Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

domingo, 23 de diciembre de 2012

Cierra el año utópico el 29 de diciembre, con dos grandes de Argentina: Julia Zenko y Luis Gurevich

Julia Zenko y Luis Gurevich  Foto: Alain Gutierrez
Este sábado 29 de diciembre La Utopía cierra su año con lo que resultará un gran acontecimiento cultural, y un entrañable abrazo al pueblo argentino: invitados especiales: Julia Zenko y Luis Gurevich.
Ha sido un 2012 en el que nuestro Piano Bar Tun Tun de la Casa de la Música de Miramar nos ha servido para encontrarnos con la canción sentida y con sentido, cada sábado, durante 4 horas en el que trovadores de varias generaciones y los mejores fantasmas de la canción universal han estrechado nuestra cofradía poética. Así que el brindis de despedida del año será con el mejor vino, el canto de estos grandes de la música latinoamericana. Me acabo de enterar también que nuestro amigo Julio César Guanche ha ganado el premio UNEAC de ensayo y lo celebrará en nuestra Caverna de los Trovadictos.

Julia Zenko y Luis Gurevich

He dejado reposar las ideas, esperando también las fotos de Alain Gutiérrez, antes de escribir sobre el gran suceso vital que resultó el concierto de Julia Zenko y Luis Gurevich en el Centro Pablo de la Torriente. Mis expectativas eran bien altas, pues conociendo la biografía de ellos sabía que estaba ante dos de los más importantes músicos de la Argentina, lo cual no es poco decir.  La riqueza del folklore, la intensidad del tango y las infinitas variantes que fusionan los creadores del rock nacional argentino, hacen de esta tierra uno de los centros de la vanguardia musical universal. Basta decir Carlos Gardel, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Charly García, León Gieco, Liliana Herrero, Juan Carlos Baglietto, Fito Páez —sintetizando en extremo— para tejer un hilo musical de dimensiones colosales, donde el canto estremece como emergiendo de las entrañas de la tierra, o de la esencia humana. A todo esto hay que sumar la espesura poética y literaria de un país que ha dado nombres relevantes como Jorge Luis Borges, Julio Cortazar, Paco Urondo, Juan Gelman, y muchísimos otros, que sin dudas influyen en el pensamiento popular y, claro está, en las ideas y monto poético de los textos de las canciones.
Si de semejantes parajes culturales se dice que llegan dos de sus más grandes exponentes, pues no hay más remedio que pensar: asistiré a un encuentro inolvidable. Pues con esas expectativas por las nubes acudí al Centro Pablo, y... como diría Silvio: Imaginada, pero la verdad fue mejor que soñada.
Lo primero que debo resaltar de Julia Zenko y Luis Gurevich es que poseen la sencillez virtuosa de los grandes creadores. Tiene algo de misterio el talento humano; subieron a a escena, con humildad, sin un mínimo artificio, y antes de que empezaran a interpretar la música ya tenía esa sensación de estar ante un hecho que ha de marcaría mi vida. Y qué decir cuando se desató la música. De principio a fin un concierto de intensa y progresiva comunicación; la voz de Julia Zenko saboreando cada palabra, cada verso, transitando por la ternura, el amor, o el dolor desgarrado, con una energía que arrasa con las almas que le escuchan. El repertorio variado y del más depurado gusto, páginas clásicas como “Gracias a la vida”, “Razón de vivir”, “Nostalgia”, “Cinco siglos igual”, “Te recuerdo Amanda” cobran nuevos bríos, y a su vez nos traen las esencias de sus creadores, a partir de arreglos donde el piano de Luis Gurevich, contribuye al encantamiento; acordes y voz en perfecta armonía buscando tocar las fibras más sensibles, sin excesos, sin alardes, como una caricia sentida y de entrega plena.   
Julia Zenko Foto: Alain Gutierrez





