Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

domingo, 11 de octubre de 2015

Alí Primera: Los que mueren por la vida

Bolívar bolivariano 
no es un pensamiento muerto 
ni mucho menos un santo 
para prenderle una vela. 

Un niño de Venezuela 
tuvo un encuentro con él 
puede ser imaginario 
pero pudo suceder. 
Quiero abrazar la Venezuela chavista en combate por estos días contra los intentos de desestabilización económica,  con los versos, del gran cantor de su pueblo Alí Primera. Hace 30 años, el 16 de febrero de 1985 murió en un accidente automovilístico este hermano que esgrimió la canción como arma por la justicia social, por la paz, por el amor. Alí es el cantor de la revolución latinoamericana, su canto trae a nuestros días los sueños del libertador. 
Y esto lo conversaron 
Bolívar y el carajito 
debajo de un arbolito 
que se salvó de la quema. 

El 15 de agosto de 1805, el Libertador Simón Bolívar juró en el Monte Sacro ante su maestro Simón Rodríguez dedicar su vida por la libertad de Venezuela: 
“Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor y juro por la Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español.”
No es verdad Simón Bolívar,
que al hacer tu juramento en Monte Sacro,
no pensaste que tu brazo
hoy se sintiera cansado
de tantos que se han colgado
para escudarse en tu nombre.
El 17 de diciembre de 1982, bajo la sombra del Samán de Güere, situado en el estado Aragua, en el centro de Venezuela, un joven militar Hugo Rafael Chávez Frías, retoma el juramento del Libertador.
Si vieras el destino 
de los pueblos que liberó tu espada,
su mayor libertad es la de morirse de hambre,
pisoteados por la bota norteña 
sobre la que nos alertaste.
“Los Estados Unidos 
parecen destinados por la Providencia
a plagar la América de miseria
en nombre de la libertad”.
Hoy acudimos a tu idea visionaria,
al antiimperialista pensamiento de tu frente.
Disculpa que te trate de tú,
pero para ser mi Libertador
tuviste primero que ser mi amigo.
Se echó a andar otra profecía la del cantor del pueblo Alí Primera; el joven soldado subió a la montaña, y tomo la espada de Bolívar; Hugo Chávez entraba en la historia como siguiendo letra a letra la canción: 
Y  a Bolívar sonreído
y lleno de comprensión
le saltaba el corazón 
por lo que estaba escuchando.
Y mirando fijo al niño
de edad escolar sin escuela
dijo: toma mis espuelas
que hay que jinetear de nuevo,
tú te vas de pueblo en pueblo
a despertar a la gente
que alcen más y más la frente
para merecer la gloria,
de hacer de nuevo la historia
liberando al oprimido
que si el pueblo está dormido
nunca ganará la gloria.
Alí Primera (Alí Rafael Primera Rossell), nació el 31 de octubre de 1942, en el estado de Falcón, Venezuela.  Pobre desde la cuna y huérfano de padre a los tres años. Dada la miseria que vivían Alí y su familia, se desempeña en varios oficios: desde limpiabotas a los seis años hasta boxeador. 
La verdad de Venezuela
no se ve en el Country Club
la verdad se ve en los cerros
con su gente y su inquietud
venga, lo llevaré de la mano
allí verá a los niños
a los niños terrosos
que son niños venezolanos.
En 1960 se traslada a Caracas con su familia y completa su educación  en el "Liceo Caracas". En 1964, tras culminar el bachillerato ingresa a la Universidad Central de Venezuela, para estudiar química en la Facultad de Ciencias. En su vida universitaria se inició como cantante y compositor. Sus primeras canciones, “Humanidad” y “No basta rezar”, presentada esta última en el Festival de la Canción de Protesta organizado por la Universidad de Los Andes, le hacen ganar popularidad. Alí fue objeto del veto de los medios de comunicación y el gobierno, debido al radicalismo de los temas expuestos en sus canciones.  
Qué triste, se oye la lluvia 
en los techos de cartón 
qué triste vive mi gente 
en las casas de cartón 

