Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

miércoles, 19 de octubre de 2011

Yo solo soy un vigía

"Martí y nosotros"  Fabelo
Soledad dijo... EDI te comento que yo también estuve en la celebración. ¡Qué bien pasamos esa tarde-noche! Mi soledad, como la del poeta, se sintió acompañada.
Llegando encontrar a Ihosvany en la misma entrada me hizo pensar que era para darnos la bienvenida a cuanto trovador o trovadicto como yo que llegaba. Ya dentro, ambiente de doble celebración, “endiablado”, con extraordinarios videos, muchos, de lejanos tiempos que realmente nos sorprendimos con las imágenes. Del Fide, qué comentar? Todo un anfitrión. Se lucieron todos los que por el escenario pasaron guitarra en mano pero el paroxismo lo provocó indudablemente “el gran Gerardo”. Gerardo Alfonso sorprendiéndonos con nuevos temas de la misma talla de los ya conocidos nos alegró, nos hizo cantar, hacer claves, tumbas y hasta lágrimas nos provocó con ese tema a los amigos que tanto me complace oírle.


EDI sigan luchando porque tengamos cada vez más espacios como este, de poetas auténticos, donde la magia que provocan las ideas, la música de nuestros trovadores crece y nos hacen sentirnos, tarareando tan cerquita de ellos como si fuéramos una más de esas filas. Con lugares de este tipo será que le cerremos el paso al mal gusto y a la chabacanería que prolifera en nuestra ciudad. A espacios como este debemos incitar a los nuestros para que concurran. Agradéceles de mi parte, al Fide, a Ihovasny, por este rinconcito, a todos los que contribuyen para que el resultado sea este que nos llena ahora a quienes les visitamos. Ah, hazles llegar mi dirección de correo, si no se diera a la publicidad, la visita de Silvio, para que me avisen, ese momento no me lo quisiera perder.  13 de octubre de 2011 17:23 

EDI dijo…
Soledad (esparcida, poéticamente): ya pasé a los amigos trovadores que mencionas tu mensaje, especialmente a Gerardo Alfonso. Coincido contigo en que La Utopía es un rincón que muy especial, que no es evasión de la realidad, sino otra dimensión de ella, en la cual la poesía universal nos mejora. Se ha convertido en un espacio que alimenta un grupo creciente de personas confabuladas alrededor del hecho cultural. Tú mencionas los detalles de Ihosvany y Fidelito, que, como anfitriones dan a cada persona que acude allí recibimiento cual si aquello fuera la sala de una casa y cada uno de los que acuden un amigo que llega. De ahí que esa cofradía ha ido tornándose hermandad; han surgido amistades allí, los utópicos intercambian mensajes, informaciones, música, videos; de hecho, es inmenso el listado de los que han contribuido a la Videoteca La Utopía, de la que salen en cada edición las tandas de video que ponemos (yo mismo las edito). Puedo decir que trovadores, promotores de Cuba, Argentina, Colombia, Venezuela, Uruguay y España forman parte de esa red de traficantes de videos de la canción alternativa universal; de ahí que cada encuentro en La Caverna de los Trovadictos se convierte en un repaso audiovisual de lo mejor acontecido en la canción de autor de todos los tiempos, desde los clásicos como pueden ser Silvio Rodríguez, Chico Buarque, John Lennon, Pablo Milanés, Mercedes Sosa, Joan Manuel Serrat, Violeta Parra, Charly García, Joaquin Sabina, Elis Regina, Rubén Blades, Noel Nicola, Bob Dylan y muchos otros que en los años 60 y 70 dieron un vuelco poético hasta los que han seguido por ese camino hasta nuestros días, dígase   Pedro Guerra, Gerardo Alfonso, Los Trivalistas, Frank Delgado, Maria Rita, Santiago Feliú, Malpais, Calle 13, Carlos Varela, Arbolito, y por ahí avanzando hacia un listado enorme que contiene a los trovadores nuestros más cercanos con sus videos clips.
Pienso que esas tandas de video con una música a la que llamo proscrita —pues muy poco de esa música aparece en los medios globalizados (de acuyá y acá)— propician que cada Utopía sea un suceso único, en el que nos sentimos parte de una conspiración poética, como abrazándonos todos en el mismo credo estético-espiritual.
Desde que rompe la tanda de videos a las 5 pm. se va amasando, entre el público tan especial que acude allí, y los cantautores que pasan por la pantalla, una atmósfera muy peculiar, como una fuerza que emana de ese coro de fantasmas, que se vierte luego sobre los cantautores que descargan en vivo. De ahí que todo el que ha descargado en La Utopía tiene marcado ese momento como un recuerdo muy especial. Hemos recibido muchas opiniones en ese sentido, tanto de los más jóvenes trovadores como de los antológicos que han pasado por allí, Pedro Luis Ferrer, Gerardo Alfonso, Raúl Torres, Pablo Milanés, Liliana Herrero, Arbolito, los de Habana Abierta Barbería, Alejandro Gutierrez, Jose Lusi Barba, y claro que los más habituales como Samuel Águila, Diego, Cano, Charly Salgado, Pedrito Beritán, Raúl Marchena, Ariel Barreiro, Roly Berrío, Ariel Díaz y Liliana Balance, en fin los tantos y tantos que han pasado por la Caverna de los Trovadictos en este año de descargas.
No puedo dejar de mencionar la última hora, la que convierte a la Utopía en el Cabaret de las ideas, con la tanda de videos para bailar (con la cabeza puesta) —como dice Fidelito en sus notas—, pues bailamos con una música que lleva el mismo sello poético de autor y que tiene la fuerza y la sabrosura para soltar nuestros pasillos a veces en franco “despelote” incluyendo ruedas de casino, o hasta el conocido trencito de la conga por todo el salón.      