Debo confesar que no pude evitar las lágrimas (borrando toda huella machista que podría tener) durante casi todo el concierto. Y cuando miraba a mis lados no eran pocos los que lloraban como niños. Fue un concierto donde la música llegó muy lejos como arte, como ese dar poético que sacude, y te hace sentir un ser humano habitando un espacio de paz suprema, donde el amor se expande como atmósfera. 
Se me ha hecho habito, cuando asisto a los conciertos, ir llevando apuntes, para dar luego la relación de lo que se cantó. Aquí van las noticas.
1. “Razón de vivir”. De Víctor Heredia. ¡Qué clase de voz!
2. “Todos los días un poco” Del disco Mensajes del alma, de León Gieco con Luis Gurevich.
3. “Te recuerdo Amanda”. De Víctor Jara. Julia dice, como introducción, que hace tiempo soñaba con cantarla en Cuba. Qué curioso, siendo de un chileno (aunque Jara es de toda la América nuestra). Pero me llama la atención que,  con esa naturalidad, tejiera ese vínculo Te recuerdo Amanda-Cuba. Quizás hay detrás de ello, la historia de Jara en Casa de las Américas, o las imágenes filmadas de Santiago Álvarez a Jara, o la solidaridad de Cuba cuando el golpe de estado fascista al gobierno popular de Salvador Allende. Supongo que por ahí anda la asociación. Lo más entrañablemente raro es que cuando Julia Zenko lo dijo, todos aplaudimos sin detenernos en lo curioso del hecho, como si se tratara una pieza de un trovador cubano o que se refiere en su texto a nuestra Isla. 
4. “Canto versos”  de Jorge Fandermole
Yo canto versos de furia y fe
Pa' que me ayuden a estar de pie.

Dice Fandermole mediante la voz de Julia, que se raja de pasión. 
5. “Nostalgia” tango clásico... quiero emborrachar mi corazón... cuando comienza pienso (otra paradoja) que ha venido a bailar en casa del trompo. Paradoja, pues se trata de un tango, así que me pasa lo que mismo que a Julia con la canción de Jara. Y es que lo pienso porque nuestra gran Elena Bourke tenía una versión inmortal de esa pieza. Pero Julia es mucha Julia y nos arrastra volcánica.
6. “Sabor a nada”.  Hacen anécdotas del sabor de esa canción cuando se propusieron incluirla en el repertorio. Luis Gurevich cuanta que cuando pequeño, se ponían a cantar y él hacía percusiones sobre un cajón o algo así, y que esa era una canción entrañable para piel. Por eso, cuando Julia se la propuso sintió especial entusiasmo, pues la había gozado muchas veces como juego infantil y ahora la tocaría de verdad.
7. Cinco siglos igual. Pieza de León Gieco y Luis Gurevich. Ya sabía que muchas de esas canciones antológicas que canta Gieco fueron compuestas con letra de León y música de Luis, pero no sabía que, entre ellas, estaba este himno. América tiembla y se levanta mientras la cantan.
8. “Mal de luna” pieza compuesta por  Julia Zenko y Luis Gurevich, gracias al pacto que hicieron para grabar  el disco "Luis Gurevich Canciones junto con". Luis de puso la condición a Julia que para asumir ese disco ella tendría que componer una de las piezas. Así recordó la Zenco su adolescencia y un profesor que a todas luces le resultó en extremo atractivo, hizo entonces unos apuntes poéticos, que ahora se convierten en canción.
9. “Zamba para no morir”.  De Hernan Figueroa. Imposible no pensar en la Negra, la gran Mercedes Sosa, a la que ahora está rindiendo culto con su fidelidad Julia Zenko.
Al quemarse en el cielo
la luz del día, me voy
con el cuero asombrado me iré
ronco al gritar que volveré
repartido en el aire a cantar
siempre.

Luis Gurevich Foto: Alain Gutierrez


Ha caído la tarde en el Centro Pablo, la complicidad es total, el viento del norte mece las hojas de yagruma en el patio, miro hacia arriba, ese sonajero natural se siente espeso pues la gente ni suspira bebiéndose el canto argentino.  
10. “Gracias a la vida”. Violeta Parra. Ahora se trata de esa gran cantora de nuestros pueblos, el alma de Violeta viene con todos sus misterios a posarse ante nosotros...
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto
y el canto de ustedes que es el mismo canto,
y el canto de todos, que es mi propio canto.
11. “Yo tengo tantos hermanos. Atahualpa Yupanqui. Cuando Julia menciona al gran cantor de la América más profunda, el público ovaciona.
Yo tengo tantos hermanos,
que no los puedo contar,
y una novia muy hermosa
que se llama libertad.