Viene bajando el obrero 
casi arrastrando los pasos 
por el peso del sufrir 
¡mira que es mucho el sufrir! 
¡mira que pesa el sufrir! 
Entre 1969 y 1973 permanece en Europa gracias a una beca que le otorga en 1968 el Partido Comunista de Venezuela (PCV) para continuar sus estudios en Rumanía. En un estudio en Alemania graba su primer disco, titulado Gente de mi tierra. Las composiciones de Alí recogen el sufrimiento del pueblo desgastado por la pobreza y la desigualdad social, por lo que rápidamente cala en el sentir de la gente y se convierte en el Cantor del Pueblo. 
Por qué no unirnos,
y luchamos como hermanos
por la Patria que está herida
nuestra Patria, la que amamos.
Alí Primera abraza a la Revolución cubana, a las guerrillas y movimientos de Liberación en África y América Latina. Una de sus canciones más conocidas “Dispersos”, aboga por la unión en la lucha nuestroamericana, en nombre de Camilo Torres, sacerdote colombiano, pionero de la Teología de la Liberación, que cayó combatiendo como guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en Santander, el 15 de febrero de 1966.
Por qué no unirnos
sí, por qué si ya se unieron
el fusil y el evangelio 
en las manos de Camilo.
Luego de militar en la Juventud Comunista de Venezuela (JCV) y en el Partido Comunista de Venezuela (PCV), colaboró en los inicios políticos de un nuevo partido denominado Movimiento al Socialismo (MAS), acompañando y trabajando durante la primera campaña electoral de José Vicente Rangel en 1973, aunque jamás dejó de ser militante del PCV. Entre las canciones más conocidas de Alí se encuentran “Paraguaná, paraguanera”, “José Leonardo”, “Techos de cartón”, “Zapatos de mi conciencia”, “Cuando nombro la poesía”, “Canción mansa para un pueblo bravo” y “Sombrero azul” dedicada al pueblo salvadoreño. Desde 1973 hasta la fecha de su muerte, grabó 13 discos de larga duración y participó en numerosos festivales en toda América Latina.
Por qué no convertir 
el petróleo que se llevan,
y el hierro que se llevan,
en alivio a tus miserias
tierra sin culpa, Venezuela.
Por qué tienes niños 
sin parques ni escuelas;
subdesarrollada no,
superexplotada sí, 
tierra sin culpa, Venezuela. 
Más que Canción Protesta, prefería hablar de la Canción Necesaria. En una entrevista Alí señaló: “Nuestro canto no es de protesta, porque no hacemos una canción por malcriadez, no la tomamos para encumbrarnos ni hacernos millonarios, es una canción necesaria. Cada día nos motiva a hacerla más profunda, pues un hombre armado de una canción y una poesía humana, es un hombre desarmado para la envidia y para ser un hombre malo.”
Levanta en tus manos
la bandera de la Revolución,
América Latina obrera,
y grita con fuerzas 
yanqui go home, yanqui go home,
gringo go home, yanqui go home.
“No canto porque existe la miseria, sino porque existe la posibilidad de borrarla, de erradicarla de la faz de la tierra.”
A mi crucita de mayo 
le puse su florecita 
pa' que me quite este llanto 
que cantando no se quita. 
A mi crucita de mayo 
con color de mariposas 

La Patria es el Hombre, muchacho, 
la Patria es el Hombre 
A mi crucita de mayo 
con color de mariposas 
que los Hombres de mi Patria 
valgan más que to'as las cosas.
El gobierno de la Venezuela Bolivariana, en el año 2005,  declaró a Alí Primera y su música como Patrimonio Nacional.  
Niños color de mi tierra 
con sus mismas cicatrices 
millonarios de lombrices 
Y, por eso: 
qué tristes viven los niños 
en las casas de cartón 
qué alegres viven los perros 
casa del explotador 

Usted no lo va a creer 
pero hay escuelas de perros 
y les dan educación 
pa' que no muerdan los diarios 
pero el patrón, 
hace años, muchos años 
que está mordiendo al obrero 

oh, oh, uhum, uhum 

Qué triste se oye la lluvia 
en las casas de cartón 
qué lejos pasa la esperanza 
en los techos de cartón
Desde que nació la revolución de Chávez, la Venezuela Bolivariana enfrenta los múltiples y variados intentos golpistas de esa oligarquía acostumbrada a explotar al pueblo, pero los humildes le salen al paso y el canto de Alí Primera está con ellos en las calles. El imperio yanqui no perdona a nuestras revoluciones, pero nuestro canto no será acallado.    
Si Jesucristo sacó
los mercaderes del templo
Bolívar también volvió
a liberar a su pueblo.

 “Los que mueren por la vida”. Estuve en los Cerros de Caracas. Me adentré en aquellas montañas cargadas de casitas, amontonadas, sin orden alguno, como cajas de fósforos tiradas al azar. Mi mente se imaginaba aquel lugar en una noche de lluvia... el fango, la vida cotidiana de los olvidados, y la voz gruesa del cantor susurraba su lamento. Alí, estaba allí cantando, entre grafitis de esperanza “Los techos de cartón”. Luego, bajando de los Cerros, la ciudad se me diluía desde la ventanilla del auto. De pronto, como canto de los humildes en la nueva República Bolivariana, la sonrisa de Alí Primera saludaba desde los muros, saltaba de una valla, o de una tela que cubría la pared de un alto edificio. Desde allí bajó el pueblo, como hormiguero de la vergüenza, cuando la oligarquía imperialista quiso desparecer a Hugo Chávez con el golpe de estado; desde allí bajaron cuando ese padre de los pobres de la tierra, abandonó la vida, invencible, el 5 de marzo de 2013. En días de luto combatiente millones de mujeres y hombres de todos los rincones de la tierra entonaron el canto de Alí, ahora himno al Comandante en Jefe Hugo Rafael Chávez Frías: “los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”.         

Los que mueren por la vida

Autor: Alí Primera

Los que mueren por la vida
no pueden llamarse muertos
y a partir de este momento
es prohibido llorarlos
que se callen los redobles
en todos los campanarios
vamos cumpa, carajo,
que para amanecer no hace falta gallinas
sino cantar de gallos.

Ellos no serán bandera para abrazarnos con ellas, 
y el que no la pueda alzar
que abandone la pelea
no es tiempo de recutar, no de vivir de leyendas.

Canta, canta, compañero, que tu voz sea disparo
que con las manos del pueblo no habrá canto
desarmado
canta, canta, compañero, que no calle tu canción
si te falta bastimento tienes ese corazón
que tiene latir de bongó
color de vino ancestral
viene tu cuenca de lucha
cabalgando un viento austral
canta, canta, compañero, canta, canta, compañero
los que mueren por la vida
no pueden llamarse muertos
canta, canta, compañero, que tu voz sea disparo...   

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