La Utopía con Gerardo Alfonso
Lo de Gerardo Alfonso realmente fue descomunal, Gerardo es uno de los trovadores que más hermosas canciones ha hecho en toda la historia musical cubana; aun la dimensión de lo que ha creado es conocida en un mínimo por ciento, lamentablemente los medios masivos están entretenidos con las chucherías musicales, haciendo un paralelo de lo que se difunde mucho con las comidas rápidas sería algo así como Mc Donalds sonoras, o ni eso, hamburguesas de esas de nuestras cafeterías, lo que globalizan los grandes medios y circuitos universales de la música (y sus lacayos nacionales) es fastmusic (música rápida). Pero pasando de lo ridículo a lo sublime, Gerardo es un trovador en toda la dimensión del término, con una aguda visión sobre todo lo que le rodea y lo de más allá, lo expresa luego con una poética muy personal con su canto sentido y una guitarra que le echa mano a muy diversas sonoridades, algunas hasta las inventa echando mano a las raíces afrocubanas. Muchos jóvenes descubrieron amplias zonas de la obra de Gerardo y él estuvo, cálido, infinito, provocando, en su interacción un crecimiento espiritual que muchos le agradecieron aquella tarde noche, y otros me han enviado señales para que se las haga llegar.   
Amiga Soledad, compartimos la alegría por este rincón que cuidamos porque es un punto de encuentro tan peculiar y porque hay que defenderlo, como dices, de tanta música chatarra que inunda el ambiente contaminándolo en muy alto grado. Cumplo con tus pedidos, y en cuanto a Silvio Rodríguez, ojalá se apareciera por allí, muchos han reclamado ese entrañable suceso pero no hay nada coordinado con el Ayatola. De todos modos, más de una sorpresa nos hemos llevado; en La Utopía todo puede suceder (si de aliento poético se trata).  
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Soledad dijo...  Tú decías en este número que comenzaba tu existencia —como por arte de magia— al entrar tus líneas en mi vista y así mismo me ocurre, comienza mi existencia cuando las leo. Estoy segura (nooo creo), que muchos comparten estos gritos, no silencio, de letras, de ideas tuyas y de otros, que nos traes en tu hilvanar de sentimientos, de signos. Qué bueno que lograste conectarnos espiritualmente a unos cuantos, debes sentirte alagado hoy con ello.
Propones que las preguntas que tenga te las dirija, es bueno saber que puedo contar contigo, espero que sea contar, como decía Benedetti “no hasta dos, no hasta diez, sino que puedo contar contigo”.
Este tema de la envidia que proponías en este número me ha puesto a pensar. Este sentimiento es de los que se las trae, afecta tanto a quien lo profesa como al individuo que es envidiado, si de persona se trata. Este resulta gran obstáculo, frena al envidiado en muchas ocasiones y hasta al envidioso, pues en su estar a la mira y tachar al envidiado pierde tiempo y energías que podría utilizar en su avance, que le serviría, sino para igualar, al menos para acercarse al objeto de su desazón.
En estas líneas me he dedicado a repudiar la envidia, pero realmente ustedes a veces me la despiertan. No creo que mi desazón sea maligna, sino todo lo contrario, pues nace de la admiración que siento por todo el que es capaz de escribir lo que piensa. Admiración por aquellos que pueden expresar sus sentimientos mediante la grafía. Admiración siento por ustedes los que son capaces de mostrar, de compartir lo que han plasmado en su escritura. Admiración por los que no temen a la admiración, la critica; a ser enjuiciados por los otros. Yo, no me atrevo.
Entonces, llega mi pregunta EDI. ¿Resulto tan retorcida? Yo me digo que no cuando me amparo en la frase de Rochefoucauld; A menudo se hace ostentación de las pasiones, aunque sean las más criminales; pero la envidia es una pasión cobarde y vergonzosa, que nadie se atreve nunca a admitir.
Yo lo he admitido.
13 de octubre de 2011 16:47 

EDI dijo…
Amiga Soledad, que incita a la mayor sinceridad, como buena soledad. Resultas encantadora con esas ideas que profesas, creo que ese sentimiento que llamamos envidia, lo sentimos todos de alguna manera a partir de la admiración, lo que tenemos que cuidarnos de dejar que se desarrolle como un cáncer espiritual, y darle —razón mediante— un carácter de bálsamo impulsor. Ante una obra humana cualquiera con virtuosismo, uno se estremece, sea una acción altruista de un ser (hace unos días escribía sobre René González cuando salió de la cárcel tras cumplir su injustísima condena y el estremecimiento que provocó en muchos verlos reencontrarse con sus hijas y su padre, la sencillez con que habló luego al pueblo cubano) o una obra de arte; uno ante esos sucesos sublimes, hasta llora, y en no pocas ocasiones se dice para sí “quién pudiera hacer algo semejante” desde una extrema admiración. Podemos decirle a eso que se siente una envidia, incluso la sabiduría popular le ha puesto apellido para diferenciarla de todo sentimiento oscuro acuñándola como “envidia sana”. Un genio como Silvio tiene una canción que pudiera simbolizar ese sentimiento, cuando dice
¿Quién fuera ruiseñor? ¿Quién fuera Lennon y Mc Cartney, Sindo Garay, Violeta, Chico Buarque? ¿Quién fuera tu trovador?
Creo que uno debe tener fortaleza de espíritu para impedir que ese respeto o aprecio hacia la virtud ajena se convierta en algo corrosivo en nuestro espíritu. La lógica de pensamiento no puede ser “por qué no hice yo lo que hizo esa maravilla que ha hecho otro”, sino “qué bueno que ha llegado esa maravilla al mundo” buscaré caminos para aportar también mis luces. Lo que otro ilumina no me hace oscuro, me alumbra mejor los caminos.  
Te agradezco, mi entrañable Soledad, lo referente a los textos diablescos, que no tienen otro mérito (y no lo digo por la clásica falsa modestia) que el confabularnos alrededor de ese coro de fantasmas de nobleza cultural que ha dejado el tiempo vagando en espera de una clave para arrasar con la pobreza del mundo despoetizado que globaliza el imperio consumista. Si de algo puedo congratularme es de haber tenido fe en que existen —y no son pocos— los soñadores, los herejes de ese reino de la ambición y el egoísmo, y que buscando un santo y seña acudirían a complotarse; un santo y seña que aglutinara a los mejores fantasmas de la cultura humana, un santo y seña inspirado en aquel que lanzó con 15 años José Julián Martí (El Diablo Cojuelo) porque él es su majestad poética, tanto por su vida como por su obra; un santo y seña que no soy yo, ni nadie, es simplemente un rincón para encontrar las ideas más enriquecedoras, la verdad de las verdades, la que nunca se toca, pero no impide que nos acerquemos en la medida en que dos o mas ideas, choquen amorosamente; mi gran hallazgo no es más que haber dicho una vez “El Diablo Ilustrado” rezando porque tú aparecieras, partiendo de aquella Imagine de Lennon que gritó tras declararse un soñador “pero no soy el único”.   
Me queda, por ahora, confirmarte que, ciertamente, puedes contar conmigo como Mario Benedetti, no hasta dos, ni hasta diez, sino contar. Y para compartir con otros ese tesoro, tuyo y mío, abro el cofre donde tenemos ese poema. 
Compañera
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo
si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro

Ramón Labañino y su esposa Elizabeth
o a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo
si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo

no piense que flojera
igual puede contar
conmigo
Pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo
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 Anónimo dijo... Diablo, que decirte hoy? tantas palabras necesarias y juntas... Voy a tratar de hablar poco y empezando por mi orden. Indescriptibles las imágenes que vimos cuando RENE salió de la cárcel, es algo que me tiene comprimido el corazón, ese encuentro de padre e hijas que solo mi alma y mis ojos (como los tuyos) no tuvieron más opción que llover torrencialmente. Algo traté de escribir en mi papel. Lo menos que podía enseñarle a mis hijos el 10 de octubre, era un libro o una imagen de MARTI, pero la vida me regalo la posibilidad de HONRARLO como él, lo quería, en casa no tenía flores blancas (creo que su pureza, la de MARTI, solo es comparado con la flor mariposa (mi preferida) u otra flor blanca. Entonces corté unas orquídeas del balcón, que siempre estuvieron juntas en un mismo tallo (me da por pensar una para EL PADRE DE LA PATRIA y otra para MARTI). Decirte que Pauli nunca se le olvidó para quién era la flor, que me dijo ya un poco tarde, mami: ¿dónde está MARTI? y con sus manecitas pudo llegar cargada hasta la estatua de MARTI en la Sociedad Cultural José Martí y ponerlas y rió.
Otra cosa que nunca te he dicho. Me pasa a veces lo mismo que a muchos lectores del DIABLO ILUSTRADO, después que me leí los dos tomos. Los abro así como al azar a ver que me regalan, es bonita esa sensación. Pero el libro NEGRO, el primer tomo, tiene algo mágico y es que claro, me lo regaló el AMOR DE MI VIDA. Allí aprendí y claro que siempre el Diablo enseña, me enseñó a que las separaciones hay que celebrarlas como mismo que las uniones, y así lo he hecho con toma de conciencia de por qué es un pensamiento tan profundo y necesario de predicar.
Y por ULTIMO y no menos llamativo del día de HOY, y es lo que me cautivó al INSTANTE, y es que uno ve primero imágenes y después las palabras son las PINTURAS DE FABELO, GRACIAS POR COMPARTIR COSAS REALMENTE RICAS (como las pinturas de los grandes) QUE TENEMOS LOS CUBANOS
¿Escribí mucho? no me doy cuenta por el pequeño espacio que tengo para escribir…
que por suerte se va desplazando, ejejeje.
Besos, YAMIRYS.
P.D No quisiera que los jóvenes escribieran las palabras incompletas, ese, ktal, tekero, COMO AFEA nuestra ESCRITURA, ESPERO QUE ESO NO SE IMPONGA. Luce tan linda la palabra completa y bien escrita y en papel (discúlpame si tengo faltas, no lo dudes, pero me avergüenzo y rectifico cuando me sucede).
13 de octubre de 2011 14:37 