De muy adentro saca...”Libertad” Julia y todos estamos de pie, abrazados. Se prologan los aplausos.
12. Del público, alguien inspirado, le grita un título. A tal punto llegó la comunicación. Julia transitó por boleros, zambas, tangos... en fin por todos los rincones musicales, con  la misma soltura, robándonos el alma sin compasión, y esto al parecer le hizo sentir a uno del público que había llegado el momento de pedir su canción predilecta. El caso es que el hombre gritó “Bésame mucho” y Julia, amable, enamorada-enamorante improvisó, con su voz de diosa, el viejo bolero.   
El público de pie. Menciona Julia el concierto reciente de Fito en La Habana, algarabía de gozo entre la gente. 
13. Dale alegría a mi corazón. Fito Paez (cantamos con ellos).
Para el cierre una canción que es todo un himno de la resistencia de nuestros pueblos:
14. Como la cigarra. María Elena Walsh
Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Con el alma encogida o, para ser más veraz, tan ensanchada que dolía, terminó ese concierto con el que Julia Zenko y Luis Gurevich comenzaron su gira “Verdad y consecuencia” por varios rincones de la isla. Debo agradecer al Centro Pablo de la Torriente ese soberano concierto y la posibilidad de tener a estos entrañables músicos de la argentina con nosotros.  
El sábado 29 de diciembre se dice adió al año en la Utopía (piano bar Tun Tun de la Casa de la Música de Miramar) a las 5 de la tarde. Nos espera un acontecimiento espiritual, una fiesta de nuestros pueblos y una vuelta a los sueños con que tejemos los días.
Como se puede apreciar un repertorio que llama a los mejores fantasmas de nuestra cultura, que más allá de cubana, argentina, chilena, nuestra cultura humana, la de resistencia contra la invasión de la “música” chatarra que globaliza el imperio consumista y que pretende borrarnos la memoria y la capacidad de poetizar.    
En próxima nota detallaré las tandas de videos que serán muy especiales por la ocasión, ya sabes que despediremos el año utópico abrazando la América Nuestra, y Nueva.  
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LA UTOPÍA: 29 de Diciembre
Lugar: Piano Bar Tun Tun Avenida 35 esq. a 20, Miramar, Playa. Ciudad de la Habana.
Precio de entrada: 30.00 MN
PRECIO DE ENTRADA PARA ESTUDIANTES: 10.00 MN (mostrando Carnet FEU)
Precio de entrada para extranjeros 5 CUC (Estudiantes extranjeros residentes
—mostrando carnet— 30.00 MN)
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*Ver esta y otras de trova en http://eldiablo-ilustrado.blogspot.com/
                      http://eldiabloilustrado.blogcip.cu/
*Escuchar el programa radial Cantautores, que sale al aire por Radio Cadena Habana (99.9 de la FM y 1080 AM) los sábados en la mañana de 9 a 10. 
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A los amigos dos recomendaciones:
*OFERTA ESPECIAL: Mesa para 4 personas que incluye: el precio de la entrada, una botella de ron, 4 refrescos, 4 bocaditos o un entremés por  $200.00 MN (Excluye a   residentes en el extranjero). La reservación se realiza (se paga) los viernes entre las 2 y las 5 de la tarde en la oficina comercial de la Casa de la Música de Miramar Telf. (53-7) 2040447 202-6147  

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Auspiciado por la EGREM y su Casa de la Música de Miramar y con la colaboración de la Casa Editora Abril y su revista El Caimán Barbudo.
*Anfitrión: Fidelito Díaz
*Productor: Ihosvany Bernal
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AGRADECIMIENTOS a un grupo de amigos que están contribuyendo a La utopía aportando videos: Mitchel Lobaina, Juan Carlos Travieso, los Ale, Maylen, el Yoyo, Julio César Guanche, Charly Salgado, La Patri, Lilian Lombera (William Vivanco), los  trovadores Gerardo Alfonso, Vicente Feliú, Frank Delgado, Ivan Latour, Ihosvany Bernal, Samuel Aguila, Pedrito Beritán, Heidi Igualada, Ariel y Liliana, al piquete venezolano encabezado por Dayana y Adrián, a la otra Dayana (López) de La Mancha y a los hermanos colombianos Andrea y Tito. Desde Telesur Consuelo y Leonardo (Colombia y Brasil); a Adrián y Gillen de eltaburete.wordpress.com y a la Tere Crespi, trovadicta argentina de www.radioexpedicion.com, también de la tierra del tango Marta Rosin, Lety y Francisco (hermanos misioneros). Agradecimientos especiales al Centro Pablo de la Torriente y a la Casa Editora Abril por su apoyo pleno. 

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