanalista? es que hay tanto en lo cotidiano que insulta a la poesía!! gracias por el aliento que me das! te ama, cristal
ResponderEliminarEl Diablo dijo… Cabe decirte como el himno: la patria os contempla orgullosa—entrañable Soledad—; leyéndote uno siente la necesidad de crecer para empinarse hasta las alturas de la libertad a las que ha arribado la mujer cubana, esa que representas, con palabras sabias, enamoradas, altruistas. Pienso en las tantas batallas que se han librado desde aquel día de “combate y arte” —lo defines con síntesis perfecta— de 1868, en las que la mujer ha venido alcanzando el protagonismo que nos ilumina; veo aquellas casi niñas en botas y uniforme de alfabetizadoras, cruzando ríos con un farol chino, para llevar con las letras la luz de la verdad, en aquellos inicios de los 60, donde el pueblo dio un salto hacia el conocimiento, hacia la dignidad; la veo con su boina y un fusil y una firmeza impresionante dispuesta a disparar contra el avión que tirarían la bomba atómica en aquel octubre de la crisis del 62, veo a mi maestra de la primaria inspirándome un amor desorbitado hacia aquel mundo que su entrega e imaginación me dibujaba, a una campesina madrugando en la zafra del café guantanamero, a Fina García Marruz con su elevada eticidad martiana, a Alicia Alonso recorriendo campamentos para llevar el arte danzario adonde nunca había llegado, a Yarislei Silva ganado la prueba de salto con pértiga en los recientes Juegos Panamericanos de Guadalajara, a esa mujer que con una bata blanca está ahora mismo en un laboratorio, o en un intrincado rincón de una selva latinoamericana cumpliendo misión médica, y le asalta la nostalgia por su terruño, por el hijo que dejó bien lejos, por el deber de salvar vidas.
ResponderEliminarComo dices, Soledad, hay muchas imperfecciones y errores que nuestra sociedad tiene batirse para eliminar, para salvarse y crecer, y cuando escucho tu voz amanece en la fe, el horizonte no parece ya tan lejos.
Y ya que citaste a Martí, hay una frase suya que me asalta cuando te leo estremecido:
“…Verdad que una mujer hace versos, son solo ser mujer”
Veo que tu identificación es “cristal” y me transporto de inmediato a una canción de un trovador, que fue como uña y carne de Santiago Feliu y de aquel piquete de Gerardo, Frank, Varela… pero partió para los Estados Unidos y cambió aquellas canciones tan hermosas que hacía por un puñado de dinero. Cuando digo que las cambió, lo digo porque a algunas de ellas literalmente las transformó, simplificando los textos para que fueran pegajosos; ya ves cuánto puede insultar a la poesía —como bien dices—, lo cotidiano, y lo que viene del reino del dinero que nos tratan de imponer como modelo de sociedad global, donde “acumular objetos” es lo que te da valor.
ResponderEliminarCristal, si vas al psicoanalista me sacas turno pues yo también me estoy adaptando a este “aparato” —como llamas a la computadora y la Internet—, que por una parte está aislando físicamente a mucha gente que se encierra y sólo ve el mundo desde la pantalla del ordenador (¿será “ordenador” porque nos organiza, nos ordena, o porque somos como sus vasallos, y recibimos de ese aparato órdenes, porque es quien nos manda?), pero por otra parte, —y aunque es una de las vías a través de las cuales nos despoetizan, desmovilizan, dessocializan, descerebran…—pues también tienen sus brechas y por ese huequito se cuelan las redes de gente que sueña, que lucha, que crea, que abraza, que tiene como único destino un mundo de todos y para le bien de todos, sin discriminaciones, sin desigualdades, sin mezquindades; es lo que defines —Carpenterianamente—, como “lo realmaravilloso (a pesar de sus miserias)”.
Pero bueno, volvamos al trovador que es Donato Poveda y ojalá la canción que me recuerda tu seña no haya sido destruida con versos tontos; en todo caso la memoria nacional la resguarda, pura y poética: “Como una campana” (la copio a memoria).
Llegó la noche, con su silencio cruel
viene matando el día
que volverá a nacer
y al fin mis manos viajando por tu piel
te hacen vibrar
como una campana de cristal,
como una campana de cristal,
como una campana, como un laberinto donde me perdí
sin prisa, ni aliento, pero enloqueciendo
sin prisa ni aliento, por verte sintiendo.