EDI dijo… Anónima Yamirys. La flor que tu hija ofrenda a Martí, queda sembrada en su alma, en la de ella, quiero decir, pues honrando ella esta entrando al reino de la virtud. Le has ayudado con ese gesto a poner la semillita de un sentimiento enaltecedor, y más cuando está entrando a un ser que puede ayudarla paso a paso a ir creciendo por la vida. Ya sabrás, partiendo de las lecturas de “La edad de oro” —que es la biblia de la espiritualidad cubana—, ir dotando a tu hija de esas cualidades que Martí soñó para los hijos todos de nuestra América y de la humanidad toda que es su patria. En la medida en que vaya creciendo le irás dando sus cartas a María Mantilla, a su hermana Amelia, luego ya irá por si misma bebiendo toda esa obra y, en la medida en que avance por ese mundo infinito que es el bosque martiano, ella irá irradiando bondad, inteligencia, libertad.     
Me cuentas tu estremecimiento con la salida de la cárcel de René González (aunque sigue prisionero de  los Estados Unidos); realmente el reencuentro con hijas y su padre conmueve, porque sabemos la dimensión de ese hermano, de los sacrificios que ha hecho, del altruismo que lo llevó a separarse de su familia por cuidar de la nuestra, de la humana; si pudo con tamaña tarea (como pueden Gerardo, Antonio y Ramón) es porque son profundos martianos y expresión más alta de la condición humana que ha sembrado nuestra revolución; imperfecta, pero que ha tomado el Martí esencial, justiciero, culto y lo ha esparcido por su pueblo. Tanto en ese encuentro, en el que René con sus hijas cantaba canciones de Silvio, como en esas palabras que dirigió días después al pueblo, con la mayor humildad, uno se sacude, llora, porque comprende hasta donde puede llegar la virtud humana, el desprendimiento, y nos miramos hacia adentro y queremos ser mejores por ellos, por todos.
Te hablaba de las cartas de Martí a María Mantilla y ahora recuerdo las del propio René González a sus hijas, cuando fue hecho prisionero, que ilustran quiénes son realmente esos cinco héroes, su calidad humana, la dimensión justiciera de la obra que emprendieron con su labor y la hidalguía que han sostenido en las más duras condiciones. Comparto algunos fragmentos de esas cartas. 
En una misiva de René González  fechada desde la cárcel, el 29 de mayo de 2002, le dice a su hija más pequeña  —a quien llama Mi bebita del alma—:
“Para la fecha en que me arrestaron, el 12 de septiembre de 1998, tú apenas habías cumplido los cuatro meses y medio de edad. En la noche anterior tu mami se había ido a trabajar y yo me quedé a tu cuidado. Cuando te di la leche te quedaste profundamente dormida y decidí dejarte sobre mí mientras yo permanecía boca arriba en la cama viendo la televisión. Cuando tu mamá llegó, le dio tanta gracia verte así dormida sobre mí —extremidades desparramadas y en la cara tal gesto de satisfacción— que no pudo resistir la tentación de tomarnos una fotografía. Esa es la última en la que aparecemos juntos. Luego vendría el arresto y no pude despedirme de ti ni con un beso. Mi último gesto de despedida, cuando me sacaban esposado de la casa, fue regalar una sonrisa de confianza y optimismo a tu mami.”
Cuánta sensibilidad de padre amoroso, cuánto dolor en esa separación que duró años, tiempo irreparable en la relación con sus hijos y que dura para el resto de los compañeros. En otro fragmento de la misma carta le describe el desgarramiento por no poder siquiera besar a su niña en los contados encuentros que tuvieron y cuenta un detalle en el que se muestra el valor con que su esposa asumió aquellos duros momentos:  
“El gobierno de este país descargó sobre nosotros toda su bajeza y todo el odio que siente hacia Cuba, imponiéndonos las peores condiciones de confinamiento y castigando también a nuestras familias; de esa manera pasaron meses antes de que pudiera verte y todo lo que podía hacer era mirarte en la acera frente a la cárcel, donde tú mamá te llevaba, y donde desde mi celda en el duodécimo piso todo lo que veía de ti era una mota de pelo negro que a ratos avanzaba y se caía mientras daba sus primeros pasos. Cuando pudimos vernos nuevamente ya habíamos visto pasar ocho meses y recién habías cumplido un añito. Estábamos bajo custodia y cuando notaste que me tenían esposado al brazo de la silla habrás pensado que era un perrito, pues comenzaste a decir “Guau, guau”.  Tu mami te trató de sacar de dudas con una expresión que la indignación hizo sarcástica: “No Ivette, aquí el perro no es tu papá”. A pesar de las circunstancias pudimos mantener el ánimo.”

René González y su esposa Olga
En sus más duros momentos, en los que no sabía cuando volvería a ver a sus hijas, o siquiera si habría próximos encuentros, René les escribe como dando sus más profundos consejos, los que no puede dar con el cariño cotidiano:
“…De tus buenas cualidades de hoy nacerán tus virtudes de mañana. Crecerás en la sociedad más justa que hasta ahora ha concebido la humanidad. Por varios años estudiar será la principal expectativa que esa sociedad tendrá de ti, y a cambio, podrás llegar a ser todo aquello que tu esfuerzo te ha merecedora. Estás creciendo en un país que no tiene que avergonzarse de su pasado, porque su paso de la opresión a la libertad se produjo de la mano de las tradiciones más generosas y se nutrió de lo más puro y avanzado del pensamiento humano.”
En otro fragmento de aquella carta, René, a sabiendas de todas las actividades y atenciones que el pueblo, que la revolución, tendría con su familia, les abre los ojos a sus hijas, con una advertencia para que no caigan en la vanidad, dando una muestra más de esa grandeza de la sencillez martiana: 
“Yo no podré estar junto a ti en esta etapa de tu vida, pero sé que creces entre una familia y un pueblo excepcionales que sabrán suplir mi ausencia. De ese pueblo hoy recibes diariamente manifestaciones de cariño y de apoyo que nunca deberás permitir que se te suban a la cabeza, pues todas esas manifestaciones son más prueba de la sensibilidad de ese pueblo que de de un mérito excepcional de tu papá. Muchos cubanos han caído heroicamente sin tener siquiera la oportunidad de escribir una carta como esta a sus hijos y hay que ser muy humilde cuando un pueblo así te honra como héroe.” 
Otro de los cinco prisioneros por infiltrarse entre los terroristas, —entre verdaderos asesinos, que han hecho estragos torturando y colocando bombas y otras acciones brutales en buena parte de América, incluyendo el mismo Estados Unidos— es Ramón Labañino.   
Quiero comentar una carta que escribió a sus hijas en fecha tan distante ya como el 11 de julio de 2001, desde la prisión, y en la que les explica las causas por la que están en la cárcel ellos 5.  
“Adoradas hijitas mías:
Reciban todas este amor inmenso y este cariño infinito que siento por cada una de ustedes. Hijitas, sé que viven momentos de mucha emoción, alegrías y sorpresas que quizás nunca imaginaron. Hoy día están descubriendo quién realmente es su papito y estos cuatro hermanos míos que me acompañan, de nuestras vidas reales y de todo lo que hicimos por salvar sus sueños y los sueños de nuestro pueblo y su seguridad; previendo la maldad de otros hombres malos que solo desean el mal. Por esta razón, hubimos de marchar un día y estar lejos de todos nuestros seres queridos.”
Aquí Ramón expresa esa mezcla de dolor y alegría, dolor por estar separado y encarcelado y la dicha de poder revelar su verdadera identidad, la que ni siquiera a sus hijos podía revelar. En esa mezcla de sentimientos diversos les da a saber el objetivo de sus vidas y les explica el por qué tanto sacrificio:
“Y es que a veces sucede que cuanto más se ama a un ser humano es cuando más pronto debes separarte de él, para salvar su propia vida e, incluso sus sueños.
Ustedes están conociendo cosas que yo hubiera querido contarles algún día, pero hasta ahora no había llegado ese momento. Estoy contento de ver que no soy yo quien les cuenta esta historia, sino el mismo pueblo al que defendemos. Yo nunca hubiera podido narrarles con tantos detalles y amor, esta, mi propia vida, que hoy aparece en la televisión, en las tribunas del pueblo, en la boca de nuestro querido Comandante, y mis compañeras y compañeros. Y sé que sabrán comprender todo mucho mejor.
Ahora, ustedes pueden entender por qué Papá no pudo estar más tiempo a su lado, ni vivir tantos momentos felices y alegres que viven todos los papás con sus hijos. Por eso, les pido disculpas.”
El padre, el ser humano que ha tenido que inmolar su cariño durante mucho tiempo, por entregarse a una causa humana de grandes dimensiones, pero son sus hijas y sabe que ellas han sufrido y sufren, y siente necesidad de disculparse por el amor que no ha podido darles:
“Por eso, por mis ausencias; porque no pude estar al lado de su Mamá durante el embarazo; porque no pude verlas nacer; porque no pude estar allí cuando ustedes abrieron sus preciosos ojitos por vez primera a la vida; porque no pude cambiarles los pañales ni ayudarlas en sus primeros pasitos, ni limpiarles sus “pipis” y “cacas”; ni ver su primera sonrisa, ni escuchar su primera palabra, ni oír su primer “papá” o “mamá”; ni el primer “te quiero”; ni pude cuidarlas cuando enfermaban, ni jugar a cuanto juego disfrutan los padres con sus niñitos, ni siquiera enseñarles las primeras vocales, o leerles el primer libro e, incluso, por el hecho de que hoy día, mi más pequeñuela apenas me conoce. Por todo, mil disculpas, adoradas mías. Pero sepan que hube de marchar por el amor a ustedes y a todos. Que dondequiera que he estado, y esté, ustedes siempre están y estarán presentes.”
La ternura, el amor de Ramón hacia esa otra heroína, su esposa Elizabeth  que lo ama en silencio, que sufre y vela porque sus hijas crezcan amando a ese héroe anónimo, se esparce en esta carta, ahora que ya puede hablar como es, desde su verdadero rostro:
“Desde el primer día que yo conocí a su mamita, le hablé mucho de cuánto yo las amaría, cómo las cuidaría y educaría, pues sabía que algún día, si yo debía marchar, mi presencia estaría siempre en ella misma. Pues en Mamá estamos siempre los dos, tanto como en mí también estamos los dos. Y hoy, con mucho orgullo, veo que es cierto, y que Mamá ha hecho muy buena labor para suplir mi necesaria ausencia. Por ello las felicito a todas.”

Ramón Labañino y su familia
Lo que resta de la carta es como una declaración de principios que recuerda la carta de despedida del Che a sus hijos, o la que escribió Martí a María Mantilla, cuando partía desde Cabo Haitiano hacia las costas cubanas, a pelear por la libertad. Cartas que se escriben sabiendo su destino incierto, y el ser sensible quiere dejar sus mejores consejos a los seres queridos, consejos donde la dimensión ética de estos hermanos se remonta a las más altas cumbres humanas:
“Con este proceso muchas cosas deben aprender:
Amen y defiendan siempre a la patria, como primer deber.
Amen y cuiden a todos los niños y pueblos del mundo.
Salvar la vida de seres humanos inocentes es la más noble tarea.
Amen y aprendan mucho de nuestro Comandante, cada vez que puedan reúnanse con él, escúchenlo bien y aprendan de sus palabras y de su ejemplo. Él es historia y dignidad. Pídanselo a Mamá si es necesario.  
Aprendan del ejemplo de todos los líderes buenos de nuestro país y de nuestra historia.
Cuiden mucho a su Mamá y díganle cuánto la amo. Y sean fueres, muy fuertes para vencer, siempre con una risa en los labios, cada tarea que enfrenten en la vida.
Por mí no teman, estoy bien y soy fuerte, mucho más ahora que me acompañan ustedes, todo mi pueblo y la dignidad del mundo.
Yo regresaré, no lo duden, y tan pronto como sea posible, pues las extraño mucho. Y cuando vuelva recuperaremos todas mis ausencias y reconstruiremos todos los sueños y anhelos que hicimos esperar.
Recuerden siempre que dondequiera que me encuentre, allí estarán ustedes, en mi corazón y en lo más hondo de mi alma. Cada mañana despertaré con la brisa de sus besos tiernos en mis mejillas, y con esa fuerza más me levantaré a enfrentar el Sol.
Hasta pronto, Papá Ramón, 10.32 pm”
Han pasado 10 años de aquella carta y la justicia aun no llega, el imperio norteamericano no perdona a un pueblo que lo desafia y es luz para los pobres d ela tierra.         
Como no estremecerse cuando seres así, como René González, encuentra un poquito de felicidad, cuánto orgullo de ser coterráneo de hermanos como estos cinco, que han sacrificado hasta sus más entrañables amores por el amor para todos. Actos como la flor que ha puesto tu hijita a Martí, premian tanto dolor.     
En cuanto al libro El Diablo Ilustrado —ya que son varios los que juegan a los textos mágicos—, probaré yo también a preguntarme algo y abrir una página al azar a ver qué respuesta me tienen los fantasmas.  
De la manera de escribir en Internet, ciertamente son muchos los que emplean esa síntesis y ortografía anárquica, que me preocupa no porque afee, sino porque dificulta la comunicación en lugar de hacer fluir la frena.
De tu admiración por Fabelo, solo me queda abrirte otro cofre y sacar una canción de la lámpara maravillosa del genio Silvio Rodríguez, quien describe poéticamente las pinturas de Roberto Fabelo. “Del sueño a la poesía”
Un mundo de contrahechos
se esparce en la cartulina,
bordado con punta fina
como los pelos del pecho.
País en que los deshechos
son amados todavía,
es la comarca sombría
donde la luz se perdona,
porque allí van las personas
del sueño a la poesía.

En un sofá diminuto
posa minúscula gente
unos sonríen al lente,
otros cuentan los minutos,
bichejos de rostro enjuto
se asoman a celosías
y carroñeras arpías
prestan garras al retablo,
mientras hace redonda el diablo
del sueño a la poesía.

Un pavorreal se pasea
por un desván en penumbras
y a su paso, que deslumbra,
la oscuridad se voltea.
¿Qué transformó pluma en tea
de apariciones umbrías?
¿Qué pasión, qué melodía
tocó el corazón humano
para conducir la mano
del sueño a la poesía?

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Anónimo dijo...  Diablo mío, no sé por qué te digo mío cuando eres de todos y de nadie. Justificando mi egoísmo. Quiero adueñarme de todo lo hermoso que le hable al alma y tú lo logras con cada una de tus palabras o con las palabras de los grandes maestros que nos hablaron y nos hablan con nobleza al corazón. Por eso te siento mío.
Ayer salté esta lectura, cosa normal en mí, tengo preferencias por empezar por los finales y esta publicación que estaba en el medio, mis ojos no la vieron, PERO HOY la vi y quiero decir algo.
La traición ante todo (dígase pareja, amigos, padre, hijos, hermanos, patria) es algo que no sé como surgió cuando es ALGO que va en contra de la creación propia del ser humano. Somos humanos y por merecernos tal condición de ser HUMANO no debemos traicionar nunca. Creo que ser sincero con uno mismo es un regalo que nos enseñaron porque es algo NATURAL. Es un poco filosófico mi criterio cuando sabemos que como mismo hay cientos de miles de millones de hombres, hay cientos de miles de millones en el mundo de interpretaciones de la sinceridad.
Pero viéndo la sinceridad como UN PRINCIPIO HUMANO es para mi criterio NO MENTIRTE JAMAS y esa sinceridad DECIRLA A LA PERSONA o al grupo de AMIGOS, o a tus HIJOS, o a TUS PADRES, o a TU PAREJA por más que le duela a la persona que te quiera. NO SE DEBE OCULTAR o MANIPULAR UN SENTIMIENO, UNA ACTITUD, UNA PALABRA, UNA POSICION ANTE LA VIDA, UNA CREENCIA.
Y ASI EN ESA MISMA MEDIDA DE SINCERIDAD SEREMOS MAS LIBRES y ESENCIALMENTE HUMANOS.
besos, Yamirys
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EDI dijo… Amiga anónima, coincido plenamente contigo, la sinceridad, aun en ocasiones en que pueda resultarnos desfavorable, porque nos traiga algún inconveniente, es la única vía para ser felices, pues las dobleces del alma, la mellan, y terminas siendo una persona ruin, y por tanto te condenas a pasar tus días en compañía de un miserable, que eres tu mismo, por lo que ni siquiera puedes decir “vete, no te quiero ver más”. Hay una canción de Joan Manuel Serrat suficiente para expresar lo que pienso sobre todo esto que con tanta nobleza de espíritu expones. Pues nada Anónima entrañable “Soy sinceramente tuyo”
No escojas sólo una parte, tómame como me doy,
entero y tal como soy,  no vayas a equivocarte.
Soy  sinceramente tuyo pero no quiero, mi amor,
ir de visita por tu vida  vestido para la ocasión.           
Preferiría, con el tiempo, reconocerme sin rubor.

Cuéntale a tu corazón que existe siempre una razón
escondida en cada gesto.
Del derecho y del revés uno sólo es lo que es,
 y anda siempre con lo puesto.
 Nunca es triste la verdad,  lo que no tiene es remedio.

Y no es prudente ir camuflado eternamente por ahí,
ni por estar junto a ti, ni para ir a ningún lado.
No me pidas que no piense en voz alta por mi bien,
ni que me suba a un taburete, si quieres probaré a crecer.
Es insufrible ver que lloras y yo no tengo nada que hacer.

Cuéntale a tu corazón que existe siempre una razón
escondida en cada gesto.
 Del derecho y del revés uno sólo es lo que es,
 y anda siempre con lo puesto.
 Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio

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Elhabanerochekere dijo… Te he leído, con toda la calma que se pueden escuchar las, tus palabras, como palabras cuando le das voz a la guitarra o nos entregas en un abrazo tu alma. Un poco de sol y de lluvia por todos estos años, por los sueños compartidos, por “el lenguaje de las coles moradas” y por los que faltan.
Cuídate viejo amigo.   13/10/2011 a las 18:57
EDI dijo… Ahhh, cuántos buenos días de radio me asaltan cuando me das esa clave secreta “el lenguaje de las coles moradas” —don amigo Raúl San Miguel—, es la única vez que he visto en la vida semejantes coles, ciertamente moradas ¿o nuestra imaginación las inventó? Quizás quede por ahí alguna vieja grabación en casettes a aquellos guajiros que lograban ese y otros milagros con su amor a la tierra, o aquel bueyero tan buen filósofo que nos hacía reir, buenos días de radio aquellos en que solicitamos (y nos dejaron) irnos un piquete para un campamento agrícola con la unidad de control remoto de la emisora; amanecíamos en el surco, luego, o a la vez, hacíamos periodismo radial, y luego, en la noche recorríamos los campamentos haciendo actividades culturales, poniendo música y descargando con las guitarras. Fue un taller donde analizábamos en grupo cada texto, cada grabación y salieron crónicas, entrevistas, programas hermosos como ese tuyo de las coles moradas. Odalys Padilla, Alina López Ochoa, ¿Basabe? ¿Quiénes más integraron aquella tropa aventurera? Hace rato no nos vemos, la agricultura ha vuelto a ser tan importante como aquellos noventa, éramos chicuelos, ahora somos más jóvenes.  
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Gallo dijo… Este artículo tuyo es movilizador de pensamientos y sentimientos. A mí me movió a expresar y compartir mis sentimientos con otros lectores, solo quise excusarme de antemano ante aquellos que esperasen leer sobre este extenso e intenso tema, pero en otra dimensión distinta a la que expuse, aunque para mi, para ti y para otros muchos, sea valida, pero sé, sabemos, que no todos comparten estos sentimientos hacia la Revolución Cubana y para ellos aquel link de la entrevista a Lamrani. Como ya he tenido alguna experiencia por esa causa, esta vez quise adelantarme: Si puedes lee entre líneas los comentarios de este otro link para que entiendas mejor mis excusas previas y acaso, también te diviertas con los sucesos aquellos, cosas de cubanos, diría yo http://www.cubadebate.cu/noticias/2011/03/31/muestra-satelite-goce-nueva-imagen-de-la-tierra-no-es-redonda/#comments
 13/10/2011 a las 6:49

EDI dijo… Ahora entiendo mejor tu posición, después de ver algunos mensajes en Cubadebate. Creo como tú que hay que escuchar las diversas voces que analizan desde ángulos más o menos diferentes el acontecer, en cualquier temática y especialmente cuando se debate acerca de la revolución cubana. He estado presente en muchos de esos encuentros de reflexiones, no solo en el espacio cibernético, también en vivo. Hay quienes critican desde el amor y otros (creo que los menos) con ganas de destruir; en todo caso las verdades salen del choque de opiniones distintas, incluyendo las que, a todas luces son disparatadas, o malintencionadas, o distorsionadoras. Sucede con frecuencia que nos piden —a los revolucionarios quiero decir—, que no seamos cerrados, que democraticemos, que oigamos al otro,  que tengamos en cuenta hasta los que se nos oponen frontalmente. También soy de ese criterio, no me asusta debatir ningún intercambio de ideas, por el contrario, me estimulan el pensamiento, con quien sea, siempre y cuando sea un intercambio en base al respeto, lo cual no siempre sucede. 
Lo común es que la critica fuerte a la revolución sea calificada como ejemplo de libertad de expresión, de ideas, en cuanto hay un punto de vista que defiende (aunque también desde la crítica) los valores o logros innegables de nuestro proceso, entonces se cierra el diálogo del otro lado y nos acusan de ciegos, de no tener criterio propio, de ser intelectuales oficialistas, de no decir la verdad por conveniencia, en fin, como lo mismitico que sucede con el imperio norteamericano y los gobiernos: cuando sale electo un presidente de derecha le llaman país en democracia, si en las elecciones sale electo un presidente de izquierda entonces es una dictadura.
Es cierto que en la izquierda, (por llamarlo al estilo de la revolución francesa) no escasean los teques y los tecosos que hemos tenido en instituciones y medios masivos, pero en la derecha ni hablar, los que cacarean barbaridades sin el menor apego a la verdad. Lo que sucede que sobre los “rojos” hay una leyenda negra, un cliché que viene desde la propaganda anticomunista del Mcartismo, donde ha quedado acuñada una asociación de revolucionario con ser cerrado, que se anquilosa en una posición, opuesto al diálogo, lo cual es no solo una contradicción (revolucionar, es la constante evolución) sino una manera de invertir los papeles.              
Lo ideal es que siempre que surja un tema, sea político, social, humano, se respete el criterio del otro, que se haga el debate con honestidad, que se busquen razones y no agresiones, que el objetivo de los dialogantes sea aprender del otro en ese ejercicio platónico. Nada amigo Gallo (de pelea poética) un nuevo abrazo y como dice Silvio
Yo me muero como viví.     
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Alina dijo…  De donde sales diablo que te me haces tan grande, tan profundo. Te beso desde mi alma. 13/10/2011 a las 11:50
 

EDI dijo… Me llega tu beso, merodeando esa frase que me toca como una expiración intensa; no sé por qué esa oración parece salida de sopetón, como una caricia, que ni siquiera merezco. Solo podría responder a tu alma con una canción de Silvio:
 Agua me pide el retoño
que tuvo empezar amargo
va a hacer falta un buen otoño
tras un verano tan largo

El verde se está secando
y el viento sur se demora
pero yo sigo esperando
que lleguen cantando
la lluvia y mi hora

Yo soy de un oficio viejo
como el arrollo y el viento
como el ave y el espejo
como el amor y el invento

yo solo soy un vigía
amigo del jardinero
con la pupila en el día
que llegará el aguacero
yo solo soy un vigía
amigo del jardinero

Agua me pide el retoño
que tuvo empezar amargo
va a hacer falta un buen otoño
tras un verano tan largo

El verde se está secando
y el viento sur se demora
pero yo sigo esperando
que lleguen cantando
la lluvia y mi hora
 

Wichy Nogueras y Silvio Rodríguez
Soledad dijo… Ah, nuestro Diablo sale de esta patria nuestra, de esta Cuba que dio a ese Martí, a ese Céspedes que él menciona en su respuesta a Yamirys, después de comentarnos el gesto de su hija (si porque los comentarios al Diablo son también para nosotros en buena medida) de poner precisamente el 10 de Octubre flores al apóstol. Sale de donde esos dos poetas y luchadores. Nuestro Diablo viene de la esencia filosófica que ha quedado, por estos lugares, del intelectual que nos enseñó a amar, estudiar, a buscar la paz y por sobre todo nos “enseñó a pensar a los cubanos”, de donde Félix Varela! Gracias a ellos hoy tenemos a Silvio, al Wichy (que sigue estando aunque no le vemos) y a tantísimos otros que cuando les oímos, les leemos, no podemos más que sentirnos orgullosos de haber nacido en esta tierra que nos los ha legado.  13/10/2011 a las 16:04

EDI dijo… Soledad (que llevo conmigo como una bendición) hay todo un proceso de pensamiento del que somos hijos, como bien dices, que viene desde Félix Varela, brillando en los albores de un pensamiento que empieza a ser cubano y que luego sintetiza José Martí, incluyendo las ideas que priman en Céspedes, Aguilera, Agramonte, Maceo, Gómez, que no solo fueron guerreros sino que debatieron ideales, políticos, sociales, una eticidad que fue asentándose en esas luchas, unidas al pensamiento filosófico y artístico. Luego, la generación de los años 20 con Mella, Villena, Guiteras, hombres de acción y de pensamiento que rescataron la obra y el espíritu de Marti; luego llega la generación de los años 40 con un debate de ideas sociales de las que nace la Constitución, es el tiempo de la revista Orígenes, con escritores y ensayistas como Lezama, Fina García Marruz, Cintio Vitier, Gastón Baquero, poetas como Guillén, de pintores como Abela, Fidelio Ponce, Carlos Enriquez. Lam, llega la generación del centenario, y todo ese cúmulo de arte y pensamiento, de maneras diversas de soñar el país arriban a enero del 59 donde se potencia la divulgación y expansión de ese cosmos espiritual con la campaña de alfabetización, y el libro a la mano de todos. Puede parecer algo tecoso, pero es la revolución esa luz condensadora que no dota de una gran riqueza materna de la que surgen, en ese proceso creativo constante, donde participa todo un pueblo, la Nueva Trova, con figuras como Silvio, y poetas como Wichy. Son muchos los nombres que vienen desde mediados d elos 60 hasta la actualidad, tantos que no es posible ahora enumararlos. Pero ya que hablas de Luis Rogelio Nogueras, Wichy el Rojo, es uno de los creadores que más admiro. Fue de aquel piquete fundador de la revista El Caimán Barbudo en 1966, revista a la que estoy muy vinculado. Wichy fue hombre de cine, escritor, poeta, Premio Casa de las Américas, dicen quienes lo conocieron que una gan ser, muy ocurrente y enamorado, irreverente, hereje constante, que todo lo sometía a juicio, que siempre tenía una vuelta de mente a lo que se le presentaba delante. Silvio y él fueron muy amigos, recuerdo la dedicatoria de su disco “Causas y azares” cuando Wichy murió en 1985. La dedicatoria dice: “A Wichy, el Rojo, esplendido poeta de apenas 40 años, por hacernos creer que jamás partiría, y además demostrarlo. Soledad, tan afinada, creo que debemos compartir con quienes nos lea uno de esos poemas antologícos de Wichy  Ama Al Cisne Salvaje. 
No intentes posar tus manos sobre su inocente
cuello (hasta la más suave caricia le parecería el
brutal manejo del verdugo).
No intentes susurrarle tu amor o tus penas
(tu voz lo asustaría como un trueno en mitad de la noche).
No remuevas el agua de la laguna no respires.
Para ser tuyo tendría que morir.
Confórmate con su salvaje lejanía
con su ajena belleza
(si vuelve la cabeza escóndete en la hierba).
No rompas el hechizo de esta tarde de verano.
Trágate tu amor imposible.
Ámalo libre.
Ama el modo en que ignora que tú existes.
Ama al cisne salvaje.
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1 comentario:

  1. EDI cuando vamos enumerando nuestros guerreros, nuestros líderes de todas las épocas es que comprobamos realmente como han estado unidas en nuestra historia las inquietudes revolucionarias y las artísticas en todas las etapas que ha vivido nuestro pueblo desde antaño, antaño.
    Me gusta que histories y no me resulta teque lo que cuentas, lo que trasmites. Te confieso que tus “Confesiones” me hicieron acercarme más a la historia de Cuba. Todas las conjeturas que hacen tú y tus amigos, sobre todo tu amada han provocado mayor curiosidad en mí y he salido a buscarla, a encontrarme con ella; con la historia, digo.
    Volviendo al Wichy. Escogiste un poema maravilloso: Ama al Cisne Salvaje entre los que le conozco solo lo igualo con “Oración por el Hijo que Nunca va a Nacer”, o con “La felicidad” que quiero también compartir.

    Te he visto pasando del brazo de un hombre
    que con su mirada te envuelve en amor
    te he visto sonriendo mostrando tus ojos
    sin sombras, sin dudas, sin guardar rencor
    al tiempo en que solo pronunciar su nombre
    con cierta ternura te ahogaba el dolor.

    Me vi caminando guardando distancias
    que sólo mostraban la complicidad
    de besos furtivos, de manos con ansias
    de darte un abrazo y gritar mi verdad
    de grandes olvidos, de encuentros, de instantes
    de amores y un poco tu infelicidad.

    Que dulces mentiras, que grandes verdades
    que nos inventamos para perdurar
    que filosofía, que honor, que ironía
    que nadie se hiera, que todo se cuide
    si sólo mi cuerpo se va a desgarrar.

    Te he visto pasando del brazo de un hombre
    que de cierto modo podría ser yo
    te he visto sonriendo, mostrando tus ojos
    mientras te despeina y te envuelve en amor
    al tiempo en que solo pronunciar tu nombre
    con cierta ternura me ahoga el dolor.

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